Entrevista: Académico UCM reflexiona sobre los desafíos éticos de las Ciencias Sociales y las Humanidades en Jornada Académica Internacional - Universidad Católica del Maule
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Entrevista: Académico UCM reflexiona sobre los desafíos éticos de las Ciencias Sociales y las Humanidades en Jornada Académica Internacional

Entrevista: Académico UCM reflexiona sobre los desafíos éticos de las Ciencias Sociales y las Humanidades en Jornada Académica Internacional
22 Jul 2020

lustración de Mauricio Perugachi.

El Dr. Cristhian Almonacid Díaz, académico del Departamento de Filosofía de la Universidad Católica del Maule, participó el pasado 16 de julio como conferencista en la Jornada Académica Internacional de Investigación, organizada por la Universidad San Juan Bautista de Perú. Esta actividad se suma al posicionamiento internacional de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas, gracias a las invitaciones que sus académicos e investigadores reciben en aras de aportar en diferentes ámbitos del quehacer filosófico, y en este caso en particular, de la ética de la investigación en las Ciencias Sociales y las Humanidades.

En esta nota entrevistamos al Dr. Almonacid sobre los alcances de esta participación. 

¿Cuál fue el objetivo de esta actividad? ¿Quiénes estaban convocados?

Esta Jornada Académica fue organizada a propósito de la inauguración del Instituto de Investigación en Humanidades de la Universidad San Juan Bautista de Perú. Para ello se convocó a importantes investigadores de diferentes áreas de las Ciencias Sociales y las Humanidades a fin de dialogar sobres los diferentes desafíos y problemáticas a los que la investigación se está enfrentando en tiempos de pandemia. Participaron investigadores de Perú, Colombia y de Chile, a través de nuestra presencia. En mi caso me convocaron para exponer acerca de las “Implicancias éticas de la investigación científica en Ciencias Sociales y Humanidades”. En el entendido que la crisis sanitaria mundial nos está conduciendo a múltiples problemáticas que necesitamos pensar.

En concreto, nos encontramos con narrativas del mundo moderno que por efecto de la pandemia están entrando en un proceso de disputa, asestando nuevas heridas al ego humano. Por ejemplo, teníamos la certeza que la razón través de la ciencia empírica es capaz de predecir y dominar el caos de la naturaleza, sin embargo, estamos viviendo un tiempo en que, parece, este espíritu de suficiencia científica se ha fisurado. O también, pensábamos que el sujeto moderno se elevaba gracias a su racionalidad por sobre sus condicionantes corporales. El sujeto es su conciencia y no su cuerpo, decíamos. Pero esta conciencia trascendental poco puede hacer ante los riesgos que provoca un minúsculo ser de la naturaleza y que a través de nuestro cuerpo puede convertirse en dueño de nuestro destino. Desde esas narrativas que mencionamos a modo de ejemplo, hemos construido un modo de ser humanos que en este tiempo se encuentra en cuestionamiento.

¿Qué tiene que ver la reflexión ética con estas dificultades comprensivas de la modernidad por efecto de la pandemia?

En la conferencia intenté mostrar que, si enfocamos la ética en su sentido originario, en tanto carácter y modo de ser, tenemos que la ética se constituye en un proyecto. Esto, filosóficamente hablando, significa que nuestro modo de ser ético es una tarea, algo que tenemos que hacer conforme a determinadas formas de preferencia. Dichas preferencias se definen por la comprensión y las narraciones que hemos desarrollado sobre lo que somos. Es decir, la reflexión ética nos permite pensar sobre el nuevo ethos que necesitamos como seres humanos en medio de la crisis, pero también cuando la pandemia pase. En ese marco, mi convencimiento es que desde la ética podemos generar nuevas narrativas y nuevas formas de vida para nuestra comprensión de lo que somos y queremos ser, en vistas a la construcción de nuevas relaciones sociales y para las nuevas formas de vinculación que necesitamos con nuestro entorno.

Es aquí donde entran en escena las Ciencias Sociales y las Humanidades, ¿no?

Ciertamente. La investigación en Ciencias Sociales y Humanidades tiene como horizonte ético y responsabilidad ineludible colaborar en la construcción de estas nuevas narraciones comprensivas del ser humano. En este punto, insistí sobre tres elementos que se constituyen en los bienes internos de la investigación comprendidos como aquellos factores de legitimidad y valor social de lo que también se denomina “ciencias humanas”.

A mi juicio el primer bien que la investigación en las ciencias humanas puede aportar en esta tarea ética lo constituye la reflexión y los caminos que se abren gracias a lo que Sócrates llama una “vida examinada”. La generación de un pensamiento abierto y profundamente crítico de las Ciencias Sociales y las Humanidades producen una apertura de nuevos sentidos gracias a la creatividad investigativa y a la diversidad metodológica: descripciones, anécdotas, historia, poesía, citas, reflexiones, ensayos, etc.

El otro bien interno de las Ciencias Sociales y las Humanidades es lo que, siguiendo una tradición fenomenológica-hermenéutica, podemos identificar como conciencia histórica. Como complemento a una conciencia desvinculada, objetivante y exacta de las ciencias empíricas, las ciencias humanas aportan el carácter situado de la vida humana. Los caminos de la experiencia, tensionan y conectan la investigación de las ciencias humanas con el pasado para lanzarnos hacia el futuro. Este enfoque científico apuesta por un sentido comprensivo de la verdad, más allá de la verificación. Las ciencias humanas siguiendo esta conciencia histórica intentan abrir horizontes a un tipo de racionalidad valorativa y no sólo técnico o instrumental.

Y, por último, otro bien interno lo constituye el carácter interpretativo de la investigación en ciencias sociales y humanidades. Se trata de una vocación hermenéutica necesaria e inexcusable. El investigador en ciencias humanas no puede levantar sobre él mismo y el objeto de estudio una barrera neutralizadora para la búsqueda un saber despojado de subjetividad. En esta línea, la capacidad hermenéutica de las ciencias humanas nos conduce a una relación de sentido con lo estudiado y no solamente a una relación de causalidad explicativa.

Finalmente, coméntenos un poco sobre las implicancias éticas concretas en el campo de la investigación actual en ciencias sociales y humanidades

En este último punto propongo algunos aspectos desafiantes para pensar desde las Ciencias Sociales y las Humanidades en el contexto actual en el que se encuentra el mundo.

Se impone cada vez más la necesidad de investigar sobre un nuevo humanismo que se complemente en clave femenina. Es una deuda que las ciencias sociales y las humanidades requieren saldar para aportar un sentido de comprensión de lo humano en el que la perspectiva femenina de origen a nuevos sistemas de relación cultural y social.

Por otra parte, las Ciencias Sociales y las Humanidades también requieren desarrollar investigación para aportar nuevos significados que configuren la relación del ser humano con su medio ambiente.  Como también, somos éticamente responsables de proponer de recursos hermenéuticos para la comprensión de lo que se viene denominando posthumanismo e inteligencia artificial, que desde la técnica están poniendo en cuestión todo aquello que comprendíamos sobre nuestra identidad y capacidad humana.

Las ciencias humanas, por último, tienen el imperativo de resistir críticamente al sentido industrializado y productivo del conocimiento científico que se da en lógica de acceso restringido. Tenemos que repensar y posicionarnos respecto a la tiranía del paper, para complementar la difusión de nuestro conocimiento a través de otros medios libres y abiertos: ensayos, columnas, libros, etc.

Ciertamente hay muchos otros aspectos relevantes a considerar, sobre las implicancias éticas a las que todos los investigadores en Ciencias Sociales y Humanidades están llamados a responder. Aquí simplemente hemos esbozado algunas.

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