El Dr. en Filosofía por la Universidad París 8 y académico del Departamento de Filosofía de la Universidad Católica del Maule, reflexiona al respecto en esta #EntrevistaUCM.

“Filosofía contemporánea” se denomina a la corriente filosófica que se ha desarrollado desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Es un movimiento que abarca diversas corrientes y escuelas de pensamiento que han surgido en diferentes partes del mundo y que han abordado una amplia gama de temas. Se caracteriza por su interés en la epistemología, la metafísica, la ética y la filosofía política; y por proponer diferentes enfoques para entender la realidad y el papel del ser humano en ella.

Pero, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrenta la filosofía contemporánea? ¿Cómo es posible razonar sobre los desafíos más importantes del mundo actual a través de esta corriente? Gustavo Chataignier, Dr. en Filosofía por la Universidad París 8 y académico del Departamento de Filosofía de la Universidad Católica del Maule, reflexiona al respecto en esta #EntrevistaUCM.

Profesor ¿Cuáles son las tendencias más importantes en la filosofía contemporánea y cómo cree que están impactando en la sociedad actual?

— Hay tanto estudios temáticos como estudios guiados por autores. Hoy día creo que la academia empieza a abrirse a la llamada “ontología de nosotros mismos”, para decirlo como Michel Foucault, pero también desde todas las perspectivas cuyo horizonte de pensamiento es la historia. Dicho eso, hay que agregar una abertura al contemporáneo en el gesto de actualización de las distintas tradiciones.

¿Cómo cree que la filosofía contemporánea puede contribuir a resolver los problemas sociales y políticos actuales?

— Lo he dicho acá, y lo repito:  la filosofía no sirve a nadie, para evocar a Gilles Deleuze. Eso es al mismo tiempo su fortaleza y su debilidad: no es aplicable a la producción de bienes, pero forma sujetos y ciudadanos, en lo que Althusser nombró por “práctica intelectual”.

¿Qué rol juega la tecnología en la filosofía contemporánea? ¿Cómo ha evolucionado el pensamiento filosófico a medida que la tecnología ha avanzado?

— Hay estudios que la ven como una potencia autónoma. Todavía, me parece que debe ser abordada bajo deliberación colectiva y ética, ya que su eficiencia (produce efectos que poden ahorrarnos horas de trabajo, por ejemplo) se establece en relación con un mundo estructurado en reglas y hábitos. Es decir que su autonomía es relativa.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la filosofía contemporánea y cómo se están abordando estos desafíos?

— Hay un desafío mayor, común a todos los ramos de las humanidades, que dice respecto a su existencia. Se ha declarado el pensamiento como el inculpado de los desastres del siglo XX; ahora, frecuenta los cafés filosóficos. Toda organización discursiva se baja en ciertos entendimientos conceptuales. Así que una sociedad democrática necesita poder evaluar críticamente sus pasos y momentos, por lo que la filosofía es esencial.

¿Cómo ha evolucionado la filosofía contemporánea desde su inicio hasta la actualidad?

— Con rupturas en relación a las tradiciones, con debates, investigación. Agregaría que con un gesto musical, de escucha, haciendo que el filósofo sea más que un especialista y encuentre sus Otros.

¿Cree que la filosofía contemporánea es relevante para la sociedad actual y por qué?

— Más que nunca, ya que el gesto filosófico de la duda, es decir, de la desnaturalización de datos y hábitos, permite que uno comprenda los procesos generadores de la realidad.

¿Cuáles son los filósofos contemporáneos que considera más influyentes y por qué?

— El primero, y más traducido en el mundo, es el francés Alain Badiou. Retoma los conceptos, desacreditados, de sujeto y de verdad, para desplazarlos: el sujeto es un efecto de algo que lo traspasa, un acontecimiento. Este, por su turno, implica no, como lo era en la tradición, en el “sujeto de la verdad”, en una perspectiva en la cual la verdad era algo echo de una vez por todas – sino que la verdad del sujeto, porque lo forma. También podemos nombrar a Jacques Rancière, igualmente un ex-althusseriano como Badiou. Su contribución reside en la no separación entre arte y política, bajo la comprensión de la sensibilidad como algo maleable, es decir, cambiante históricamente.

¿Cómo cree que la filosofía contemporánea puede contribuir a nuestro entendimiento del mundo y de nosotros mismos como seres humanos?

— Ver es ver en la opacidad de la vida, lo que implica en una crítica a una pretensa claridad de la razón, en realidad más próxima del brillo dorado de la sociedad espectacular. Es de suma importancia que se nos permita una doble visión, un tanto estrábica: ser a la vez pesimista en la razón y optimista en la acción y en el amor – o, en una variación, ser capaz de soportar la tragedia de la existencia y, para terminar con el dramaturgo Samuel Beckett, “errar mejor” (ya que erraremos).

“Las opiniones vertidas en la presente entrevista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.