Ante los resultados de la prueba Simce 2017.

La Agencia de Calidad de la Educación dio a conocer los resultados de la prueba Simce aplicada a 4° y 8° básico, y 2° medio en Chile, el cual arrojó entre los resultados generales dificultades en la lectura.

La académica, Giselle Bahamondes, directora de la Escuela de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación de la Universidad Católica del Maule conversó sobre los resultados de esta prueba.

“Uno de los factores que atenta considerablemente en los resultados de aprendizaje, es la motivación que niños y jóvenes tienen en las aulas, en especial los establecimientos más vulnerados. Otro de los factores que interviene considerablemente es el rol que cumple el profesor en el aula, ya que hay algunos docentes que piensan que los niños y jóvenes deben actuar como receptores pasivos, de una clase rigurosamente planeada, sin tomar en cuenta  aprendizajes efectivos en torno a proyectos que potencian el desarrollo de habilidades que le permitan leer y escribir para comprender la sociedad, y esto precisamente, es lo que marca la diferencia en la formación de profesores de nuestra Escuela en la UCM”, afirmó la docente e investigadora.

En el 2017, la académica junto a los estudiantes Karool Espinoza, María Paz González, Angélica Molina, Karol Molina se sumaron a un proyecto FONDEF del MINEDUC, explicó la Dra. Bahamondes, para analizar las pruebas estandarizadas, entre las que estaba el SIMCE. “Se concentró en el análisis de las concepciones, percepciones, metodologías de enseñanza y evaluación de la competencia lectora presente en las prácticas de los docentes de determinados establecimientos educacionales y su relación con los resultados de evaluaciones vinculadas a la lectura”.

Conclusiones del estudio

Entre las conclusiones obtenidas se constató que el trabajo docente realizado para la enseñanza y la evaluación de la lectura en determinadas aulas chilenas, no apunta al desarrollo de la competencia lectora, “Más bien, se limita al desarrollo de habilidades lectoras básicas y superficiales. Mientras que, el método de evaluación que se implementa en determinados espacios educativos, es tradicional y con escasos tipos de procedimientos evaluativos; no abarca todo el proceso de aprendizaje, ni considera al alumno como agente evaluador (Cassany, 1998), y que  a partir del análisis de las concepciones, percepciones, metodologías de enseñanza y evaluación de la lectura en el aula, y en especial en la práctica de los docentes, no se presentan innovaciones pedagógicas que conlleven a formar estudiantes que sean lectores competentes, que realicen una lectura reflexiva y la utilicen en función de sus objetivos personales para su participación en la sociedad, más allá del trabajo en la sala de clases”, expuso la Dra. Bahamondes.

También, el estudio arrojó que los docentes participantes conocen las dificultades que sus estudiantes tienen con la lectura e intentan desarrollar mejores posibilidades de aprendizaje lector, sin embargo, desconocen las actitudes que sus alumnos poseen frente a la lectura. “En este caso, consideramos que, si se emplearan estrategias vinculadas a las actitudes, se esperaría mejorar la motivación y predisposición al leer, asimismo, la valoración y conciencia sobre la utilidad de comprender un texto en un contexto de aprendizaje social, crítico y creativo”, sostuvo la académica.

Para finalizar, la Dra. Bahamondes enfatizó que los profesores de la Escuela de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación de la UCM pueden aportar a que esta realidad cambie. “Nuestros alumnos no se forman para mecanizar los instrumentos de evaluación ni para efectuar entrenamientos poco auspiciosos. Nuestros propósitos, orientados desde la Didáctica, están sustentados en un aprendizaje efectivo, en el que los resultados son observables en procesos continuos, de aprendizajes cognitivos, conscientes e integrales”, agregó.

Adicionalmente, el equipo compuesto por la profesora Carolina Merino, el profesor Alejandro Espinoza y la Dra. Bahamondes, han investigado en el contexto de la didáctica de la lengua y la literatura, abarcando desde el análisis de las orientaciones ministeriales, hasta las prácticas docentes en el contexto escolar, vinculadas con lectura y escritura. “Confiamos en que el actual proyecto que desarrollamos nos permita profundizar en estas materias y efectuar contribuciones reales en la formación de profesores especialistas no solo en sus disciplinas, sino también en la didáctica y su forma de pensar las aulas actuales”, afirmó la investigadora pedagógica.