Profesionales contaron su aporte a la región del Maule en coloquio sobre la temática.

Con el objetivo de contribuir en la formación inicial docente de futuros educadores de párvulos, se desarrolló un Coloquio de Experiencias Pedagógicas Innovadoras, como un espacio de conocimiento y reflexión pedagógica, estrechando el vínculo con el campo laboral, en particular con egresados de la carrera de Educación Parvularia de la UCM.

Se presentaron cuatro experiencias pedagógicas innovadoras en las que ha sido clave la labor de una o más egresadas, en conjunto con sus equipos de trabajo y comunidades educativas.

En Romeral, se han llevado a cabo talleres de yoga para niños y niñas, buscando fortalecer el desarrollo emocional, tan afectado por la pandemia. La educadora de párvulos María José Ulloa, vinculada al DAEM de dicha comuna, ha generado una propuesta combinando la esencia del yoga con los principios pedagógicos del nivel, como el bienestar, el juego y la unidad, concretándola en su labor de acompañamiento a varios establecimientos educacionales de la comuna.

En Sarmiento, en la Escuela María Olga Figueroa, liderada por su director, profesor Jorge Olivares, en conjunto con la coordinadora PIE, Liliana Jara, la educadora de párvulos, Francisca Ramírez, el equipo educativo en general, ha podido conocer sobre las particularidades del nivel de educación parvularia trabajando colaborativamente desde la reflexión pedagógica conjunta. Las reuniones de equipo se han transformado en espacios de discusión profesional sobre el Marco para la Buena Enseñanza de Educación Parvularia. Esto ha permitido dar más sentido a la práctica pedagógica y tomar decisiones en conjunto.

En Las Liras (Teno), Carolina Castro y Pamela Zamorano, educadoras de párvulos del Jardín y Sala Cuna Tierra de Niños, de JUNJI, han enfrentado la necesidad de contribuir a una alimentación saludable, con un proyecto en torno a “los alimentos y sus súper poderes”. Con pequeñas acciones en conjunto con las familias, los equipos educativos, las manipuladoras de alimentos, entre otros actores, han logrado influir positivamente en las prácticas alimenticias de los párvulos y sus familias, tanto durante la pandemia, en el trabajo a distancia, como en lo presencial en la actualidad.

En Curicó, en la sala cuna y jardín infantil para hijos de los funcionarios del Hospital San Juan de Dios, debió asumirse la tarea de continuar el proceso educativo en pandemia, con una particularidad: estar insertos en un sistema de salud y tener que cumplir además de criterios pedagógicos, otros de tipo sanitario. Liderados por su directora, la educadora de párvulos Claudia Valdés, como equipo debieron resolver cómo enviar kits educativos al hogar y mantener una labor que aportara especialmente en el desarrollo emocional de los párvulos, considerando que sus padres y madres eran quienes estaban en la primera línea de la salud en contexto de pandemia.

“Conocer estas realidades, ver cómo los equipos educativos enfrentan los problemas y buscan soluciones, nos lleva a tomar aún más conciencia del valor de la educación parvularia en el aprendizaje de los niños y las niñas. Directivos, profesores, educadores, asistentes, equipos y comunidades educativas, son todos responsables de formar a las personas que continuarán construyendo la sociedad. Como educadores de párvulos estamos llamados a responder a los conflictos y necesidades de cada contexto, desde el cuestionamiento y el trabajo colaborativo, asumiendo la responsabilidad profesional que nos compete como miembros de una comunidad educativa: formar grandes personas desde sus primeros años de vida”, comentó la directora de Escuela, María Teresa González Muzzio.