“Que tu corazón y tu cuerpo celebren contigo estas Fiestas Patrias”

Es clave cuidar el consumo excesivo de sal, alcohol y grasas en septiembre indicó la nutricionista de la Dirección General Estudiantil de la UCM, Isabel Adasme para evitar que más jóvenes se vean afectados por la hipertensión, una enfermedad silenciosa.
La temporada de empanadas, asado y cueca se acerca, y con ello aumenta la tentación de disfrutar de distintos platos y bebidas que nos alejan del cuidado de nuestra salud. Sin embargo, este panorama preocupa a los profesionales de la salud debido al incremento de casos de hipertensión en jóvenes, impulsados por la obesidad, el consumo excesivo de sal, el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios.
Septiembre es uno de los meses más esperados por los chilenos, pues marca la llegada de las Fiestas Patrias, una celebración para compartir que, al mismo tiempo, se asocia con excesos en la ingesta de alimentos y bebidas alcohólicas. Durante estas fechas, el mayor riesgo radica en la combinación de sal, alcohol, grasas saturadas y exceso de calorías, ya que esto puede elevar la presión arterial de manera aguda (momentánea) y, a largo plazo, contribuir al desarrollo de hipertensión crónica. Además, puede descompensar a personas que ya padecen esta enfermedad.
Es importante recordar que la hipertensión juvenil es una enfermedad “silenciosa”, debido a que sus síntomas no son visibles, pero aun así daña órganos vitales como el corazón, los riñones y los vasos sanguíneos. Esta condición acecha cada vez más a los jóvenes, quienes se exponen a hábitos poco saludables desde edades tempranas.
De acuerdo con la nutricionista de la Dirección General Estudiantil de la UCM, Isabel Adasme, “hábitos como el consumo de alimentos ultraprocesados con exceso de sal y grasas, el sedentarismo asociado al tiempo prolongado frente a pantallas, el consumo de alcohol y cigarros que elevan la presión arterial, además del estrés y la falta de sueño, que alteran el sistema nervioso y las hormonas reguladoras de la presión, aumentan significativamente el riesgo. Y si a esto se suman antecedentes familiares de hipertensión, el peligro es aún mayor”, dijo.
Cuidar las cantidades
Sin embargo, la profesional indicó que la idea no es quitar o prohibir las preparaciones dieciocheras, sino tener cuidado en las cantidades y tipo de alimentos que consumimos, manteniendo un equilibrio: menos sal, menos alcohol, más agua y más movimiento.
“Las Fiestas Patrias son para bailar, jugar y moverse, no solo comer y beber”, agregó la nutricionista.
Los alimentos que más afectan la salud cardiovascular en estas fechas son los anticuchos, choripanes, longanizas, costillares, cortes grasos y empanadas de pino, debido a su alto contenido de grasas saturadas y sal. A esto se suman bebidas como el terremoto, pipeño y chicha, que no sólo aportan alcohol, factor que eleva la presión arterial, sino también altas cantidades de azúcar, favoreciendo el sobrepeso y la resistencia a la insulina.
Con la recomendación de reducir el consumo de grasas y azúcares, mantenerse hidratado, incluir ensaladas frescas y aprovechar las fiestas para bailar, jugar y moverse, se favorece la actividad física.