¿Debería llegar el fin de la mascarilla al aire libre?
Soledad Gaete, directora de la Especialización en Cuidados Críticos del Adulto UCM plantea que llegó el momento de flexibilizar medidas al aire libre, pero no en espacios cerrados. Advierte que la infección por coronavirus también puede darse en espacios abiertos sin distanciamiento social.
Panamá y Colombia ya establecieron el fin del uso de mascarilla al aire libre y, en nuestro país, la comuna de Chile Chico dio el paso mediante ordenanza municipal. ¿Es momento de que a nivel nacional se tomen determinaciones al respecto?
Para Soledad Gaete, directora de la Especialización en Cuidados Críticos del Adulto de la Universidad Católica del Maule (UCM), plantea que “el porcentaje de vacunación es alto, por lo tanto ya es tiempo de comenzar a relajar un poquito las medidas siempre y cuando la población comprenda que la flexibilización del uso de mascarilla es solo para espacios abiertos y que, de igual manera, se debe mantener la distanciamiento físico y el lavado de manos y que, cuando se trata de un recinto totalmente cerrado es importante mantener el uso de la mascarilla cubriendo nariz y boca”.
La académica enfatiza en que la responsabilidad individual debe mantenerse y que la ciudadanía debe comprender que “la infección se produce igual en espacios abiertos si yo tengo personas muy cercanas a mí que están infectadas por coronavirus” y añade que, en espacios cerrados con poca o nula ventilación, la mascarilla debería mantenerse, de lo contrario “las infecciones van a comenzar aumentar y la mortalidad por este virus u otro va a ser importante sobre todo porque en época invernal la familia se reúne dentro del hogar y hay escasa ventilación”.
Efectiva contra los virus
El uso constante de la mascarilla durante la pandemia, ha conllevado la disminución de otros virus, incluso el del resfriado común. Gaete, explica que “la tasa de infección por influenza y parainfluenza disminuyó y ello demostró que la mascarilla es realmente eficaz contra la infección por virus”.
Por lo anterior, añade la académica “todas aquellas personas que estén inmunocomprometidas y adultos mayores deben mantener el uso de la mascarilla. Los niños menores de dos años no pueden usarla por su composición física pulmonar y por ello, es necesario mantener el distanciamiento social y no llevarlos a lugares públicos con aglomeración”.