Jóvenes de cuarto medio reflexionaron sobre la felicidad y sus proyectos de vida
Actividad se enmarcó en el cierre de la Escuela de Preparación para la Educación Superior del Programa PACE UCM.
¿Estudiar para ser feliz? o ¿ser feliz para estudiar?, esas fueron algunas de las reflexiones surgidas en la charla “El mejor futuro posible”, a cargo del psicólogo José Antonio Cousiño, especialista en psicología positiva, quien visitó la Universidad Católica del Maule (UCM) para hablarles a cerca de 300 jóvenes de cuarto medio de liceos adscritos al Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo en la Educación Superior (PACE), ejecutado por dicho plantel.
La actividad se enmarcó en el cierre de la Escuela de Preparación para la Educación Superior (EPES) del PACE UCM, iniciativa que, en su segunda versión, funcionó desde principios de año, todos los sábados en dependencias de la UCM en Talca y Curicó, y que busca apoyar a estudiantes en diversas habilidades y conocimientos necesarios para afrontar el primer año de estudios.
Según Cousiño, “La evidencia muestra que la felicidad no es un lugar al que uno va, sino que es más bien el camino”, dijo, agregando que “Preocuparse por el presente es la mejor manera de preocuparse del futuro. Es ahora cuando tengo que estudiar, no después”, graficó.
“Por otra parte -ahondó- cuando uno pone a la felicidad de objetivo, tiende a pasar que se pierde un poco, porque se comienza a pensar que si el objetivo es ser feliz, lo que no me hace feliz lo dejo de hacer”, explicó.
Espacio de reflexión
En esa línea, el psicólogo Felipe Franzani, en representación del PACE UCM, se dirigió a los estudiantes presentes con una reflexión en el mismo sentido: “La felicidad no es un fin, es un camino que se recorre con el sudor, las lágrimas, pero también con las alegrías de cada día”, sostuvo.
“Durante este año hemos trabajado en conjunto el desarrollo de las habilidades que les permitirá afrontar de mejor manera el primer año de su continuación de estudios, y para que el paso de la enseñanza media a la superior sea lo más armonioso posible”, expresó Franzani.
Según Alejandra Villarroel, jefa del Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP UCM) -unidad que cobija al PACE como uno de los programas de Acceso Inclusivo del plantel- expresó que “La idea de ofrecerles a los jóvenes este espacio los sábados en la mañana es para que puedan reflexionar sobre qué quiero hacer de mi vida, en qué medida puedo ser un profesional para devolver la mano a mi comunidad y cambiar aquello que me parece injusto, ser un agente de cambio”, sostuvo.
Experiencia positiva
Para Fiby Orellana, del Instituto Comercial de Linares “El PACE de verdad ha sido de mucha ayuda para mí. Venir a EPES fue ‘bacán’, los profes son comprensibles y pacientes, aprendí mucho de ellos, no solo de las materias, sino que también me hicieron formular preguntas y opiniones sobre mi persona. La universidad ahora no se ve tan terrible gracias a ellos”, afirmó.