EXT UCM-Curicó expondrá película chilena “El Patio”
La cinta chilena “El Patio” se exhibirá este viernes 17 de agosto a las 20:00 horas en EXT UCM-Curicó. Esto en el marco del ciclo Miradoc que lleva a cabo el Centro de Extensión de la UCM todos los meses y cuyas entradas alcanzan un valor de mil pesos.
Dos sepultureros que cuidan con cariño el Cementerio General de Santiago, son guardianes de un oscuro secreto. En 1973, tras el golpe cívico-militar, fueron obligados a enterrar los cuerpos de miles de prisioneros políticos como NN, mientras sus familias los buscaban desesperadamente. Hoy, tras años de silencio y temor, comparten sus recuerdos con Sergio, el más joven de los sepultureros.
Este largometraje de no ficción, además de retratar una situación ya conocida ampliamente por la opinión pública nacional, plantea otras interrogantes relacionadas con el paradero de los detenidos desaparecidos durante la dictadura militar chilena. Así, surge la cuestión de si acaso el patio 29 era uno más de los tantos sectores clandestinos, dentro del mismo Cementerio General de Santiago, en el cual se pudieron haber ocultado los demás cuerpos de las víctimas derivadas de la represión política.
Directora
La directora, Elvira Díaz, es hija de un exiliado chileno radicado en Francia, nació en ese país y conoció Chile el año 2001, buscando acercarse al país donde había nacido su padre. Directora y guionista, mientras filmaba un documental sobre el entierro de Victor Jara, cuya tumba está frente al Patio 29, Díaz comenzó a cuestionarse la historia de ese espacio. Eso dio origen a “El Patio” un documental dirigido y producido por ella, que cuenta en primera persona las experiencias de los sepultureros del Patio 29 del Cementerio General.
“Estando enfrente todos los días, comencé a hacerme preguntas sobre la historia de ese lugar y sus sepultureros”, confesó. “Héctor Herrera, que es la persona que enterró a Víctor Jara en 1973, me contó que un sepulturero lo había ayudado a poner el ataúd del cantante en el nicho, y que, como acto de resistencia, había puesto una corona de flores que había robado de una tumba vecina, lo que obviamente estaba prohibido en ese momento. Entonces, me pregunté, ¿quién había enterrado a los muertos en el Patio 29?, ¿quién estuvo a cargo de esa difícil tarea?’ Al principio pensé que eran soldados, hasta que el director del cementerio me explicó que no y me envió donde Lelo, que era un sepulturero que todavía estaba en servicio”.
La autora contó que sintió un gran respeto por sus retratados, calificándolos como personas con “testimonios vivos de sabiduría entre quienes han experimentado situaciones espantosas, sin perder la cordura ni el sentido el humor. Su visión de la vida, la muerte y la locura humana es diferente a la nuestra. Aprendí mucho de ellos”, declaró.