Dr. Rodrigo Vargas “Hoy enfrentamos una pandemia viral, pero antes, enfrentamos pandemias asociadas a la malnutrición y el sedentarismo”
El especialista e investigador en entrenamiento y motricidad humana atleta y decano de Facultad de Ciencias de la Educación de la UCM, comparte tips para gracias al deporte disminuir los riesgos de enfermedades crónicas.
El pasado 06 de abril se celebró el Día Mundial de la Actividad Física, cuyo objetivo es promover la realización de actividad física de acuerdo a lo que específica la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son mínimo 30 minutos diarios.
Pero, el mundo en pandemia sigue viviendo una realidad que ha cambiado nuestros estilos de vida, y ha mermado la cantidad de horas para realizar actividades físicas deportivas al aire libre. Debido a las restricciones, las personas pueden salir a trotar, caminar o andar en bicicleta desde las 7:00 hasta las 8:30 de la mañana de lunes a viernes, mientras que los fines de semana y festivos se podrán realizar entre las 6:00 y las 9:00 de la mañana.
Asimismo, una parte de la población sigue confinada en sus casas realizando teletrabajo, lo cual ha aumentado los riesgos que conlleva una vida sedentaria.
El Dr. Rodrigo Vargas Vitoria, especialista e investigador en entrenamiento y motricidad humana, atleta y decano de Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule (UCM) hace un llamado a las personas a moverse, a realizar alguna actividad física en su casa para evitar enfermedades crónicas no transmisibles, como obesidad, hipertensión, dislipidemia, diabetes y algunos tipos de cáncer, entre otros.
“Uno de los problemas que se observan del confinamiento dice relación con afecciones en la salud mental, el hombre es nómade y social y, en consecuencia, no tener espacios implica una restricción impactante que afecta el desarrollo, no solo motriz, si no también afectivo y social.
Para el educador físico es importante realizar estiramiento de piernas, cintura y cuello. Entre los tips sugeridos para realizar actividad física en casa están el aprovechamiento de cualquier tarea doméstica para movernos, hacer ejercicio utilizando muebles como sillas o mesas, sentadillas en la pared, subir y bajar escaleras, entre otros.
Por tal motivo, el Dr. Vargas, afirmó que se puede llevar una vida activa en casa, independiente de lo grande o pequeña que sea, siendo lo relevante tener la intención y motivación para realizar actividad física sistematizada. “Como una forma de superar el conflicto laboral, muchos entrenadores personales están realizando clases online. En la red existen clases de diferentes tipos que pueden ser seguidas, teniendo el cuidado de mantener una exigencia acorde a las capacidades individuales, ya que asistir a los gimnasios hoy no es una alternativa; al contrario, los gimnasios deben ir a las casas, y a través del teletrabajo como emprendimiento ofrecer rutinas de trabajo físico con las respectivas evaluaciones individualizadas”, afirmó.
Al ser consultado, si el tiempo de actividad física era igual en adultos y niños, el decano explicó que no necesariamente, ya que los niños se mueven naturalmente por su condición de desarrollo y maduración, la que se ha visto negativamente afectada, producto de los juegos tecnológicos.
“En definitiva, lo que ocurre es que a diferencia de los adultos los niños se mueven intensamente por poco tiempo durante todo el día, muchas veces no dosifican la actividad física”, explicó.
El entrevistado reiteró que la inactividad física es un problema de salud pública mundial. “Hoy enfrentamos una pandemia viral, pero antes, enfrentamos pandemias asociadas a la malnutrición (obesidad y obesidad mórbida) y el sedentarismo, producto de la tecnología, el uso del celular el día entero, el computador o el tablet”, expuso.
Con respecto a si la actividad física podría ayudar a las personas a reaccionar mejor frente a un contagio con COVID-19 o frente a otros virus, el Dr. Vargas opinó que “la actividad física refuerza la capacidad de trabajo físico y promueve un adecuado funcionamiento del sistema inmunológico y hay mucha evidencia científica que demuestra aquello y que impide la presencia de enfermedades crónicas no transmisibles, sin embargo, no existe evidencia en ese ámbito que permita concluir que el ejercicio ejerce efectos favorables para defenderse del COVID-19 y menos del contagio. Una persona físicamente activa, probablemente, se pueda defender en contra del Virus, pero, en ningún caso podría asegurar que producto de ello el sujeto quede inmune a los efectos que provoca este mal”, sostuvo.