Investigación permite reducir considerablemente las emisiones asociadas a la tradicional producción de ladrillos
El equipo científico de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Católica del Maule, gracias al aporte del Gobierno Regional, cerró con éxito tres años de investigación con positivos resultados en beneficio de la comunidad y el medioambiente.
Una mejora significativa al proceso de elaboración de ladrillos artesanales de la zona de Cauquenes, su composición y también en lo que tiene que ver con la cocción de los mismos, reduciendo la emisión de contaminantes que impactan al medioambiente desde los hornos, son algunos de los positivos efectos que lograron recientemente los investigadores de la Universidad Católica del Maule (UCM) luego de tres años de investigación, gracias al apoyo y financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC) del Gobierno Regional del Maule.
Estos resultados fueron presentados a la comunidad en el Congreso de Cierre Proyecto FIC Innovación Sustentable del Proceso de Fabricación de Ladrillos Industrializados en la Región del Maule, acción liderada por el Dr. Juan Figueroa, investigador y académico de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la UCM.
La Gobernadora Regional del Maule, Cristina Bravo, señaló que “es muy importante para nosotros desde el Gobierno Regional visualizar en lo que se traducen los proyectos del Fondo de Innovación y Competitividad y este proyecto es muy importante, porque es un círculo virtuoso entre la academia, emprendedores y el Gobierno Regional, creemos que es una tremenda experiencia, porque ayuda a mejorar la producción, genera empleo y contribuye al medioambiente”.
En concreto, fueron dos grandes productos los que se desprendieron de este trabajo en beneficio de los ladrilleros de Cauquenes y del medioambiente) el ladrillo tipo PANAL UCM–Cauquenes, el que gracias a las mejoras en su composición y forma que imita el panal de una abeja presenta mayor resistencia al calor, al fuego y la compresión; y el Eco Horno, que introduce la modernización en la forma en que tradicionalmente se cocían los ladrillos, reduciendo las emisiones de material particulado y gases contaminantes y que se puede replicar este modelo en otras regiones del país.
“Acá, lo que hemos concretado al finalizar estos tres años de investigación, es concluir de qué manera nosotros contribuimos al medio ambiente, en primer lugar, entregando tecnología sacando un nuevo producto al mercado que implica que, efectivamente, cumple con los requisitos y normativas de este producto de construcción. Por otro lado, minimizar la contaminación, Cauquenes es zona rezagada y nos pusimos como meta disminuir los gases producto de la cocción de los ladrillos, por lo que buscamos la forma ideal y tenemos hoy en proceso de patentamiento el eco honro UCM-Cauquenes, y ya tenemos aprobada la primera patente de diseño industrial a nivel de la institución que es el ladrillo tipo PANAL UCM – Cauquenes”, indicó el Dr. Juan Figueroa.
Camila Castro Herrera, egresada de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la UCM, sobre esta positiva experiencia, manifestó que “me parece muy interesante que se busque otro tipo de hornos que ayuden a disminuir los índices de contaminación que a nivel regional son altos. Hubo muchos tesistas participando en este tema, los que se involucraron en proponer nuevas formas y materiales en apoyo de los ladrilleros (…) al incorporar polvo de vidrio a la composición del ladrillo logramos muy buenos resultados, la resistencia de compresión aumentó considerablemente en un 76 por ciento, la absorción de agua disminuyó bastante y la conductividad térmica, que es muy importante en un material de construcción, también disminuyó bastante, por lo que concluimos que el ladrillo tipo PANAL UCM – Cauquenes ayudaría a disminuir los índices de contaminación, permitiendo además reciclar el vidrio”, expuso.
Según los resultados de las pruebas a las que fue sometido el Eco Horno de ladrillos UCM-Cauquenes, se pudo comprobar que la concentración de material particulado disminuyó de un 252,47 a 65,03 mg/m3N; la concentración de gases -Dióxido Azufre-So2- de un 41,16 del horno tradicional chonchón versus un 7,14 del Eco Horno; y una baja en la concentración de gases de 909,95 a 678,6 –Monóxido de Carbono-CO-; de 69,74 a 29,6 –concentración de NOx-; y un aumento del O2 de 14,46 a un 15,91 por ciento.
Acto de cierre
Presente en el Congreso de Cierre Proyecto, desarrollado en el Campus San Miguel el jueves 14 de abril, el rector de la UCM, Dr. Diego Durán Jara, junto con felicitar a quienes permitieron dar vida y concluir con éxito esta experiencia, expresó que “gracias a Dios en la región no existe esta discriminación respecto de instituciones que no son estatales y que también producen bienes públicos como este, todo bien que se produce colectivamente con el trabajo de cooperación, con el trabajo de instituciones de educación superior y las personas de las distintas comunidades produce estos efectos positivos, como por ejemplo generar una propuesta nueva e índices muy positivos que se pueden trabajar a nivel nacional. Estamos muy contentos por aquello y esta es siempre nuestra vocación al servicio de la región y el país”, dijo.
En tanto, Daniela Paz de La Jara Moreira, seremi de Medio Ambiente, felicitó los esfuerzos que se comprometieron entre la academia, la comunidad y el aparato público. “Estar aquí y conocer de cerca estas iniciativas es muy valioso, ya que nos llena de esperanzas pensar en un futuro en que la reconversión de la matriz productiva y de los procesos artesanales pueda transitar hacia una mirada más ecológica y respetuosa con la naturaleza y medioambiente (…) felicito también a las y los estudiantes que participaron de esta experiencia, es muy importante verificar que desde estas experiencias pueden nacer otras, lo que muestra la riqueza del conocimiento y el vínculo académico con las necesidades que como sociedad tenemos y la mirada que como gobierno queremos impulsar como región”, expuso.
En la oportunidad, David Zamora, decano de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería UCM, destacó las relaciones que se generan gracias al inicio de proyectos como el desarrollado. “Se requiere de un nivel de confianza tanto de los ladrilleros como de entidades públicas para lograr los objetivos propuestos (…) una de las cosas que debemos evitar es perder la confianza, ya que en la medida que fortalecemos las confianzas podemos lograr grandes cosas. También el proyecto permite la colaboración con otras universidades, como es el caso de los análisis que se realizaron con el apoyo de la Universidad de la Frontera”, destacó.