La importancia del sueño y su impacto en el rendimiento académico de estudiantil
La planificación y organización es vital para que los estudiantes puedan resguardar sus espacios de descanso, tema que aborda Erika Díaz, psicóloga y facilitadora del Programa Psicoeducativo del Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP) de la Universidad Católica del Maule.
Con el fin de las vacaciones de verano, comienza un nuevo período académico repleto de desafíos. Reanudar las rutinas de estudio, enfrentar exámenes, adoptar malos hábitos antes de ir a dormir y lidiar con el estrés pueden dar lugar a trastornos del sueño que, a su vez, pueden afectar el desempeño de los estudiantes.
Erika Díaz, facilitadora del Programa Psicoeducativo del Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP) de la Universidad Católica del Maule (UCM), destaca que el sueño es una función fisiológica esencial para el desarrollo óptimo del ser humano. Alterar o privar al cuerpo de este proceso puede generar consecuencias negativas en el funcionamiento diario de las personas.
La psicóloga subraya las diferencias entre el sueño y descanso. Mientras que el sueño conlleva procesos beneficiosos para el organismo, como la eliminación de desechos metabólicos y funciones que fomentan el crecimiento y desarrollo cerebral, el descanso o las siestas extensas no permiten que estos procesos se consoliden, ya que afecta el desarrollo del ciclo del sueño.
En el caso de los estudiantes, las irregularidades en el sueño pueden afectar su rendimiento en habilidades cognitivas verbales, espaciales, de razonamiento y numéricas, lo que repercute significativamente en su desempeño académico. Por lo tanto, es crucial que mantengan una buena higiene del sueño.
“La literatura sugiere que se debe dormir entre siete y ocho horas, ya que es durante las etapas de sueño profundo cuando el organismo obtiene mayores beneficios. En el CAP, les hacemos entender a los estudiantes que la organización juega un papel crucial para garantizar un descanso adecuado y su impacto en el rendimiento académico”, explica la profesional del CAP UCM.
Entre las recomendaciones que ofrece la experta se encuentra establecer horarios regulares para dormir, preferiblemente antes de la medianoche, y evitar actividades estimulantes o que requieran mucho esfuerzo una hora antes de acostarse. Además, destaca la importancia de evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir, optando por actividades más relajantes como escuchar música o leer un libro.
Por último, Díaz enfatiza que estudiar en el último momento puede ayudar a retener información de manera temporal, pero no garantiza un aprendizaje significativo a largo plazo. Por lo tanto, asegura es esencial fomentar técnicas de estudio efectivas que promuevan la retención a largo plazo y la organización de los tiempos de estudios para garantizar el correcto descanso.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.