Jornada de buenas prácticas del PACE ofreció un espacio de retroalimentación para las IES del país
Actividad presencial se realizó en el Maule.
Un valioso espacio de retroalimentación y co-creación ofreció la “Jornada de buenas prácticas y oportunidades de mejora en la implementación del Programa de Acceso a la Educación Superior (PACE)” realizada recientemente en la capital maulina y que convocó a diversas Instituciones de Educación Superior (IES) del país.
La Universidad Católica del Maule (UCM) fue la anfitriona de la jornada que comprendió la presentación de “Buenas Prácticas” de diversas áreas del PACE, como la gestión operativa, acompañamiento en Educación Superior y preparación de la Enseñanza Media.
Ana Jara, directora general de Docencia de la UCM, destacó el aporte del encuentro siendo la primera instancia presencial realizada después de dos años, ante las restricciones de la pandemia.
“Conocer otras experiencias vividas por otros PACE de otras Instituciones de Educación Superior es una instancia de aprendizaje. Durante el proceso de pandemia se desarrolló la creatividad de los diferentes equipos y poder recibir la retroalimentación de otros profesionales que cumplen el mismo objetivo es muy favorable para nosotros, es de un gran aprendizaje y nos permite aplicar estrategias de mejora continua de la unidad”, detalló.
Si las condiciones sanitarias lo permiten las jornadas presenciales del PACE continuarán en desarrollo y ante ello, Jara aseguró que esperan aportar con sus experiencias. “En un futuro nosotros también queremos aportar con otras instituciones de educación superior y poder ser partícipes y contribuir a la mejora de otros programas PACE a nivel nacional”, dijo.
Experiencias compartidas
Nieves Hernández, coordinadora ejecutiva PACE de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) valoró la actividad y aseguró que, “estos encuentros son muy enriquecedores. Uno siempre va aprendiendo de los demás y vas rescatando aquellas cosas del quehacer que te podrían ser útil”, comentó.
La coordinadora estuvo a cargo de la presentación “Buenas prácticas de coordinación y planificación en la implementación 2021, en el área de Gestión Operativa (GO) con énfasis en mecanismos e instrumentos de monitoreo PEM y AES”, dando cuenta del trabajo de las coordinadoras del área en el cumplimiento de los objetivos.
“Buscamos tener ciertos indicadores que permitieran dar cumplimiento al mandato ministerial que tenemos en los términos de referencia, pero en particular tratábamos que se ajustara a los lineamientos de la universidad nuestra con el modelo institucional que ella tiene y armamos una triada entre los términos de referencia, el modelo educativo de la universidad y las necesidades que tenían las distintas comunidades educativas en las escuelas”, dijo Hernández.
Para ello, explicó que, aunaron criterios respecto de los discursos, estableciendo elementos bases. “Nosotros tenemos un discurso pedagógico, pero queríamos también que al interior del equipo cada uno de los profesionales que forman parte de él también se apropiaran de todos estos elementos que estamos mandatados a desarrollar, que todo lo que hiciéramos tuviera un sentido y ese sentido tenía que ver con que estos principios institucionales de la inclusión, metacognición y el trabajo con la cultura juvenil, iban reflejando ciertos sellos de nuestro trabajo”, explicó.
Patricia Villagrán Rivera, coordinadora ejecutiva del PACE de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), fue otra de las participantes del encuentro, quien destacó los aprendizajes compartidos. “De todas las presentaciones nos llevamos elementos muy interesantes de replicar y varios desafíos. Todos hacemos en teoría el mismo trabajo, pero todos lo hacemos de distinta manera, entonces quedamos ahí con algunos contactos con instituciones para profundizar en algunas temáticas”, señaló.
Su presentación se enfocó en “Buenas prácticas de coordinación y planificación en la implementación 2021, en el área de Preparación de la Enseñanza Media (PEM)”, durante la cual destacó una metodología aplicada desde el año 2019 que les permite tener un mejor alcance.
“Tenemos una estructura más estable que en el caso de enseñanza media contempla dos profesionales con un perfil más bien técnico cada uno a cargo de un subcomponente. Tenemos una profesora a cargo del subcomponente del reforzamiento de competencias que lidera un equipo de docentes y en el área de exploración vocacional tenemos a un psicólogo que lidera a un equipo de profesionales interdisciplinario”, expuso.
Las dos profesionales están a su vez lideradas por una coordinadora encargada de la gestión administrativo. “Ese ha sido uno de los grandes aprendizajes que hemos tenido de separar la tarea administrativa de la tarea más técnica de manera que los profesionales del área técnica puedan trabajar en lo que son generar nuevas ideas, planificaciones y no gasten todo su tiempo en el tema administrativo”, agregó Villagrán Rivera.
“Esta división permite a los líderes de cada equipo hacerse cargo de sus procesos, pero a la vez, ellos trabajan en equipo, entre los dos profesionales, pero también con algunas actividades transversales, lo que hacemos es que los establecimientos educacionales tenemos profesionales de ambas áreas que intervienen juntos en los liceos”, puntualizó.
Sobre los cambios relacionados con la pandemia, explicó que la clave fue la flexibilidad del equipo para poder hacer cambios en la planificación y adaptarse a las realidades y metodologías de cada establecimiento.
Desafíos para el 2022
El retorno a la presencialidad es uno de los principales desafíos para este año, y en lo que coinciden las instituciones, esto considerando los cambios y reprogramaciones que se requirieron para hacer frente a la pandemia.
Para hacer frente a esta realidad, desde la UMCE, por ejemplo, han organizado una actividad de nivelación para jóvenes que estudiarán carreras con contenidos de ciencias. “A partir de la experiencia del programa la institución recoge ese aprendizaje y lo va a poner en práctica con estudiantes que ingresen a una suerte de nivelación, las carreras que tienen neurociencia, anatomía y que necesitan algunos contenidos previos”, explicó Hernández.
En cuanto a los establecimientos educacionales, en tanto, buscan fortalecer las actividades en terreno considerando el agotamiento de encuentros online producto de la pandemia. “Buscamos que en todas las actividades que tienen que ver con estudiantes, tener un fuerte énfasis en que nuestros tutores y profesionales vayan a la escuela a trabajar directamente.
Otro gran desafío, adelantó Villagrán Rivera, es la puesta en marcha de los llamados “Dispositivos experienciales”, que consiste en acercar a estudiantes de enseñanza media a situaciones de trabajo real, por ejemplo, llevarlos a fábricas, instituciones, hospitales, etc.
“Es un desafío importante no solo en el tema de recursos materiales y humanos sino también en generar vínculos formales con instituciones que nos apoyen en ese aspecto. Vamos a tener que trabajar tempranamente en un pesquisaje de interés para poder ir organizando estas visitas a estos lugares de una manera ordenada y un poco más selectiva”, aseveró.
Para Jara, en tanto, un desafío importante para este año se enfoca en mejorar el monitoreo de procesos y seguimiento de las estrategias. “Como programa PACE de la UCM tenemos muchos desafíos, uno de ellos, por ejemplo, es el levantamiento de un proceso más sistemático en cuanto al seguimiento de las diferentes estrategias que se aplican al interior del PACE ya sea para el programa de Enseñanza Media o para nuestros estudiantes en Educación Superior. Mejorar en el tema de monitoreo, seguimiento y evaluación de diferentes estrategias que se aplican y las nuevas”, cerró.