Columna de opinión: La importancia de la trasmisión cultural para los niños y niñas
Dra. Sandra Castro Berna, académica Escuela Educación Parvularia de la Universidad Católica del Maule.
A lo largo de la historia humana, se ha tenido evidencias de la trasmisión de hechos, ritos, costumbres y creencias a través de diversas estrategias, sobre todo por intermedio de las narraciones o el modelaje de la herencia cultural a los niños(as) y/o jóvenes, relevando aquellas que se consideraban valiosas y pertinentes para la subsistencia de la cultura.
Es de suma importancia que la vida tradicional cultural de los pueblos o patrimonio cultural sean difundidos para que logren cobrar vigencia, ya que su vitalidad depende de la constancia de sus cultores. De aquí radica lo imperioso de la trasmisión y valoración de las manifestaciones culturales propias de cada comunidad, cada persona es un continuador de la herencia cultural.
Nuestro país es rico en tradiciones, posee una enorme riqueza cultural, mucha de esta riqueza se conserva intacta y otra parte ha sufrido modificaciones a la luz de los cambios de la sociedad, pero la esencia sigue siendo la misma. Estas formas de vida de las diferentes zonas del país, se han arraigado y se practican con devoción, sus costumbres ya declaradas y tradiciones se transmiten de padres a hijos por generaciones y se celebran con fervor. Sin duda las más conocidas son las manifestaciones colectivas, tales como fechas emblemáticas, que en su mayoría involucran festejos masivos.
Las tradiciones religiosas llevan a fiestas o celebraciones en diferentes zonas o a nivel nacional. El pueblo chileno vibra y se identifica con el sonido de los instrumentos musicales, bailes típicos, letras de hermosas y emotivas canciones, versos inolvidables de poetas que invitan a pensar e imaginar, o a sorprenderse con los relatos existentes como los mitos y leyendas, objetos o restos arqueológicos.
También admiramos la belleza de los más nobles artesanos, que confeccionan no tan solo con sus manos, sino con el corazón; basta ver con detención y asombro las artesanías en lanas, crin, cuero, maderas, entre otras muchas. En cuanto a deporte y destrezas, se ha admirado a lo largo del tiempo la elegancia, audacia y maestría que caracteriza a los grandes personajes chilenos como los huasos, la valentía e ímpetu de los domadores, la agilidad de las carreras a la chilena y la incomparable puntería en la rayuela, por mencionar algunas.
Y no menos importantes, los infaltables e infalibles, llenos de alegría y de habilidad, como lo son los juegos tradicionales, admirados, sobre todo por los ojos de los más pequeños, que se deleitan y asombran con sus ingenio y sencillez. El run-run, los tarros, el emboque, la payaya, el volantín, las bolitas, entre otros.
La tarea del adulto es aportar en la formación de los niños(as) para lograr que comprendan y aprecien las distintas formas de manifestaciones culturales, las diferentes personas e instituciones y sus aportes a la sociedad, creaciones de diferentes épocas y acontecimientos que han contribuido al desarrollo del ser humano y al crecimiento de una nación.
Posibilitar que los pequeños conozcan destacables expresiones culturales; fomentar el cuidado, protección y valoración del medio cultural y social, destacando y/o identificando costumbres, tradiciones y acontecimientos significativos del pasado y el presente.
Es fundamental que desde pequeños se apropien de su cultura, que se sientan parte de ella, herederos y dueños de un patrimonio importante, único y trascendente, lo que contribuye significativamente a la formación de su identidad y autoestima.
Permitir que se involucren de alguna manera con su medio cultural, la preservación del patrimonio nacional, la identificación de hechos e hitos relevantes de la historia del país, que identifiquen, reconozcan, comprendan, representen y vivencien su cultura local, regional y nacional, valorando su existencia y permanencia.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.