Día de los Patrimonios: Una mirada desde el arte, la educación y la eco-culturalidad - Universidad Católica del Maule
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Día de los Patrimonios: Una mirada desde el arte, la educación y la eco-culturalidad

Día de los Patrimonios: Una mirada desde el arte, la educación y la eco-culturalidad
19 May 2025

Proyecto de investigación ha realizado actividades con escuelas en Linares, Sagrada Familia y Potrero Grande, iniciativas en las que el enfoque es compartir desde una mirada territorial.


En el marco del proyecto Anillos ANID titulado “Biodiversidad de Costa a Montañas: Un estudio socioambiental de las prácticas (Eco)²-Culturales de las comunidades rurales en un escenario de Cambio Climático” ATE230028, liderado por el Dr. Enrique Mundaca y la Dra. Mariana Lazzaro-Salazar, se viene desarrollando un trabajo de mediación educativa que invita a observar, sentir y reflexionar en torno al patrimonio cultural desde una perspectiva eco-cultural y artística.

La propuesta, que cruza arte, educación y territorio, se ha implementado en diversas escuelas rurales del Maule, generando espacios de encuentro entre saberes locales, memoria comunitaria y procesos creativos. A través de esta experiencia, el concepto de eco-culturalidad permite comprender las relaciones entre naturaleza y cultura como parte de un mismo tejido vital, donde los aprendizajes surgen del vínculo con el entorno y los conocimientos compartidos.

Eco-culturalidad

La ecoeducación artística propone pensar, crear y sentir desde lo cotidiano y lo vivido: a la sombra de un árbol, al borde del río, en una colmena abierta o en un racimo de uvas recién molidas. En este enfoque, los aprendizajes no se transmiten solo mediante la enseñanza formal, sino que emergen del contacto directo con la tierra, del diálogo con personas mayores y de la mirada atenta de niños y niñas. Son saberes que nacen de prácticas concretas: mirar el cielo, oler la madera vieja, recoger lo que cae, guardar semillas.

La eco-pedagogía artística habita ese espacio de intercambio afectivo y sensorial. Es una forma de desaprender lo que ya no nos sirve y de reaprender desde el cuerpo y la experiencia. Aquí, el arte deja de ser mera representación para convertirse en vivencia: la huella transferida en una estampa, el dibujo que evoca una caminata por la cordillera, el collage que reúne trozos de historia familiar y su vínculo con el paisaje. Es una práctica que honra los saberes locales, imagina otras formas de habitar el mundo y abre espacios de escucha, protección y afecto hacia lo natural.

Arte, mediación y comunidades rurales

En este marco, el patrimonio no se concibe como un objeto estático o de resguardo, sino como una relación viva de cuidado y transmisión. El Día de los Patrimonios se transforma así en una oportunidad para explorar quiénes somos y quiénes podemos llegar a ser, escuchando la voz de la tierra y los vínculos que las comunidades mantienen con su entorno: las abejas, los cerros, los ríos, los oficios, los rostros.

“En el Día de los Patrimonios como proyecto Anillos queremos destacar el trabajo de mediaciones artísticas que venimos desarrollando de la mano del profesor mediador, Cristian Yáñez, y parte del equipo Anillos, como la Dra. Ximena Quiñones, Dra. Karina Carrasco y Dra. Sofía Rosa, en las cuales compartimos saberes y experiencias culturales con niños y niñas de escuelas rurales del Maule”, comentó el Dr. Enrique Mundaca, director del proyecto y académico de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales UCM.

“Hasta el momento hemos realizado actividades con escuelas rurales en Linares, Sagrada Familia y Potrero Grande. El enfoque no es enseñar desde afuera, sino compartir desde adentro, desde una mirada situada en el territorio maulino y sus componentes. Es por ello que en estas actividades contamos además con la participación activa de agricultores, apicultores y otras personas de la comunidad que comparten sus oficios y saberes con los niños y niñas”, complementó la Dra. Mariana Lazzaro-Salazar, investigadora que trabaja en el Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Maule.

El valor de estas actividades no está solo en las obras artísticas finales, sino en el proceso: las manos manchadas, los ojos atentos, la miel probada y la risa compartida son las verdaderas enseñanzas, porque en ellas reside la vitalidad del vínculo con el paisaje y la comunidad. Porque cuidar es también una forma de enseñar. Y porque enseñar, es siempre una forma de sembrar.

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