Hablar de afectividad y sexualidad en la primera infancia puede prevenir abusos y relaciones abusivas en el futuro
Derribar mitos, hablar con naturalidad y siempre solicitar permiso para ver o tocar las partes íntimas, son algunas de las claves entregada por Marina Saavedra, académica de Enfermería UCM y experta del programa Prosalud que busca fomentar hábitos saludables en preescolares.
La cigüeña debe ser enviada al olvido definitivamente. El mito, establecido en la Edad Media, no permite que los niños conozcan procesos y partes del cuerpo y que los tomen como lo que son: algo natural.
Marina Saavedra, académica de la Escuela de Enfermería de la Universidad Católica del Maule (UCM) explicó que, con el acceso a la información que tienen los niños ahora, no es conveniente engañarlos. “Si como madre o padre que tengo la confianza con mi hijo y él me considera una persona que siempre dice la verdad y se da cuenta que yo le mentí con algo así, la confianza se va a destruir”, aseguró la también experta del programa Prosalud UCM,, proyecto desarrollado con aportes de la Dirección General de Vinculación del plantel, que busca fomentar hábitos saludables en preescolares.
Pero, lo cierto es que, en algún momento, los niños harán la pregunta sobre cómo nacen los bebés y, aunque temida por algunos padres, la académica enfatizó en que la naturalidad es la clave. “Si mi hijo me pregunta de dónde vienen los niños, yo le voy a contrapreguntar si lo vio en alguna parte o si alguien le contó algo, no voy a adelantar ningún proceso y a través de estas contrapreguntas yo voy entregando información verídica acorde a su edad. No lo voy a llevar a lugares que no corresponde o mostrarle en televisión o internet cosas inadecuadas y siempre lo vestiré de acuerdo a su edad”, recomendó.
No es necesario esperar a que el menor consulte, pues el tema también puede ser abordado en otras circunstancias. “A partir de una conversación habitual o cuando vean a una familiar o amiga embarazada, decir que los bebés se desarrollan dentro del vientre de la madre, que los senos darán leche en algún momento y que las familias las componen no solo madre y padre, sino que hay muchos tipos de familia”, puntualizó Saavedra.
Prevención de abusos y relaciones violentas
Y así como debemos despedirnos definitivamente de la cigüeña, los nombres coloquiales de los genitales y órganos reproductores también deben eliminarse. La académica recalcó el hecho de que, esto es clave para no confundir y evitar abusos. “Con ello vamos a ganar niños que se atreven a decir que no cuando alguien los quiere tocar, vamos a prevenir los abusos y van a tener confianza en sus padres o tutores cuando algo les molesta de alguien o cuando algo no les gusta. Como adultos, debemos estar ahí para darles afecto, para siempre creerles y generar más confianza para que, cuando sean adolescentes, podamos tocar temas más complejos”, indicó.
Marina Saavedra, recalcó en que la sexualidad nunca debe desligarse de la afectividad y que así debe abordarse. “Muchas veces, en nuestra mente de adulto asociamos la sexualidad con algo morboso, a algo que tiene que ver netamente con el acto sexual y eso es precisamente lo que no queremos que llegue a nuestros niños. Por eso el mensaje debe ser: yo te enseño a ti las partes del cuerpo que tú tienes que cubrir y que proteger porque te quiero, porque son partes de tu cuerpo que son muy importantes y siempre con afecto y amor, para que quieras, aceptes y respetes tu cuerpo para que, más adelante busques a una persona que lo haga también y así no nos encontramos con pololeos que llegan a agresividad, por ejemplo”, sostuvo.
Pedir consentimiento siempre
El momento del baño o la hora de cambiarse de ropa puede ser una buena instancia para mencionar las partes del cuerpo, indicando que existen partes privadas y que estas son las que cubrimos con el traje de baño. Sin embargo, para acceder al cuerpo de los niños, es clave enseñarles que siempre debe haber un consentimiento por parte de ellos y que esto aplica para familiares, amigos, personal de salud y cualquier otra persona.
“Te voy a bañar, hijo, te voy a ver tus partes privadas ¿tú me das permiso?”, ejemplificó la académica quien añadió que “así nuestros hijos entienden que él o ella deben dar autorización”, afirmó.