Columna de opinión: ¡La palabra la tiene Chile! - Universidad Católica del Maule
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Columna de opinión: ¡La palabra la tiene Chile!

Columna de opinión: ¡La palabra la tiene Chile!
18 Nov 2019

Cristhian Almonacid Díaz, académico del Departamento de Filosofía de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas de la Universidad Católica del Maule.

Algunos hablan de “histórico” para referirse al reciente acuerdo de la clase política que permite abrir por fin la puerta de la democracia para que sean las chilenas y los chilenos quienes decidamos si queremos una nueva Constitución y decidamos cuál sería el medio democrático para redactarla.

Recordemos que la historia, interpretada bajo los parámetros hegelianos, sigue el camino de la subjetividad y enarbola la representación y encarnación de la historia en la figura de los “grandes personajes”. Esta lectura es muy lejana a la realidad de lo que ha sucedido en Chile ¿Qué “gran figura” ha emergido en este movimiento social? Digamos con todas sus letras: ninguna. Nuestra historia presente, ha sido repartida en muchas personas anónimas; la historia que se ha escrito hoy en las calles de Chile pertenece a aquellos que habían sido desterrados por mucho tiempo al olvido, inexistentes para los ojos que solo ven espectaculares hazañas históricas personificadas.  De manera que verdaderamente históricos, son aquellas y aquellos que no tienen rostro, quienes, siendo asombrosamente singulares y desconocidos, se han unido para constituirse en una sola voz para recordar su derecho soberano de tener la palabra.

Así que señoras y señores de la clase política, les pido más respeto por esta histórica unidad de Chile. Ustedes han oído y respetado la soberanía popular, han cumplido con su deber y eso no es histórico, es su obligación y su trabajo. La ciudadanía no olvida que siguen siendo parte del problema así que una actitud más humilde les convendría. A ustedes como institucionalidad política les corresponde seguir trabajando para tomar las medidas a corto y mediano plazo que resuelvan las más urgentes necesidades respecto a educación, salud, pensiones y todos lo demás temas que se ha puesto sobre la mesa.

La historia continúa. Ahora es cuando necesitamos dejar la calle para tomarnos la palabra. Que toda esta energía democrática sea viva y vivificante en todos los espacios de diálogo que se abran o que abramos. Tenemos que informarnos, leer, dialogar, tenemos que tomarnos los espacios de decisión. Tenemos que hacer de la política una verdadera razón deliberativa y democrática para llegar concretar las mejores aspiraciones sociales que han sostenido este movimiento histórico. Tenemos que aprender a ser razonables dialógicamente para buscar equilibrios, para pensar sensatamente juntos y llegar a construir un nuevo Chile bajo parámetros de justicia, equidad, desarrollo alternativo y sustentable, pluralismo efectivo, reconocimiento a nuestros pueblos ancestrales, justicia para las mujeres, integración social para nuestros inmigrantes y un largo etc. Hay mucho por dialogar y construir. Y lo mejor es que partiríamos con una carta blanca, lo que quiere decir que partiríamos sin tener a la vista la actual Constitución.

Termino estas palabras, agradeciendo y haciendo un recuerdo y merecido reconocimiento a tantos y demasiados que se han constituido en víctimas de este proceso. Ellos sí deben ser reconocidos como los personajes principales de esta historia. Gracias y justicia para cada una y para cada uno. Seguimos despiertos para que la promesa llegue a un efectivo cumplimiento.

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.

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