Experto en educación analiza el estancamiento de Chile en la medición internacional PISA
En entrevista, el académico del Departamento de Formación Inicial Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule, José Hernán Parra Fica, comparte su análisis y mirada respecto a los resultados.
Chile lidera en América Latina, pero sigue sin alcanzar promedio de países OCDE. Por ejemplo, la prueba arrojó que solo un 44% de los jóvenes chilenos está en el nivel en que pueden comparar la distancia entre dos rutas o convertir dos precios a una moneda distinta.
El Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), mide la capacidad de los estudiantes de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades o competencias en lectura, matemáticas y ciencias para lograr ser ciudadanos alfabetizados en estas áreas del conocimiento. Recientemente se entregaron los resultados de su última aplicación en el año 2022, a nivel global se registró una baja importante, 15 puntos en matemática, 10 puntos en lenguaje, manteniéndose estable los resultados en ciencias naturales.
En este contexto preocupante, Chile sigue la tendencia de los países OCDE participantes y muestra un descenso en matemática y lectura, aunque estos no son estadísticamente significativos es posible afirmar que son similares a los obtenidos en 2018.
¿Cree usted que la Pandemia influyó en estos resultados?
Es innegable que los dos años de pandemia, con colegios cerrados, clases virtuales y reacomodo en las prácticas docentes impactaron fuertemente en el sistema educativo, afectando a los alumnos, maestros y familia, aun así nuestros resultados son estables, lo que no significa que sean buenos, (continuamos bajo el promedio OCDE), esto es una evidencia que los enormes esfuerzos que se hicieron para implementar una modalidad de trabajo nueva, con escasos recursos y desconocimiento, en general, de lo que significa una educación a distancia, actividad muy diferente a las dinámicas de la clase presencial.
¿Considera usted que se ha estancado la educación?
Nuestro país tiene un bajo desempeño en la prueba PISA, lo que se evidencia al reconocer que más de la mitad de nuestros estudiantes carecen de los conocimientos básicos en matemática y un tercio carece de un nivel de comprensión lectora elemental, competencias fundamentales para poder desenvolverse en el siglo XXI.
Los resultados históricos muestran que Chile desde el 2000 al 2010 mejoraba sus resultados, pero a partir del 2012 se observa un descenso constante hasta el día de hoy. Es innegable el estancamiento de los niveles de aprendizaje en nuestro país, en promedio los estudiantes chilenos en matemática están por debajo de los resultados del año 2018 (-6 puntos) y en lenguaje (-4 puntos), mientras en ciencias los resultados se mantuvieron, estos datos evidencian peores resultados que el año 2015, muy cercanos a los obtenidos en 2006 y 2012. Particularmente en matemática, es importante considerar otros aspectos como lo son el aumento de la brecha de género, la cual se duplicó a favor de los hombres, la diferencia entre los niveles socioeconómicos disminuyó, esto debido al aumento en 10 puntos de los estudiantes del quintil más pobre, mientras los pertenecientes al quintil más rico disminuyeron en 14 puntos su desempeño. Otra señal del estancamiento en educación es que un 55,7% de los jóvenes no evidencian un desarrollo de habilidades elemental o mínimo, dificultando su incorporación a la sociedad como ciudadanos alfabetizados matemáticamente, lo anterior superior al promedio OCDE que indica que solo 3 de cada 10 jóvenes están en este nivel descendido. El aumento de la deserción escolar en un 25% en los últimos tres años, la baja asistencia a clases, donde es posible reconocer que el 39% de los estudiantes tiene un 15% de inasistencia, situación compleja ya que es reconocido que con un 10% el daño en los aprendizajes es importante.
¿A qué atribuye usted que Chile haya caído en la Prueba Pisa?
Indudablemente la pandemia afectó fuertemente no sólo el sistema chileno, sino que, a nivel global, la OCDE reportó en su último informe PISA 2022 un descenso sin precedentes a nivel mundial en el rendimiento de los estudiantes, el promedio en matemática cayó en 15 puntos y en lectura esta caída fue de 10 puntos, ciencias mantiene sus resultados bastante constantes.
Nuestro sistema da evidencia de una caída, curiosamente más acentuada en los niveles socioeconómicos altos, lo que puede ser resultado del fuerte impacto que el colegio tiene en esos estudiantes, mientras en el sector de más bajos recursos, principalmente colegios públicos este impacto no es tan potente, algunos expertos atribuyen esta disminución de la brecha a la mejora en la educación primaria o básica. En resumen, creo que esta caída está alineada a lo que ocurre a nivel global, donde se mantienen condiciones no equitativas tanto en recursos económicos, pedagógicos y humanos, sumándole a lo anterior lo que significó la pandemia, con obstáculos como el cierre por dos años de los establecimientos educacionales y el perjuicio que esto ocasionó a los procesos de enseñanza y aprendizaje, el adecuamiento lento de los profesores a las nuevas condiciones (clases virtuales), estrategias evaluativas diferentes, incorporación de la familia en la tarea, etc.
¿Como docente cuál cree usted que podría ser la estrategia o estrategias a llevar a cabo para seguir avanzando en la educación en Chile y no siga estancado?
Si quiero mover un pesado mueble, debo tomarlo con ambas manos y poner todas mis energías en esa tarea, si queremos mejorar la educación en Chile debemos concentrar los esfuerzos en lo realmente importante y reunir allí las energías como sociedad. Las acciones deben estar dirigidas a priorizar lo que ocurre en la sala de clases, principalmente transformar o actualizar las metodologías de enseñanza, y aquí está nuestra responsabilidad como casa formadora de profesores, la estrategia o estrategias a implementar deben enfocarse en mejorar los procesos de formación inicial docente y de formación continua. Esto significa entregar a los profesores, sean estos en formación o en activo, herramientas que le permita modificar la gestión del currículo al interior de las aulas, entregando profundos conocimientos disciplinares y didácticos, pero también preocupándonos del desarrollo personal de niños y niñas, generando así las mejores condiciones posibles para propiciar instancias de enseñanza y de aprendizaje que los convierta en ciudadanos que aporten a la sociedad desde cualquier ámbito.
Crédito: Facultad de Ciencias de la Educación UCM.