Mauricio Zúñiga Sánchez, académico de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica del Maule.

Chile se ha logrado posicionar y mantener con éxito como uno de los principales exportadores de fruta del hemisferio sur. En este sentido, uno de los procesos claves para el éxito en la producción es la polinización, la cual consiste en la transferencia del polen que contiene los gametos masculinos al órgano femenino, el ovario, el cual contiene los gametos femeninos. En un gran número de especies de importancia como los almendros, cerezos, ciruelos, paltos, Kiwi, arándanos, manzanas y peras, este proceso depende de insectos que colaboran directamente en la movilización del polen generando lo que se denomina polinización entomófila. Las abejas, son fundamentales en este sentido.

Se estima que cerca del 70% de la flora silvestre se poliniza gracias a las abejas y casi el 40% de las frutas y verduras depende de su trabajo en la polinización. Por ello, causa gran preocupación la constante disminución que se ha observado en el número de abejas durante los últimos años. Aun que no está del todo claro qué está provocando su diminución, se estima que las principales causas son la reducción de su hábitat, el aumento de los incendios forestales, las especies exógenas y la pérdida de diversidad genética.

Otro de los motivos a los que se atribuye esta problemática, están asociados al mal uso de pesticidas en la agricultura y el aumento de la población de avispas “chaqueta amarilla” (Véspula Germánica) y parásitos Acarapis Woodi y Varroa Destructor. A esto se suman los efectos del cambio climático, que también generan desordenes en el comportamiento de los insectos, confundiéndolas e impidiendo que desarrollen sus ciclos de manera normal.

Las abejas trabajan de manera eficiente entre los 15º y 26º C, disminuyendo su actividad, incluso, anularse en días de primavera, donde se alcanzan temperaturas por debajo de 10°C. Otras variables que limitan su trabajo son los días lluviosos o aquellos con vientos superiores a los 24 km/h.

Entendiendo la importancia de este insecto, las acciones conjuntas entre el sector publico y privado son fundamentales para garantizar su protección y sustentabilidad en el tiempo, rescatando y reubicando las colonias que se puedan encontrar en zonas urbanas, ayudando en el control de sus predadores, haciendo un manejo seguro de pesticidas en la agricultura y finalmente creando y fomentando espacios que permitan la biodiversidad.

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