Tras 50 años de haberse graduado como profesoras y profesores en Educación Física de la sede Maule de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se vivió una emotiva reunión que da cuenta del cariño y gratitud hacia la institución que los formó para la vida y servir a la educación del país.
Un reencuentro con medio siglo de historias se vivió el sábado 11 de octubre en el Campus San Miguel de la Universidad Católica del Maule (UCM), cuando el grupo de profesionales de destacada trayectoria en sus diferentes ámbitos comenzaron a llegar tímidamente, buscando rostros en el umbral de la sala en la que fueron formados, la Sala 5 —la misma que alguna vez fue testigo de tantas clases y sueños compartidos—.
“¡Eres tú!” era suficiente para que la duda se transformara en risas y abrazos interminables. Así comenzó el reencuentro de la generación del ’75 de la Escuela de Pedagogía en Educación Física de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UCM, una cita cargada de emoción, recuerdos y gratitud, que comenzó con el saludo de la directora de escuela Jéssica Mondaca.
El desayuno de bienvenida fue el primer momento de reencuentro, entre anécdotas que parecían contarse solas. “Las risas se apoderaron del lugar, poniendo al día 50 años de historias como si fueran solo 50 minutos”, comentaron entre sonrisas las y los asistentes. La jornada fue organizada por el propio grupo de egresados junto a la Facultad y la unidad de seguimiento de egresados Alumni UCM.
El profesor Alejandro Yáñez Gallegos, quien encabezó esta grata reunión destacó que la idea nació luego de acompañar a su esposa —egresada de la generación anterior— en su propio encuentro. “Quedé muy impresionado con la emotividad de ese momento y pensé: ¿por qué no hacerlo nosotros? Hoy estamos aquí, después de 50 años, recordando a los compañeros que ya no están, a nuestros profesores, y celebrando el reencuentro”, señaló emocionado.
Desde temprano, los reencuentros personales se fueron sumando a las historias compartidas: matrimonios que nacieron en las aulas, amistades que perduran y la nostalgia por una época en que la universidad “era una familia”. “Esta universidad está totalmente cambiada”, agregó Yáñez. “En nuestro tiempo había sólo tres carreras —Educación Física, Veterinaria y Kinesiología— y el gimnasio era un galpón. Hoy hay tres gimnasios, facultades, avenidas… esto creció enormemente, y eso nos llena de orgullo”, afirmó.
Caminar el presente
Tras el desayuno, la generación del ’75 recorrió los pasillos del Campus San Miguel en Talca, maravillándose con el crecimiento de su alma máter. “¡Cuánto ha crecido nuestra UCM!”, fue el comentario unánime mientras avanzaban por los pasillos entre edificios, laboratorios y canchas que en su época eran sólo proyectos. La caminata se convirtió prácticamente en un viaje en el tiempo, un espejo entre lo que fueron y lo que hoy son como profesionales y personas.
Una de las asistentes, Marta González Flores, vive en Talca y ha mantenido un fuerte vínculo con la universidad: “Ha sido una experiencia maravillosa, única. Encontrarnos después de 50 años es como un sueño. Yo nunca rompí lazos con la UCM; hice postgrados, diplomados y el Magíster en Educación Física con Mención en Actividad Física y Salud. Trabajé en la piscina universitaria y siempre me he sentido parte de esta casa”, señaló.
Sobre la evolución institucional, agregó: “Es impresionante el avance que ha tenido, las carreras nuevas, las instalaciones (…) y, sobre todo, los valores siguen intactos. La UCM nos formó no sólo como profesionales, sino como personas”, sostuvo.
En tanto, el profesor Jaime Cifuentes Toro recordó con gratitud a quienes marcaron su formación: “Nos tocó una etapa especial, con los mejores profesores del país. Llegar a la Escuela de Educación Física de la U Católica en Talca era un privilegio, porque teníamos docentes como Zenén Valenzuela, Armando Díaz, Luis Maringer, Pedro Valdés o Manolo Meneses. Gracias a ellos nos convertimos en buenos profesionales y mejores personas”, indicó.
Cifuentes también evocó los sacrificios de su generación: “Muchos veníamos de familias humildes, y la universidad nos abrió las puertas con beneficios que nos permitieron estudiar. A pesar de las dificultades, salimos adelante. Y hoy, ver que a la mayoría nos fue bien no solo en lo profesional, sino en la vida, es motivo de orgullo”, expresó.
Una generación que sigue enseñando
Los testimonios de las y los profesores egresados dejaron también mensajes para las nuevas generaciones de estudiantes de Educación Física de la UCM, quedando disponibles para compartir su rica experiencia profesional que les permitieron desarrollarse plenamente en sus ámbitos laborales y personales.
Para Alejandro Yáñez, la clave está en la perseverancia y los valores: “Hoy hacer clases es difícil, pero la universidad entrega las herramientas necesarias. Aprovechen los conocimientos, los valores y el ejemplo que reciben, porque eso hace la diferencia”, comentó.
En ese mismo sentido, Marta González, por su parte, recalcó la vocación y el compromiso: “Que estudien con amor por lo que hacen. Esta es una hermosa carrera y el mejor regalo es ver cómo los alumnos crecen y se superan”, dijo.
Y Jaime Cifuentes añadió: “Sean sacrificados y agradecidos. El esfuerzo siempre tiene recompensa, y la universidad sigue siendo un espacio donde se forman personas con un sello que trasciende”, puntualizó.
Memoria y gratitud
El momento más conmovedor de la jornada llegó con la liturgia de mediodía, en la que se recordó a los compañeros y profesores que partieron. Entre silencios y miradas cargadas de emoción, los egresados reafirmaron el vínculo inquebrantable con su universidad y con quienes compartieron ese camino.
“Fue una etapa imborrable y hermosa”, resumió Cifuentes. “Y hoy, al volver, sentimos que el tiempo pasó, pero el cariño sigue igual.”
Participaron en el encuentro: Ovidio Arroyo Venegas, Jaime Cifuentes Toro, Marta González Flores, Alejandro Yáñez Gallegos, Silvana Orellana, Margarita Bustos, María Teresa Duarte, María Soledad Silva Ortiz, José Francisco Rojas López, Marta Encina, Sergio Aravena Farías, Guernica Vergara Letelier, Waldo González Murillo, Patricio Capel Lazo, María Ester Lavín González, Max Sepúlveda Bobadilla, Carmen Boada Campos, Patricio Pérez Bravo, María E. Follert Bravo, Rubén Cea Flores, Enrique Matus, Manuel Torres, Pedro Peredo Márquez, Jorge Rivera Delgado, María Paz García Reyes, Gema Muñoz Díaz, Osvaldo Burgos Becerra, Paulina Vergara Blanco, Angélica Bustamante Ramírez, Álvaro Rodríguez y Patricio Larenas.
El reencuentro de la Generación del ’75 de Educación Física no sólo fue una celebración de medio siglo, sino también una declaración viva de gratitud y pertenencia. Porque el tiempo podrá pasar, pero el espíritu UCM permanece intacto.