FILÓSOFA VALERIA BURGOS: “LA FILOSOFÍA ES UNA DISCIPLINA CONTROVERSIAL Y MUCHAS VECES INCOMPRENDIDA”
Valeria Burgos Ortiz es licenciada en Filosofía por la Universidad Católica de la Santísima Concepción y magíster en Filosofía por la Universidad de Concepción. Hoy se desempeña como profesional docente en la Universidad Católica del Maule, impartiendo asignaturas como Ética, Alfabetización Académica, Atención a la Diversidad, entre otras.
El rol de la filosofía en la sociedad moderna es fundamental. Puede contribuir a generar una mayor comprensión de los problemas sociales y políticos, y ayudar a las personas a desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo sobre el mundo en el que vivimos. Además, es capaz de proporcionar una base teórica y ética para la toma de decisiones en áreas como la medicina, la tecnología y la política. Así lo destaca la Mg. Valeria Burgos Ortiz, filósofa y profesional docente de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas de la Universidad Católica del Maule, quien en esta entrevista reflexiona sobre su interés en la filosofía, los temas que más le apasionan y el papel que juega esta noble disciplina en el desarrollo cultural y social de los países. Asimismo, explora la brecha de género entre filósofos y filósofas y cómo es posible abordarla.
Profesora, ¿cómo fue su interés por la filosofía? ¿Hubo algún momento en particular que la llevó a dedicarse a esta disciplina?
— La filosofía captó mi interés durante la enseñanza media, por los temas que aborda y que no trabajábamos en otras asignaturas. Además, vi en mi profesora de Filosofía un modelo a seguir, en su dedicación, rigurosidad, preparación y un amor fidedigno al conocimiento y el quehacer filosófico que se evidenciaba en sus clases. La filosofía se me presentaba como una puerta que se abre a la realidad, en aspectos que a menudo son misteriosos y desconocidos, pero por lo mismo, atrayentes. Tomé la decisión de dedicarme a la filosofía en 3er año de enseñanza media, gracias a la orientación de un buen amigo y la de mi profesora, hoy colegas.
¿Cuáles son los temas que más le apasionan en filosofía y por qué?
— Los temas a los que me dedico en filosofía son Filosofía de la Cultura, Ética y Estética, particularmente en la relación de la ficción con el comportamiento moral. He tratado de focalizar mi trabajo filosófico en áreas de mi interés que contribuyan, de algún modo u otro, a explicar ciertos fenómenos humanos ligados al comportamiento moral, la toma de decisiones y el rol de la cultura en el desenvolvimiento del sujeto. Me apasiona el análisis de lo mítico, el uso del lenguaje metafórico y los símbolos en la cultura. También el debate de la identidad, el género y el cuerpo, la expresividad del arte y el debate por la moralidad en el arte.
¿Cómo cree que la filosofía puede contribuir a la sociedad actual? ¿Qué papel cree que juega la filosofía en la actualidad?
— Creo que la filosofía es una disciplina controversial y muchas veces incomprendida. Su desarrollo en la historia se ha ligado a debates esenciales sobre temas trascendentes que han aquejado al ser humano: la pregunta por la naturaleza, la pregunta por la relación con Dios, la pregunta por la técnica, la pregunta por el Estado, entre otras. La filosofía surge a partir de un cuestionamiento, el manifiesto de una inconformidad por verdades asentadas, pero es ese cuestionamiento precisamente el que genera avance y progreso, porque inspira a resolver el ‘estatus quo’ hacia formas mejores de comprender los fenómenos de la realidad.
Actualmente, la sociedad ha alcanzado un desarrollo vertiginoso, que en muchos aspectos genera crisis y debates y estos a menudo no son tan fáciles de resolver. El rol de la filosofía es dar fundamento y crear espacios de discusión. Creo que la filosofía tiene un rol importante en la problemática ambiental, en el desarrollo de la inteligencia artificial, en el avance en las políticas de género, en las crisis sanitarias, en el debate de la edición genética, en el rol de las comunicaciones, entre otros tantos temas; pero hay que salir, hay que sacar la filosofía de la comodidad de la academia, y llevarla a nuevos espacios políticos, educativos, culturales, dónde el diálogo enriquecido genere nuevas visiones.
¿Cuál es su opinión sobre la brecha de género en la filosofía?
— Respecto a la brecha de género, hay dos temas pendientes en la Filosofía: la incorporación de autoras a las mallas curriculares y programas de estudios y, la inequidad en las academias de filosofía respecto a la incorporación de mujeres en sus plantas.
En cuanto al primero de estos temas, el currículum escolar ha considerado los aportes de filósofas en sus textos de estudios y, las escuelas de filosofía, han ido optando, paulatinamente por considerar filósofas en los cursos de formación, habitualmente optativos, pero aún queda mucho. La brecha de género en la filosofía es la consecuencia de prejuicios arraigados que han operado durante demasiado tiempo en nuestra sociedad. Hay una creencia errónea respecto a que no hay mujeres que hagan filosofía, pero hay mujeres que se han realizado aportes importantes al quehacer filosófico como Hipatia de Alejandría, Sor Juana Inés de la Cruz; a partir del siglo XVIII tenemos figuras como Olympe de Gouges y Sophie de Grouchy que realizaron contribuciones importantes en Filosofía Política y Filosofía Moral; también la contemporaneidad tiene exponentes de renombre como Hannah Arendt, Edith Stein, María Zambrano, Carla Cordua, Nancy Fraser, entre muchas otras.
El segundo de estos problemas es más complejo, si bien el número de estudiantes que ingresan a las Escuelas de Filosofía del país es equitativo entre hombres y mujeres, las plantas académicas se concentran principalmente en académicos varones. La Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) en su Instituto de Filosofía, de los 14 académicos de Planta Ordinaria, sólo 1 es mujer; en la Universidad de Valparaíso (UV) de los 15 académicos que constituyen el cuerpo académico, sólo 2 son mujeres; en la Universidad de Concepción (UdeC) de los 10 académicos que conforman el departamento de Filosofía, sólo 1 es mujer; es una práctica que se repite, sin importar la región ni si la Universidad es o no confesional, privada o estatal.
¿Cómo ve la relación entre la filosofía y otras disciplinas como la ciencia o la tecnología?
— La Filosofía debe dialogar con otras áreas del saber. En la complejidad de los fenómenos naturales y humanos, ninguna disciplina tiene respuesta absoluta a los cuestionamientos que surgen en la búsqueda de la verdad. La filosofía tiene el rol de plantear las preguntas e interrogantes, no es útil desde la mirada mercantil, pero si en implantar las preguntas necesarias para favorecer el diálogo interdisciplinario en la construcción del conocimiento.
¿Qué consejos daría a estudiantes de filosofía?
— Les aconsejaría que investiguen y lean acerca de lo que les interesa, que no pierdan el sentido originario de la filosofía como amor al saber. Qué sean metódicos en su trabajo, que indistintamente dónde se desenvuelvan puedan transmitir la importancia y el rol de la filosofía en la formación del pensamiento crítico y que no prejuzguen ni den por sentado el conocimiento sin antes someterlo a cuestionamiento.
Profesora, ¿podría contarnos de los proyectos o investigaciones en los que está trabajando actualmente?
— Actualmente realizo una investigación en ética aplicada, a partir de casos profesionales que han sido llevados a Comités de Ética en Chile. Y, por otra parte, trabajo en un par de artículos en temáticas de interés personal, en torno a la condición simbólica del ser humano y el rol de la ficción literaria en la toma de decisiones morales.
¿Qué libros o autoras de filosofía recomendaría a alguien que quiere iniciarse en la disciplina?
— Dependiendo del tema de interés, recomendaría leer a Carla Cordua, filósofa chilena, de la región del Biobío, premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales. En su obra “Imaginación y verdad” recoge las fronteras de la verdad y la ficción, a partir de la escritura de autores latinoamericanos. Si alguien posee interés en las problemáticas de género, recomendaría leer a Judith Butler y a Nancy Fraser, la primera en “El género en disputa” o “Los cuerpos que importan” ahonda los problemas del binarismo y los debates de género, la identidad y la teoría queer. Por otro lado, Nancy Fraser en su obra “Unruly practices: power discourses and gender in contemporary social theory” expone el problema de género en la crítica que hace a otros teóricos sociales, y cómo el feminismo otorga ciertas respuestas en las dinámicas de grupos y en las sociedades. Finalmente, si alguien tiene interés en la Ética y debates actuales de carácter socio-político, Adela Cortina en sus obras “Ética mínima” o “¿Para qué sirve realmente la Ética?” presenta de forma amena algunos cuestionamientos contemporáneos acerca de la moralidad humana y sus consecuencias en el sujeto y en las formas de relacionamiento.
“Las opiniones vertidas en la presente entrevista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.
Crédito: Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas UCM.