El académico de la PUC entregó un potente mensaje a la comunidad UCM, durante el Encuentro Institucional celebrado este 10 de julio.

Conmemorando la fecha en que la Universidad Católica del Maule (UCM) celebra su creación como universidad autónoma (el 10 de julio de 1991), día en que monseñor Carlos González Cruchaga, firmó el decreto, la Institución organizó un encuentro institucional virtual en el que a través de una transmisión realizada por la plataforma Teams, abierto a toda la comunidad, expuso el académico de la Pontificia Universidad Católica Dr. Daniel Halpern, quien abordó como temática ¿Por qué es más fácil hablar mal que bien de los demás?

El expositor es reconocido profesor asociado de la Facultad de Comunicaciones UC, académico del MBA UC, Director del Magíster en Comunicación Estratégica, del Diplomado en Comunicación Interna y del Diplomado de Redes Sociales, entre otros.

En el marco del Encuentro Institucional, Monseñor Galo Fernández, Gran Canciller (i) de la UCM, en su mensaje, reflexionó sobre la importancia que tienen las palabras, señalando que “Además de tener que apegarse a la verdad de los hechos, debe contribuir al tiempo en el que estamos, nos viene bien en tiempos difíciles, pensar que necesitamos reconocer la urgencia de ofrecer una palabra que colabore”, sostuvo agregando que institucionalmente debemos preguntarnos cuál es la palabra que la Iglesia y la Universidad tiene que ofrecer en este tiempo delicado de la historia.

“Cuidar la palabra que ofrecemos, en este tiempo particular que nos toca vivir es una urgencia de primer orden”, recalcó luego.

El rector UCM, Dr. Diego Durán, en tanto, valoró este espacio dado por la institución, haciendo una reflexión sobre la importancia en que entre todos exista apoyo como comunidad en este tiempo complejo.

“La ayuda mutua, el sostenerse el uno con el otro, el enfrentarse a las tareas y obligaciones que cada uno tiene, es parte del sacrificio que nos permite vivir esto como comunidad de una manera distinta. La preocupación por el otro no es solo la llamada telefónica o el contacto a través de un mensaje, que son tremendamente importantes, sino que también son el poder hacer nuestras tareas y responsabilidades pensando que estas contribuyen positivamente también para la tranquilidad del otro”, dijo.

“Yo invito a cada a que pensemos que aquello que hacemos o lo que dejamos de hacer tiene un impacto en los demás”, agregó luego el rector, recalcando que lo que decimos, lo que dejamos de decir o cómo lo decimos, marca la comunicación que queremos establecer.

“Reconocer nuestras fortalezas”

Posterior a las palabras del Gran Canciller (i) y del rector, fue el turno de la exposición de Daniel Halpern, quien sostuvo que “Son tiempos de reflexión, de ojalá tratar de lograr un entendimiento mejor. Y qué más importante para ello, que el conocer las fortalezas y debilidades que tenemos”, comenzó diciendo.

“Seguro que en este tiempo todos hemos cometido errores, pero estamos llevando a cabo un tremendo proyecto de educación (en medio de este contexto). Quién de ustedes se imaginaba hace 100 días atrás que íbamos a ser capaces muchos de nosotros, por lo menos un 35% de la población nacional, de poder trabajar desde nuestros hogares, mientras educamos a nuestros hijos, los que tenemos familias. Era impensado”, señaló luego el académico de la PUC.

“Cada uno de nosotros –continuó-, ha sido protagonista de un libro que se llama 100 días de soledad y nos hemos adaptado. La clave ha sido hacerle ver a las personas las fortalezas que tienen, sus habilidades, su capacidad de adaptarse. Mucha gente ha tenido que llegar a fin de mes con mucho menos de lo que antes tenía y muchos nos hemos adaptado a un sinnúmero de cambios y esas son fortalezas que estaban esperando. Por eso tengo una visión positiva de lo que va a pasar…Vamos a salir y vamos a disfrutar elementos que antes ni siquiera sabíamos que los teníamos y eso es un valor tremendo. Disfrutar lo que uno tiene es el elemento central de la felicidad”.

Para finalizar, Dr. Halpern entregó un mensaje optimista a todos aquellos que trabajan en la UCM. “Nuestra función en general es hacer que la experiencia que uno tiene con los demás sea enriquecedora y en ese sentido, estoy 100% convencido que nosotros como formadores, somos embajadores de optimismo, nuestra función es que la gente quiera cambiar, porque eso es finalmente la educación. Los que son obligados a algo, casi nunca hay un impacto o efecto positivo”, concluyó.

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