El consumo de alimentos procesados en Chile supera en un 50% al resto de América Latina
El Dr. Cristian Adasme, académico de la Universidad Católica del Maule, analiza la entrada en vigencia de la tercera fase de la Ley de etiquetado de alimentos.
Un completo análisis respecto de las implicancias que tiene la entrada en vigencia de la Ley de etiquetado de alimentos, realizó el académico de la Universidad Católica del Maule, Dr. Cristian Adasme, quien desarrolla con el apoyo de Fondecyt, un proyecto de investigación en la materia.
Sí bien la Ley 20.606 se ha implementado por fases, comentó el doctor Adasme, “La población ha reducido el consumo de alimentos procesados entre un 15% a un 20%, a la fecha. La tercera fase viene a fortalecer esta implementación escalonada de la Ley de etiquetado alimentario”, indicó.
Para entender esta regulación, el académico UCM señaló que es necesario contextualizar que según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile es de los países latinoamericanos, con las más altas tasas de obesidad, incluso se ubica antes de México.
Al respecto, el especialista comentó que “Los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos, que estima el consumo alimentario aparente de los hogares, Chile es el país de América Latina que más gasta por persona al año en alimentos procesados, llegando a los 749 dólares per cápita. El consumo de alimentos procesados en el país supera en un 50% al resto de América Latina, cuyo gasto per cápita anual promedio asciende a 567 dólares por año”.
Una de las consecuencias del consumo excesivo de alimentos procesados en el país, explicó el doctor Adasme, es “El porcentaje de obesidad y sobrepeso que existe en el país y que en suma supera el 60% de la población. Para la OMS, esto en parte se debe a la mala calidad de la dieta, ya que incorpora alimentos altos en azucares, sodio, grasas y calorías”, afirmó.
Cambio de hábitos
A juicio del doctor Adasme, no se debe perder de vista que la ley “Intenta generar cambios de hábitos en los adultos, pero al mismo tiempo y lo más importante, es que generará un cambio en la conducta alimentaria de niños y adolescentes, desde la perspectiva del consumidor. Por otro lado, la ley obliga a las empresas a rotular los alimentos procesados que superen los nutrientes críticos (sodio, azúcar, calorías y grasas). Eso implicó que un número importante de empresas reformularon su proceso productivo con tal de cumplir con la ley”, explicó.
En este contexto, agregó, a las empresas más pequeñas que participan de la industria alimentaria, se les dio un plazo mayor. Ellos debían tener sus productos rotulados el año pasado, pero se les extendió dicho plazo hasta ahora.
“Esta Ley se comenzó a gestar en 2012 y se puso en marcha en 2016, donde el Estado a través del Ministerio de Salud han realizado un tremendo esfuerzo mediático para que todos los chilenos sepan de la Ley. Por ende, las empresas pequeñas del rubro no estaban ajenas a dicha normativa. Además, es importante agregar que, si las empresas pequeñas son capaces de cumplir con la Resolución Sanitaria de los Alimentos y todas las otras normativas legales impuestas a la industria alimentaria, por qué resistir al cambio generado por la tercera fase de la Ley de etiquetado alimentario”, puntualizó el experto.
Actitud negativa ante procesados
La investigación del doctor Adasme, en la línea de Fondecyt de iniciación N°11170495 “Activación de los predictores de la intención de conducta humana hacia los alimentos procesados. El efecto de los sellos “Alto en…”, está a un año y medio para su término, trabajo sobre el cual el científico adelantó que “De los cerca de mil consumidores entrevistados, el modelo propuesto muestra que los consumidores presentan una actitud negativa a la intención de compra de alimentos procesados. Esto quiere decir, que las personas evitarán la compra de alimentos con etiquetas de advertencia (sellos alto en)”, expresó.
Además, indicó el académico de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la UCM, los artículos científicos que están pronto a publicar muestran que “Los sellos de esta ley facilitan el comportamiento de los tomadores de decisión de alimentación en el hogar, por lo que les permite buscar alternativas más saludables para su familia”, aseguró.
Como elemento final, es que la mirada a esta ley debe ser con “altura de miras”, aseveró el investigador de la UCM, “Nos beneficia a todos; y más aún Perú ya la implementó, Canadá la está siguiendo con mucha detención, así como México, Ecuador y los países de Europa”, destino donde el próximo mes presentará dos trabajos en un Congreso Internacional que reúne a la industria alimentaria y la academia en Edimburgo, Escocia.