Investigador de la U. de Columbia evalúa positivamente la reconstrucción de Santa Olga
Malo Hutson junto a estudiantes del plantel norteamericano recorrieron la zona y realizaron una jornada de trabajo en Observatorio Laboral del Maule ejecutado por la Universidad Católica del Maule.
La coordinación entre los sectores público y privado en la reconstrucción de la localidad de Santa Olga tras los incendios forestales de 2017 ha impresionado al investigador Malo Hutson, profesor de planificación urbana de la Universidad de Columbia, quien recientemente visitó la zona con un grupo de 15 estudiantes de postgrado para conocer de cerca el proceso de reconstrucción.
En la oportunidad fue acompañado por los investigadores del Observatorio Laboral del Maule de la Universidad Católica del Maule (UCM), equipo que también realizó un estudio sobre reconversión laboral en la localidad y que, en una jornada previa, mostró al investigador el detalle del trabajo realizado en 2018 y sus conclusiones.
Pero, ¿por qué interesarse por el caso chileno? En pocas palabras, Hutson dice que Chile y California se parecen en clima, terremotos e incendios, por lo que resulta interesante compartir estas experiencias. El profesor tomó contacto con el país en 2013, pero fue en 2017 cuando obtuvo un fondo en la U. de Columbia para una investigación de tres años que aborda el manejo de los desastres en Chile, en temas como influencia de la tecnología, relación entre los sectores público y privado, resiliencia y desarrollo sostenibles. Eso explica la reciente visita a Santa Olga, único lugar que el grupo visitó en Chile donde ocurrió una catástrofe, ya que el resto de los encuentros los mantuvieron con autoridades y profesionales tanto de Santiago como Talca.
Cumplimiento de plazos
Luego de reunirse con dirigentes vecinales de Santa Olga, Hutson expresó: “Si bien fue una experiencia muy diferente a lo que fue el terremoto y tsunami, el hecho de que el Estado y los privados hayan coordinado sus esfuerzos es algo digno de replicar en el futuro”, indicó.
El grupo llegó hasta el lugar para reunirse con Mónica Sepúlveda, presidenta de la Junta de Vecinos de Santa Olga, con el fin de recabar información acerca de su experiencia en el proceso de reconstrucción, en particular, saber si sus necesidades fueron recogidas por las autoridades, si se cumplió con los plazos establecidos, y ver en terreno el tipo de obras que se están realizando, como el cuartel de bomberos, el liceo y el nuevo desarrollo de viviendas.
El grupo de investigación de Hutson también está interesado en recoger la experiencia de los chilenos en general y de Santa Olga en particular en cómo enfrentan las catástrofes: “Los grupos humanos en Chile son muy unidos, algo que los caracteriza, y por esto es que son capaces de levantar sus necesidades desde el primer momento en que se reconoce la emergencia. La experiencia que vivimos con Mónica (Sepúlveda) es que a pesar de lo terrible de su situación de haberlo perdido todo, tomaron las riendas y supieron hacerse escuchar”. Hutson afirmó que esa actitud ha permitido que los habitantes de Santa Olga se hayan convertido en actores clave, permitiendo que el proceso de reconstrucción física del lugar sea exitoso, aunque falta observar cuál es el comportamiento psicológico y económico.
Impacto psicosocial
En cuanto a si esta experiencia puede servir como ejemplo en otros lugares, el investigador manifestó que hay lecciones que se pueden aprender y desafíos por enfrentar. “Creo que esta experiencia ha enseñado el valor que tiene la voz de la comunidad y, lo más importante, que es que esta se mantenga unida siempre con un objetivo por delante. Pero muchas veces se habla de que el Estado debe proporcionar toda la ayuda, pero hemos podido ser testigos de cómo una participación activa del sector privado ha ayudado a proporcionar infraestructura de altísima calidad en poco tiempo”.
En materia de desastres, el profesor Hutson y su equipo han comprobado que Chile cuenta con protocolos de acción inmediatos que, sumados a la incorporación del sector privado, permiten que el proceso de reconstrucción física sea más eficiente.
En el caso de Santa Olga, lo que está pendiente, a juicio de Hutson y su equipo, es el manejo del impacto psicosocial provocado por los incendios. En ese plano, como grupo conformado por estudiantes de magíster en planificación urbanística, consideran que una buena planificación urbana permite a una comunidad desarrollarse sosteniblemente y de manera saludable. Cabe recordar que el incendio que arrasó Santa Olga en el verano de 2017 consumió el poblado al estar en medio de los bosques, que eran su principal sustento económico.