Columna de Opinión: ¿Quiénes son los tutores y tutoras de la UCM?
Francisca Aliaga Pérez coordinadora Centro de Tutoría, Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP UCM).
En los últimos años hemos sido testigo de un sinfín de cambios en la estructura social, tecnológica y laboral a nivel mundial, no sólo por las implicancias que el confinamiento y la modalidad virtual nos ha dejado, sino que también debido a las consecuencias psicológicas y axiológicas que la pandemia conllevó (y conlleva).
Por supuesto, la educación superior no está exenta de estos cambios, por lo que es necesario reflexionar en torno a las habilidades que le entregamos a los y las estudiantes y cómo estas serán útiles para los futuros profesionales de nuestro país. Es inevitable, para tal caso, incluir en los procesos formativos no sólo conocimientos de las áreas de especialidad, sino que también, fortalecer competencias transversales complementarias a la preparación de los estudiantes para su futuro laboral, que impacten directamente a su desarrollo personal y profesional.
En este contexto, el programa de tutorías pares, ejecutado por el Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP), de la Universidad Católica del Maule, ha desarrollado un plan formativo que permite entregar o fortalecer estas competencias transversales a quienes cumplen el rol de tutores y tutoras pares; siempre considerando que éstos estudiantes tienen un perfil con un alto nivel de compromiso y espíritu de servicio, que los convierte en agentes de cambio positivo. El trabajo colaborativo desarrollado por éstos estudiantes implica enfrentarse a una de las características menos positivas del contexto actual, el individualismo. Ya que ellos no sólo apoyan a jóvenes de primer año, sino que también se hacen parte de lo que conlleva la inexperiencia, la ansiedad y la incertidumbre de encontrarse en un contexto (universitario) completamente desconocido y en algunas ocasiones hostil.
Esta colaboración se entiende como la existencia de reciprocidad entre un conjunto de individuos que saben diferenciar y contrastar sus puntos de vista, de tal manera que llegan a generar un proceso de construcción del conocimiento, mediante acciones en las que cada individuo aprende más de lo que aprendería por sí solo, producto de la interacción de los integrantes del equipo. Asimismo, lo que debe ser aprendido sólo se puede lograr si el trabajo del equipo es realizado en colaboración y son ellos los que deciden cómo realizar las acciones, los procedimientos que utilizarán y cómo distribuirán el trabajo y las responsabilidades, teniendo siempre en consideración que es el tutor o tutora quien guía estas instancias.
Por lo que, los tutores y tutoras pares desarrollan habilidades tan necesarias para los futuros profesionales, como la motivación, aprender a aprender en materias como: liderazgo, creatividad, resiliencia, resolución de problemas, empatía, entre muchas otras.
Al mismo tiempo, los últimos años se ha creado una comunidad de tutores, tutoras y tutorados donde se valora el desarrollo individual mediante acciones colaborativas; que implican, por supuesto, considerar la innovación como el corazón del aprendizaje, repensando las formas cómo se construye y gestiona el conocimiento, siempre buscando experiencias que desafíen a sus compañeros y que además sean significativas y enriquecedoras para sí mismos.
Utilizan metodologías activas que les permiten centrarse en quienes apoyan e innovar en cada sesión de tutoría, desde mi perspectiva, los tutores y tutoras pares son agentes positivos en el contexto educativo ya que potencian la responsabilidad de la vinculación con el entorno social de la universidad, no son sólo estudiantes aventajados que quieren algún tipo de reconocimiento (académico, social o financiero); son estudiantes que tienen un rol trascendental en aquellos compañeros que apoyan.
Finalmente, no me cabe ninguna duda, que éstos futuros profesionales tendrán más habilidades personales y estarán más preparados para los cambios laborales que implica el contexto actual, ya que cumplen una responsabilidad social, al implicarse con las diversas realidades de sus compañeros y quieren ser parte de una transformación positiva al considerar relevante el compartir sus experiencias con otros.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.