Día Mundial de los Océanos: una mirada pedagógica orientada al cuidado de la casa común.
El Día Mundial de los Océanos se celebra el 8 de junio, lo que nos recuerda que son parte fundamental de la vida del planeta, una fuente importante de alimentos y medicinas y una parte relevante de la biósfera.
Al respecto, el profesor Felipe Marín Isamit, académico del Departamento de Formación Inicial Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule y la ingeniera Rafaela Polanco Chaparro, encargada del Programa de medio ambiente del Departamento de Administración Educacional Municipal de la Municipalidad de San Clemente, explicaron la importancia del cuidado del medio ambiente y cuáles estrategias a implementar para que los estudiantes de todos los niveles tomen conciencia con respecto a este tema tan relevante.
“Quisiéramos hacer un preámbulo y aproximarnos a la importancia de la Educación Ambiental, y cómo desde este ámbito educativo transversal, podemos articular distintos saberes que pueden ser utilizados para comprender ¿Por qué deberíamos analizar profundamente la posibilidad de dirigir esfuerzos colectivos por alcanzar nuevas formas de habitar? Donde el ser humano se visualice como una especie integrada plenamente al ecosistema que cohabita. A partir nuevas perspectivas orientadoras como el biocentrismo y ecocentrismo, por ejemplo, proyectar un nuevo habitante, que se ocupe constantemente por la salud de los Océanos y todos los espacios que impacta con sus comportamientos individuales y colectivos”.
Los académicos agregaron que, “Avanzar hacia las perspectivas de pensamiento y acción, mayoritariamente mixturados entre paradigmas globales y cosmovisiones territoriales biocéntrico-ecocéntrico, exige dejar atrás el antropocentrismo presente en nuestras formas analizar: fenómenos (aislados) y formas de habitar (segregados), exige a quienes educamos tanto desde las Ciencias Naturales, como Humanas y Sociales, repensar los perfiles de seres humanos que estamos proyectando hacia la comunidad, y se trasforma en imperativo para quienes desarrollamos líneas de investigación y desarrollo, desde las Ciencias de la Educación, que se ocupa principalmente de los sistemas universitario y escolar”.
Con respecto a cómo enseñar en clases a cuidar los océanos, los académicos enfatizaron que toda la vida en la tierra está conectada al océano y a la biodiversidad que allí habita.
“Los océanos contribuyen en gran medida al equilibrio de todos los ecosistemas, ya que, junto con los bosques, son la gran fuente de oxigeno del planeta y absorben una gran cantidad de dióxido de carbono, ayudando a mitigar los efectos del cambio climático. Desde estas premisas, el cuidado de los océanos es fundamental, aprender a cuestionar nuestras acciones y hábitos desde la Escuela, puede contribuir directa e indirectamente con la deconstrucción de los malos pensamientos sobre el mar y lo que hacemos en contra de todo lo que el mar nos regala. Si bien, tendemos a responsabilizar la ambición de quienes están tras la industria pesquera, los derrames de petróleo, el vertedero de agua residuales, entre otros, como los principales contaminantes del océano, creemos que las responsabilidades individuales deben ser reeducadas, “los dueños de las empresas fueron menores de edad, pasaron por las escuelas y tutoría del profesorado (junto a sus apoderados, familia…)”.
Por otra parte, Felipe Marín resaltó que “la contaminación por plástico y otros residuos, es una causa que está tomando protagonismo y es ahí donde podemos hacer algo desde nuestras escuelas y hogares, deconstruyendo formas de consumir centradas en el crecimiento económico, la pancarta del bienestar basado en el tener, por ejemplo. Cuestionamos nuestro consumo en general (como especie), nuestra huella de carbono, y pensamos que debemos transformarnos en más que consumidores, en habitantes conscientes y responsables sobre nuestra forma de habitar, esto será la principal labor en la enseñanza del cuidado de los océanos, y en general de nuestra casa común”.
Asimismo, los académicos de la UCM consideran lo siguiente:
“La principal estrategia para tomar conciencia sobre cualquier componente ambiental es conocer de qué se trata, cómo se compone, cuál es su función y la importancia de su conservación y cuidado, y visitarlo con fines educativos, incorporar la enseñanza del ecosistema marino, a pesar de percibir que vivimos geográficamente distanciado de este, es fundamental para integrarlo en los aprendizajes sobre medio ambiente de los estudiantes, entendiendo que todo está interconectado y que nuestras acciones positivas y negativas tienen impactos, aunque no se perciban. Creemos profundamente que debemos re-conectar a nuestros estudiantes con la naturaleza, tanto en el sistema escolar, como profesoras y profesores en formación. Como varias personas que investigan en Educación Ambiental, creemos que la hipótesis de Richar Louv sobre el “trastorno por déficit de naturaleza” es cada vez más notorio en las sociedades actuales, siendo tan agudo el problema, que llega incluso a nuestras escuelas rurales”.
Para finalizar, Marín expresó: “El cuidado de la casa común está latente en nuestra universidad y comunidades que atendemos, y debe crecer de forma valiente como lo propone nuestro Sumo Pontífice en Laudato si”.