Indagan cómo las acequias pasaron de ser “fuente de vida” a “fuente de muerte” en Talca a inicios del siglo XX
Gracias al financiamiento del Fondart Nacional en Arquitectura, los académicos de la escuela de Arquitectura de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Católica del Maule trabajan en el rescate y puesta en valor de la modernización urbana-sanitaria de Talca que ocurrió a inicios del siglo XX.
Sin darnos cuenta, diariamente hacemos uso de diferentes estructuras urbanas que son fruto del avance de la arquitectura y la ingeniería. Es el caso del sistema de alcantarillado y de agua potable de la ciudad de Talca en la región del Maule, el cual está presente desde inicios del siglo XX de forma oculta en el subsuelo y que ahora volverá a salir a la luz de la mano de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Maule (UCM).
Es gracias al financiamiento de Fondart Nacional en Arquitectura (modalidad investigación), que el equipo de académicos compuesto por Samuel García-Oteiza, Christian López y David Guerrero, inician la primera acción investigativa desde la Escuela de Arquitectura de la UCM, acción que durante un año busca el rescate y puesta en valor de la modernización urbana- sanitaria de Talca, y que incluye el redibujo y análisis de los planos de la instalación de la red de alcantarillado y agua potable de la capital del Maule (1900- 1910)
Sobre este estudio, Samuel García-Oteiza, doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, comentó que “trata sobre la modernización sanitaria urbana de la ciudad de Talca a comienzos del siglo XX, un tema bien interesante que involucra varios aspectos y disciplinas como son la arquitectura, el urbanismo, la historia y la ingeniería”, dijo.
“En Talca pasa que a comienzos del siglo XX era una de las ciudades con mayor mortalidad producto de partículas suspendidas en el aire que se debía precisamente a un sistema de alcantarillado ineficiente y colapsado organizado en acequias (…) Fue así como desde el nivel central del país se decidió reemplazar el sistema de acequias de Talca por un sistema de alcantarillado subterráneo”, agregó el investigador de la UCM.
Uno de los aspectos importantes de la vida en Talca de esa época, destacó el doctor García-Oteiza, era la relación que tenía la ciudad como soporte físico en relación a los recursos hídricos que surcaban el territorio, como lo era el río Blanco, el estero Piduco y el estero Baeza, este último que atravesaba toda la ciudad. “Al comienzo las acequias que representaban fuentes de vida se convirtieron en fuentes de muerte. Los ingenieros de la época tenían interés en saber y registrar por dónde pasaban las acequias, justamente para borrarlas. El proyecto de modernización en su momento terminó desviando el estero Baeza sacandolo del centro de la ciudad (…) Para hacer este proyecto los ingenieros a cargo del proyecto debieron hacer un levantamiento de información sobre lo existente en la ciudad, insumo que les sirvió para saber cómo borrar lo antiguo. Ese acto nos entrega información valiosa como por ejemplo un plano que registra cómo las acequias recorrían la ciudad de Talca”, explicó el académico de la UCM.
Sobre el principal aporte de este estudio, el doctor García-Oteiza, señaló que permitirá entre otras cosas, entender las relaciones que en un momento determinado la sociedad tomó frente a determinados problemas que tiene la ciudad, como era el saneamiento de la ciudad. “Nos hace ver cómo la arquitectura y la ingeniería se hacen parte. Nos permite ver y entender cómo funciona la ciudad”, comentó.
¿Dónde está el monte Baeza y cuál es su relación con el agua potable de Talca?
El monte Baeza era uno de los puntos de referencia más usados por los talquinos a inicios del siglo XX, ya que desde ese punto se extraía el agua potable para la ciudad. Sin embargo, hoy en palabras del doctor García-Oteiza, esta colina natural es muy difícil de ubicar producto del desarrollo urbanístico de la capital maulina.
“La fuerza que tiene este tipo de proyectos de renovación sanitaria es que de alguna forma fijan la superficie de la ciudad, y luego remover un subsuelo es complejo ya que implica muchas cosas. De vez en cuando estamos conociendo noticias sobre que en alguna obra de renovación urbana están encontrando viejos acueductos que pasaban por la ciudad, y hoy asumimos la investigación sobre el sistema de agua potable”, expuso el académico.
“Para nosotros es muy importante y siempre una alegría el apoyar a las unidades de la UCM a postular proyectos Fondart, lo que implica entregar herramientas que permitan diversificar los recursos, recurriendo a otras fuentes de financiamiento(…) gracias a estos recursos , este año se está apoyando el funcionamiento del Centro de Extensión con variados proyectos , la iniciativa de la escuela de Arquitectura y además a la Villa Cultural Huilquilemu con la adquisición de un bibliomóvil que podrá llegar a toda la región. También nuestro programa Súbete al Fondart, que cumple cinco años de vida, que apoya a las distintas acciones ciudadanas, tanto de artistas como de personas ligadas al mundo de la cultura a quienes entregamos asesoría en formulación y ejecución de sus proyectos, este año , más de 20 iniciativas de la ciudadanía y del sector artístico fueron beneficiadas y nos sentimos orgullosos de poder apoyarles, esto da cuenta de la bidireccionalidad de la UCM con la comunidad”, comentó la directora de extensión cultural de la UCM, Bárbara Godoy.
En un primer momento, el equipo de investigadores se dedicará a robustecer la información disponible sobre esta obra, lo que complementará el material con los que ya cuentan tales como; planos de ingeniería, noticias de los medios de la época, y una tesis de grado relacionada al tema. Como producto, está comprometido el lanzamiento de un libro catálogo que expondrá la investigación como registro tangible y digital, y de forma paralela una exposición abierta a la comunidad en el Centro de Extensión de la UCM (mayo 2023), donde se expondrán los dibujos de planos, fotografía y otros materiales visuales, como el redibujo de todos los planos, entre otros.