Columna de opinión: Populismos y los afectos en la política
Dr. Cristhian Almonacid Díaz, académico del Departamento de Filosofía de la Universidad Católica del Maule.
Si hay un concepto complejo en el escenario político actual, es el concepto de populismo. El populismo llena páginas y páginas en los medios de comunicación que no escatiman energía para denunciar el fenómeno. Es el arma perfecta en los debates políticos cuando uno de los contendientes quiere “menospreciar” o “desacreditar” a su contraparte. Adquiere más la forma de una plaga y se constituye en una emergencia que está irrumpiendo en los siempre convulsos procesos políticos en el mundo. Existen populismos de izquierdas y de derechas, pero nadie sería capaz de identificarse directamente como “populista”.
Para complicarlo aún más, el populismo además de un sentido peyorativo, posee también un sentido positivo. Ernesto Laclau en su libro La razón populista pensó esta categoría como aquella noción que permite poner sobre la mesa las demandas democráticas del pueblo frente a las ideologías de los bloques dominantes minoritarios.
Nuestra intención no es resolver estos problemas de conceptualización aquí. Queremos utilizar la categoría populismo siguiendo el sentido generalizado que ha adquirido en la actualidad. Diremos, por ello, que el populismo se ha convertido en un método de acción política al que se recurre para conseguir adherentes, suscitar intenciones de voto y ganar elecciones. En este sentido, el populismo apela a la afección emotiva de los ciudadanos, antes que a las razones lógicas o los datos fehacientes. Un buen mensaje populista, dice lo que la mayoría quiere escuchar sin acudir a la dimensión crítica, se mueve regularmente en la radicalización y busca convencer a través de una estética y particular apelación política mayoritaria.
La pregunta clave ahora es ¿Por qué este método de actividad política funciona? Es decir, en tanto seres racionales, se supone que deberíamos mantener nuestro espíritu crítico para hacer prevalecer el logos ante cualquier intento de convencimiento populista vacío de verdaderas razones. Sin embargo, la realidad se nos impone: existen discursos populistas que obtienen votos y ganan elecciones.
A nuestro juicio, esto sucede, porque, siguiendo a Frédéric Lordon, la política es un ars affectandi. Es decir, antes que un campo de confrontación de ideas, la política es un campo de confrotación de emociones. Y en este campo se devela nuestra verdadera forma de racionalidad práctica en términos políticos. Antes que los hechos y la lógica, nuestra racionalidad elabora fórmulas afectivas de lectura de la realidad social. Esto quiere decir que los conceptos no son desnudos. En especial las ideas políticas contienen valores, narraciones, emociones, cosmovisiones y metáforas que dan espesor significante y motivante a nuestras posiciones políticas. Como diría Paul Ricoeur, la realidad social posee una estructura simbólica, por ello, toda existencia en términos sociales requiere ser primero representada antes que descrita mediante datos.
Hacernos cargo del funcionamiento de nuestra racionalidad política en términos simbólicos, nos otorga mayores posibilidades de mantener nuestro espíritu crítico en la actividad política. Comprender nuestra racionalidad en términos lógicos afectivos, nos pertrecha para estar atentos a los mensajes políticos que quieren atraernos sin cuestionar.
De todos modos, esta es una tesis que queremos discutir en una primera conferencia que hemos preparado en el contexto del Ciclo de Conferencias “Formas de lo Político” que realizaremos en la Universidad Católica del Maule. Este ciclo es organizado por la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas en conjunto con la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, más la colaboración del Centro de Investigación en Religión y Sociedad (CIRS), el Centro de Estudios Urbano Territoriales (CEUT) y el Centro de Extensión UCM. Todo este ciclo será una interesante oportunidad para reflexionar y pensar lo político en base a temas que nos urge pensar: Populismos, Sociedad Civil, Derechos Humanos, Ecología y Migraciones. Todas son actividades gratuitas y abiertas al público general. Los esperamos.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.