Curicó: la ciudad dónde nadie es forastero - Universidad Católica del Maule
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Curicó: la ciudad dónde nadie es forastero

Curicó: la ciudad dónde nadie es forastero
12 Oct 2023

Dr. Enrique Muñoz Reyes, director de la Universidad Católica del Maule en Curicó.

(Publicado originalmente en Diario La Prensa)

La Villa San José de Buena Vista de Curicó fue fundada el 9 de octubre de 1743, por el gobernador del Reino de Chile, José Antonio Manso de Velasco. Su primer emplazamiento fue junto al estero Quete-Quete en la zona de Tutuquén. Donaron tierras para la naciente Villa, Pedro Solorza Tapia y Mónica Donoso. En el año 1747, la villa fue trasladada a su actual ubicación por iniciativa del sacerdote José de Maturana, con autorización del Gobernador Domingo Ortiz de Rozas. Para el nuevo emplazamiento de la Villa, Pedro Barrales y su esposa Ana Mendez donaron 49 cuadras entre el cerrillo de Curicó (actual Cerro Condell) y el Estero Guaquillo. Este año la ciudad cumple 280 años de existencia. Actualmente, la comuna cuenta con una población estimada de 175.000 habitantes.

¿Qué caracteriza a Curicó?

Para responder a esta pregunta se deben considerar diferentes perspectivas.

A lo largo de Chile se habla de Curicó como la ciudad de las tortas, por la tradición de más de ciento treinta años de las tortas Montero. Durante décadas, las inolvidables “palomitas” de la estación de ferrocarriles, se instalaron en la memoria colectiva de los viajeros. Los medios de comunicación cuando se refieren al club de fútbol Deportes Provincial Curicó Unido, hablan de “los torteros”.

En el deporte, se acostumbra a decir “Curicó, capital del ciclismo en Chile”, porque han existido y existen destacados ciclistas que la comuna ha aportado al país. Algunos de ellos ganadores de la vuelta a Chile, por ejemplo, Roberto Muñoz. Otros como Luis Sepúlveda, Marco Arriagada y Antonio Cabrera formaron parte de la selección nacional de ciclismo que obtuvo la medalla de oro en la prueba de persecución por equipos en los juegos panamericanos de este año. Cada semana en los caminos rurales que rodean a la ciudad de Curicó se observa a decenas de ciclistas entrenando con su característica indumentaria deportiva.

Entre los atletas curicanos se destaca Alejandra Ramos, quien obtuvo entre otros logros, dos medallas de plata, en 800 y 1500 metros, en el Campeonato Iberoamericano de 1983 en Barcelona.
Por el lado del rodeo, Curicó ha tenido destacados exponentes que varias veces han ganado el Champion de Chile, entre ellos, Ramón Cardemil.

Por otra parte, cuando se habla de Curicó para muchas chilenas, chilenos, y extranjeros, emerge la imagen de tierra de buenas cepas y buenos vinos. De hecho, algunas de las principales viñas de Chile tienen parte importante de su producción en el valle de Curicó. Se suma a esto que la Fiesta de la Vendimia, la “Vendimia de Chile”, es conocida a lo largo y ancho del país. En forma complementaria a la importancia del vino, cuando se escucha la palabra Curicó, surge la imagen de una tierra productora y exportadora de buenas frutas.

Curicó es tierra de héroes. Durante el proceso de independencia, se destacó la actuación del guerrillero Francisco Villota, quien junto a algunos pocos hacendados y campesinos, combatió contra los realistas en las batallas de Curicó (24 de enero de 1817) y Huemul (27 de enero de 1817). En esta última batalla perdió la vida luchando por la libertad de Chile. Décadas más tarde Luis Cruz Martínez combatió por Chile en la Guerra del Pacífico, muriendo heroicamente en la Batalla de la Concepción en la sierra peruana (10 de julio de 1882). En esa misma Batalla perdió la vida otro héroe curicano: Miguel Pardo.

Nuestra tierra de aguas negras es también cuna de escritores, por ejemplo, Claudio Giaconi y Oscar Contardo. A nivel de la provincia se destacan otros escritores que han alcanzado reconocimiento nacional, obteniendo el premio nacional de literatura: Pablo de Rokha de Licantén y Efraín Barquero de Piedra Blanca (Teno). Además, el escritor Augusto Santelices de Vichuquén aporta con su obra literaria. Actualmente, existen algunos poetas curicanos, por ejemplo, Américo Reyes, que está dejando huella. En pintura, destaca Benito Rebolledo, quien obtuvo el Premio Nacional de Arte en el año 1959. En los últimos años ha desarrollado un interesante trabajo la pintora Gaby Landeros Besoaín, quien logró la medalla de plata en el Salón Nacional 2020, premio otorgado por la Sociedad Nacional de Bellas Artes.

Entre los historiadores curicanos que han contribuido con sus investigaciones y trabajos a rescatar la memoria y el pasado de Curicó, se destacan, entre otros, Tomás Guevara Silva, René León Echaíz, Oscar Ramírez Merino, Patricio De Los Reyes y Jaime Valenzuela Márquez.

En el ámbito musical entre otros exponentes, se destacan Adrián “Chirigua” González, el dúo Rosa Colorada, el grupo “Uraco”, Alejandra Zapata, la Tuna “Andrés María”, La Mataquito Jazz Band, Los Wizard, el Charro Curicano y Konunantu. En el mundo del teatro y del cine chileno se destaca el actor Néstor Cantillana. En la televisión chilena el comunicador curicano Francisco Saavedra posee reconocimiento popular y nacional.

Para las curicanas y curicanos existen varios elementos que apreciamos por razones estéticas y emocionales, que también son identificados por muchas chilenas y chilenos como característicos de nuestra tierra. Por ejemplo, nuestra Plaza de Armas, con sus palmeras, árboles, kiosco cívico, pileta, esculturas y demás espacios. Para muchos es la Plaza de Armas más hermosa de Chile. Además, tenemos nuestro Cerro Carlos Condell, un cerro isla con valor geológico y patrimonial. Cada año miles de personas suben al cerro a pasear, a andar en bicicleta, a disfrutar de un asado o de una once, a elevar volantines, especialmente en septiembre, y a contemplar las hermosas vistas de los atardeceres.

La Alameda de Curicó también es un elemento identitario de nuestra ciudad y es conocida a nivel nacional, gracias a que es el lugar donde cada año se realiza la “Fiesta de cazuelas y caldillos”. Además, existen otros elementos patrimoniales de Curicó que hacen que nuestra tierra sea identificada a nivel nacional, por ejemplo, la procesión a la Virgen del Carmen, la cual convoca a miles de fieles en octubre de cada año. El Santuario del Carmen, junto a la Iglesia de la Merced y la Iglesia La Matriz, forman la triada de las iglesias que son parte del patrimonio de la ciudad, junto con la parroquia del Rosario.

Existen otros elementos a rescatar que son parte del patrimonio material e inmaterial de Curicó, que contribuyen a dar identidad local, otorgando un profundo sentido de pertenencia y amor por esta tierra y su gente. Esperamos abordarlos en un siguiente artículo.

Finalizo con una frase del himno de Curicó: “Curicó, la tierra más hermosa que Dios nos brindó…” (M. Bedós y E. Silva).

Un abrazo afectuoso a todas las curicanas y a todos los curicanos de corazón.

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