Investigadores de la Universidad Católica del Maule, a través de un trabajo interdisciplinar estudiarán el rol de factores protectores y de riesgo en el consumo excesivo de alcohol en niños, niñas y adolescentes.
El equipo conformado por los académicos Dr. Rodrigo Gutiérrez Aguilar y Mg. Claudio Rojas Jara, adscritos respectivamente a la Facultad de Ciencias Básicas y Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica del Maule (UCM), y la estudiante del Doctorado en Modelamiento Matemático Aplicado (recientemente acreditado CNA por 5 años) Mg. Nicole Martínez Jeraldo, se adjudicaron el proyecto titulado “Factores de riesgo y factores protectores en el consumo excesivo de alcohol. Una aproximación desde el modelamiento matemático aplicado”, en la línea regular de la convocatoria de Proyectos de Investigación con Financiamiento Interno 2023.

Consumo de alcohol y otras drogas a nivel nacional

El consumo excesivo de alcohol, en inglés Binge drinking y coloquialmente conocido como borrachera o atracón, es un patrón de consumo que principalmente jóvenes –sin diferenciación de género– adoptan los fines de semana y de manera circunstancial con motivo de alcanzar rápidamente la embriaguez. Este patrón es de gran preocupación para especialistas médicos y expertos en uso problemático de drogas, ya que el consumo a edades tempranas aumenta la probabilidad de desarrollar dependencia al alcohol junto a una serie de riesgos asociados enfermedades, violencia y lesiones.

Encuestas nacionales aplicadas periódicamente sobre la población general y escolar, junto a la implementación de programas dirigidos a jóvenes, tales como el Plan Nacional Elige Vivir Sin Drogas, brindan valiosa información sobre vulnerabilidad individual y social a través del conocimiento de indicadores de consumo asociados a la edad, género, historia familiar, nivel socioeconómico y educativo. Además, son identificados los principales factores protectores y de riesgo asociados al consumo de drogas en niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Respecto al último reporte regional del Plan Nacional Elige Vivir Sin Drogas, encuestas Juventud y Bienestar 2019, los estudiantes encuestados de la comuna de Talca, Región del Maule, declararon mayoritariamente haber bebido alcohol en ocasiones o con frecuencia en casa de otros o en la propia. Particularmente, en los ámbitos de grupo de pares, colegio, padres y familia, los estudiantes señalan que:

1.    Beber alcohol a veces es necesario para no ser excluido del grupo, opción que supera a la adhesión por consumo de tabaco y cannabis. Adicionalmente, estos tienen la visión que sus amigos mayoritariamente o casi todos prefieren beber alcohol, por sobre otras drogas, quienes tienden a emborracharse.

2.    Sienten aburrimiento por los estudios, seguido por querer cambiarse de colegio cuya actitud se ve asociada al consumo de cannabis por sobre al consumo de alcohol (con resultado de embriaguez) y tabaco.

3.    Sus padres se muestran en desacuerdo del consumo de alcohol y emborracharse, por sobre el consumo de tabaco y por debajo del consumo de cannabis. Asimismo, se destaca la presencia de padres y familia enfocada en el afecto, atendiendo principalmente deberes estudiantiles por sobre conversaciones de temas personales, pero con pleno conocimiento de dónde están sus hijos los sábados por la noche.

Para el equipo de investigadores es relevante determinar el efecto tanto de factores protectores como de riesgo dado que las estrategias de prevención basadas en evidencia regularmente orientan sus acciones hacia el abordaje de estos elementos. En ese sentido, el Mg. Rojas Jara hace un particular énfasis en “no considerar a priori a la familia, la escuela o el grupo de pares como un factor protector o de riesgo dado que eso debe ser evaluado previamente para que cualquiera de esas instancias reciba dicha calificación”. Esto debido a que la familia es regularmente considerada un factor protector, pero no debe sorprendernos que en ocasiones sea la propia familia quien inicia a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en el consumo de alcohol. Así también, los grupos de pares son considerados en múltiples ocasiones como factores de riesgo per se, pero dentro de estos igualmente podemos encontrar espacios de soporte y protección. La escuela puede ser tanto un lugar de protección, pero también transformarse en un contexto aversivo, tensionante y de riesgo (e.g., competitividad, individualismo, bullying, etc.).

De este modo, la labor preventiva debe estar orientada a evaluar minuciosamente estos elementos, y su determinación como elemento protector o de riesgo, dado el impacto que dichos análisis pueden ofrecer al diseño de políticas públicas, programas de apoyo y a las estrategias nacionales y regionales en este tema. “Buscamos, desde el trabajo interdisciplinar y colaborativo, generar aportes que permitan y faciliten el diseño de estrategias orientadas hacia la prevención temprana efectiva” concluye Rojas Jara.

Trabajo interdisciplinar

El modelamiento matemático en este último tiempo ha tenido una mayor visibilidad debido al actual escenario socio-sanitario generado por la pandemia COVID-19. A través de esta metodología, basada en la construcción, análisis e interpretación de modelos matemáticos descritos por ecuaciones o fórmulas matemáticas, los profesionales de la salud han podido, por ejemplo, evaluar el impacto de la vacunación de la población o realización de cuarentenas como estrategias de control frente a la propagación de la enfermedad producida por el virus SARS-CoV-2. Sin embargo, su contribución en la compresión y solución de problemáticas propias de las ciencias agrarias, ingenieriles y básicas también es destacable.

En lo que respecta a consumo problemático de alcohol, como en todas las drogas en general, los modelos matemáticos se han construido siguiendo el enfoque médico-sanitario o de prevención centrada en la enfermedad, donde la droga es pensada como un agente infectocontagioso que actúa sobre la persona si determinado contexto lo favorece. En estos, la población bebedora es dividida en categorías según cantidad y frecuencia de consumo.

Recientes trabajos publicados en el Journal of Difference Equations and Applications y en la Revista de Modelamiento Matemático de Sistemas Biológicos, destacan el rol de los pares en el consumo excesivo de alcohol junto con identificar la relevancia que estos tienen al ser considerados como factores protectores o de riesgo. Al respecto, el Dr. Gutiérrez Aguilar señala “Obtuvimos que la presión social de pares puede influir de forma positiva o negativa en la adhesión del consumo intenso por parte bebedores sociales, aquellos que consumen alcohol con responsabilidad y control”. Asimismo, considerando que los pares son modelos a seguir, en las dinámicas sociales habrá quienes asumen un rol protector o de riesgo. En este sentido, “nuestros resultados establecen la existencia de un vínculo no lineal entre estos factores respecto a la prevalencia del consumo excesivo de alcohol. De este modo, frente a invitaciones explícitas a beber o a comentarios insistentes que aluden al desapego de normas y/o creencias, los esfuerzos en orden a contrarrestar la presión de social de pares deben ser significativamente mayores. No obstante, pareciera existir cierta resistencia basal, entendida como un nivel de autocontrol que regula la adhesión al comportamiento de consumo compulsivo por parte de bebedores sociales. Que tan sensible es este nivel de autocontrol, esperamos evaluarlo en trabajos futuros a través de la incorporación de variables asociadas al rol de padres y familia, y escuela”.

Esperamos que nuestra investigación futura aporte a la comprensión, desde una perspectiva sistémica, de cómo los espacios sociales (padres y familia, escuela, y grupo de pares) se configuran como protectores o de riesgo, sin asumir a priori una categoría u otra para estos.

Crédito: Facultad de Ciencias Básicas.