Apoyada por un proyecto de investigación Fondecyt de la Universidad Católica del Maule, la iniciativa permitió a los vecinos y vecinas del sector articularse para definir y organizar sus propias actividades en beneficio de la comunidad.

A diferencia de los eventos masivos, como la Fiesta de la Primavera, la Fiesta del Chanco Muerto y la Fiesta de la Independencia en Talca, que suelen ser gestionados de forma centralizada y convocan a la ciudadanía en general, espacios comunitarios como la Feria Entre Ríos nacen desde la propia base vecinal, expresando directamente las necesidades y prioridades de los habitantes de cada territorio.

De este modo, la Feria Comunitaria permitió que los vecinos se involucraran activamente en su organización, tomando decisiones colectivas sobre su propósito y las reglas en torno a las cuales esta se organiza. El proyecto de investigación que apoyó esta iniciativa, financiado por ANID, se denomina “Esfera Comunitaria Autónoma” y, actualmente, se encuentra en su tercer año de ejecución.

Revitalizar los espacios urbanos

“Se constituyó una política comunitaria que permitió definir un conjunto de acciones y acuerdos que dieron vida a esta feria, transformando la plaza pública en un lugar de encuentro, intercambio y disfrute colectivo”, detalló el investigador responsable, Dr. Francisco Letelier Troncoso, académico de la Escuela de Sociología UCM.

La Feria tuvo lugar en una placilla ubicada entre las calles 8 Sur y Otawa, donde los vecinos montaron toldos y ofrecieron una variada gama de servicios y productos locales.

“La feria incluyó puestos de venta de alimentos naturales, cuadros, productos artesanales y otras expresiones artísticas, además de actividades centradas en el cuidado del medio ambiente. Entre los puntos destacados estuvo la presencia de un stand de la Biblioteca La Florida, que aportó una dimensión cultural al promover la lectura y el acceso a la información en la comunidad”, destacó el investigador.

En ese sentido, la feria no solo fue un espacio de intercambio comercial, sino que representó un ejercicio de construcción de un “bien común”, un concepto clave en el proyecto. “El primer resultado de la feria es la capacidad de la gente de crear algo propio, algo que no existía antes de su acción”, añadió el académico. Para él, este “bien común” trasciende lo material, “pues representa un espacio de encuentro y pertenencia donde se dinamizan las relaciones interpersonales y se fomenta la identidad barrial”.

Democracia y autogestión

Estos encuentros comunitarios, más íntimos y participativos, permiten que los vecinos no solo disfruten de un espacio común, sino que se involucren activamente en su planificación y ejecución.

De esa manera, este evento es una demostración de lo que se puede lograr en cada barrio de Talca, del Maule o el país, con un enfoque similar. “Basta con una motivación de los vecinos y políticas mínimas que permitan que cada barrio tenga la oportunidad de organizar su propia celebración. Imagínate, en Talca tenemos cerca de 40 unidades vecinales, y cada una podría realizar al menos una feria o fiesta barrial al año”, explicó el académico, añadiendo que este modelo, “puede replicarse con facilidad utilizando metodologías sencillas y procesos formativos, los cuales podrían transferirse a otras comunidades sin mayor dificultad”

Así, el impacto positivo de la Feria Entre Ríos ha llevado a Letelier y su equipo, donde también participan los académicos de la Escuela de Sociología UCM, Claudia Jornada, Ximena Cuadra y Víctor Fernández, a proponer la creación de una política pública local que facilite la realización de estos eventos en todos los barrios de Talca.

“Nos gustaría que existiera una política que apoyara la creación de espacios festivos comunitarios, donde cada barrio tuviera las condiciones mínimas para aprovechar su espacio público en beneficio de todos”, mencionó Letelier.

Seguridad pública

Además de su valor como punto de encuentro y fortalecimiento de la cohesión social, estos eventos comunitarios juegan un rol clave en la recuperación de espacios públicos y en la contribución a la seguridad barrial. “Al activar zonas desocupadas o en desuso, la feria u otras iniciativas transforman estos lugares en entornos vivos y frecuentados por los vecinos, neutralizando el riesgo de actividades delictivas y fortaleciendo la percepción de seguridad”, subrayó el Doctor en Geografía y Planificación Territorial de la Universidad de Barcelona, España.

La experiencia de la feria Entre Ríos, que atrajo a numerosos visitantes, refuerza la importancia de desarrollar espacios que permitan la interacción entre los habitantes, un modelo que podría replicarse en otros sectores de la ciudad, promoviendo así una ciudadanía activa y participativa.