La importancia que tiene el participar como ciudadanos en el CENSO 2017
Fernando de la Cuadra, académico de la Escuela de Sociología
El próximo miércoles 19 de abril se llevará a cabo un nuevo censo nacional. Este proceso de empadronamiento de la población de Chile se realizaba todas las décadas en años terminados en el dígito 2. Como lo han señalado muchos expertos, lamentablemente el último censo de 2012 no tuvo los resultados esperados, lo que terminó inutilizando la medición realizada. Ello implicó concretamente, que para efecto de contar con información confiable, las diversas entidades públicas y centros de investigación deben trabajar con los datos recabados en el censo de 2002.
Por lo mismo, reviste especial importancia que la ciudadanía participe en este proceso, pues de ello dependen no solo la información estadística de la población existente en Chile en un momento determinado, sino que también las tendencias de la dinámica poblacional del país. Esta caracterización implica conocer una serie de indicadores como sexo, edad, escolaridad, religión, grupo étnico, composición del núcleo familiar, tipo de actividad, situación habitacional y de movilidad de la población, entre otros. El censo es una herramienta esencial para la gestión del gobierno central, regional y municipal, pues permite recoger los datos necesarios, por ejemplo, para diseñar programas de vacunación, subsidios y subvenciones, definición de espacios rurales o urbanos, clasificación socio-económica, etc.
El énfasis en los procesos de descentralización y las transformaciones ocurridas en la composición demográfica de ciudades, pueblos y aldeas en los últimos 15 años requieren de datos fidedignos, que permitan realizar los análisis prospectivos y elaborar las políticas públicas en los diversos territorios. Representa, por lo tanto, una información primordial para elaborar las políticas, programas y acciones a la luz de los datos actualizados y de las proyecciones de población en todas las localidades y rincones del país. Además, el acelerado ritmo que han tenido los procesos migratorios en los últimos años están reconfigurando el país de norte a sur, colocando nuevos desafíos para el gobierno y para el conjunto de los habitantes. En el caso del gobierno, para mejorar la provisión de servicios en el ámbito de la salud, educación, vivienda, saneamiento básico, sistemas previsionales, etc. Y en el caso de la población, nos coloca frente al enorme desafío de ser más tolerantes a la diversidad, de dialogar con la diferencia y de cultivar la alteridad y el respeto con todos aquellos que habitan en este suelo.
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