Experta UCM alerta sobre consecuencias y aspectos relevantes de los incendios forestales
Daño irreversible y restauración costosa
La situación por la que atraviesa gran parte de la zona centro de nuestro país producto de los incendios forestales, -se extiende entre la quinta y novena región-, es preocupante y mantiene hace varios días trabajando sin descanso a bomberos, brigadas de incendios de CONAF, voluntarios y autoridades.
Sin ir más lejos, y de acuerdo al último balance de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), las llamas han consumido 155 mil hectáreas a lo largo de Chile, lo que refleja el complejo escenario actual.
Si bien la atención por ahora está en controlar y extinguir definitivamente los incendios, también surge la duda de cuáles serán las consecuencias y panorama posterior.
“La recuperación tiene distintas etapas, en el caso de la vegetación depende de la de la intensidad y también de extensión del incendio, la cual si es extrema, llevará largo tiempo para que la vegetación herbácea circundante llegue a colonizar el sector quemado en su totalidad. La vegetación de mayor tamaño como arbustos y árboles responden al fuego de acuerdo a su tolerancia y los mecanismos de regeneración, por lo tanto para especies con baja capacidad de resistencia al fuego el escenario es devastador”, señaló la directora del Departamento de Ciencias Forestales de la U. Católica del Maule (UCM), Carmen Bravo.
La académica y especialista UCM, agregó también que el mayor riesgo con todo lo que acontece actualmente es el daño que se provoca en el suelo, ya que las altas temperaturas provocan una pérdida tanto de los nutrientes como de la estructura del suelo, además de la materia orgánica y los microorganismos.
“Está comprobado que la diversidad de vida en suelo es muy importante para las regeneraciones y poblaciones que hay a nivel superior, si se pierde eso, es difícil de recuperar en el corto plazo”, sostuvo Bravo.
El ciclo hidrológico se altera por el aumento de escorrentía y la eliminación de los procesos de captura de agua por la vegetación, la evapotranspiración y la intercepción.
La fauna que presenta menor movilidad es la que sufre el mayor daño por el incendio. Especies con mayor movilidad como los vertebrados pueden migrar hacia sectores seguros en el momento del incendio. La destrucción de ecosistemas y la cadena trófica en el sector afectado dificulta la recuperación de la fauna existente.
Dependiendo de la extensión e intensidad del incendio, la calidad del paisaje pos incendio puede llegar a niveles extremadamente bajos, por lo que se verán afectados los valores estéticos, ecológicos, emotivos, culturales y científicos asociados al sector afectado.
“El suelo es un recurso no renovable, y ha quedado expuesto en estos momentos, es muy importante resguardarlo y protegerlo. El suelo desprovisto de vegetación y dañado por el fuego queda expuesto a la primera lluvia de invierno y también al viento, entonces al haber perdido su estructura se produce mucha escorrentía superficial, por lo que la erosión puede ser notable”, comentó la directora del Departamento de Ciencias Forestales UCM. El Departamento está vinculado a los profesionales insertos en la zona de peligro, a través del servicio de docencia que ellos prestan en las temáticas de manejo de fuego, áreas silvestres, proyectos de pequeños propietarios y regulación forestal.
Restauración
La académica Carmen Bravo recordó el episodio similar ocurrido el pasado 27 de diciembre de 2011 en el Parque Torres del Paine, donde 17.600 hectáreas se quemaron.
“Allí se realizó un plan, con implementación y monitoreo para poder lograr su restauración. La primera etapa es la rehabilitación, en el corto plazo, pero requiere de un trabajo a largo plazo, seguramente o en la mayoría de los casos no se va a lograr la condición inicial, porque replicar un ecosistema que ha llevado años en conformarse, es muy difícil de lograr”, dijo.
Además, Bravo aseveró que “se va a demorar la recuperación de los ecosistemas y no tenemos la seguridad que se recupere totalmente, en Chile sobre restauración de grandes extensiones existe poca experiencia”, agregando que es necesario que “se apliquen algunas técnicas de control de erosión y prevención de movimiento de masa, que en grandes extensiones es bastante costoso, el plan de restauración de las Torres del Paine tuvo un presupuesto de alrededor de los 3.200 millones de pesos, sin considerar que en el corto-mediano plazo hay muchas pérdidas que no se pueden recuperar, que se consideran irreversibles”, cerró.
Cambio paradigma
Finalmente, la académica UCM, recalcó que sabemos que los efectos del cambio climático vienen, pero Chile aún no asume que las emergencias y catástrofes van a ser pan de cada día, por la dinámica de la relación entre las actividades humanas y el medio ambiente, la que dificulta la prevención.
“Hay que cambiar la forma de pensar, tomar decisiones que signifiquen para el Estado y privados hacerse cargo de los recursos que ellos manejan y administran, hay una responsabilidad social y ambiental que se debe asumir. Quien sea propietario o administre recursos naturales, debiera tener o ser parte de un plan prevención de contingencias y de emergencia del sector en que está emplazado lo que significa un cambio de paradigma bastante grande en la sociedad, porque la legislación vigente, hasta ahora no lo exige”, apuntó.