América Opazo, directora de la Escuela de Trabajo Social Talca, Universidad Católica del Maule.

Para autores como Sergio Balardini, la juventud y sistema escolar van de la mano, con una interrelación vincular estrecha: se perfila que la juventud es el periodo destinado a la educación para la vida activa, y al sistema escolar se lo considera como principal motor de las capacidades individuales necesarias, para acceder a esta vida activa.

Las universidades no nos quedamos fuera de la interrelación a la que hacíamos mención, siendo así que los y las jóvenes que en su itinerario universitario se entrecruzan vertientes de creencias, valores, condiciones sociales, géneros, que van complejizando su preparación profesional y disciplinar para la vida activa, entrecruzado a la vez de las propias normativas y códigos culturales de cada casa de estudios superiores, que de a poco a poco se transforman en rutinas académicas como son el ir a clases, buscar libros en bibliotecas, tomar ramos, ir a la cafetería, entre otras actividades.

En el caso de Trabajo Social UCM estamos ciertos que la Universidad y las trayectorias que allí puedan desarrollar los jóvenes no pasa solamente por el aprendizaje de las rutinas ya señaladas, sino que buscamos conformar espacios de formación en interrelación con otros, en reconocimiento de otras realidades sociales de las cuales también somos parte. Debemos considerar que, como Escuela de Trabajo Social Campus San Miguel, este 2019 contamos con la primera generación de estudiantes, por lo que el desafío es aún mayor en cuanto propender al desarrollo de diversas rutinas académicas y relacionales.

En ello, como Escuela de Trabajo Social Campus San Miguel, hemos apelado a tender inicialmente redes relacionales con estamentos de la propia UCM como es el Centro Integral de Innovación Social CIIS, quienes nos permitieron participar, junto a tres estudiantes de primer años de nuestra Escuela de Trabajo Social, en una “mateada” en sector de Vilches Alto, comuna de San Clemente.

Participar de esta actividad tuvo dos componentes esenciales para el desarrollo de las capacidades de los estudiantes de Trabajo Social Campus San Miguel, por una parte, les permitió comenzar a conformar redes con otros estudiantes en práctica y tesistas de carreras de Sociología, Psicología e Ingeniería Comercial, con lo cual también se apela a posibilidades de integración estudiantil.

Suma a lo anterior, el ir reconociendo formas del quehacer de Trabajo Social, como por ejemplo estrategias de metodologías participativas para el trabajo con comunidades rurales, y cuyo marco fue dado por colega Trabajadora Social de CIIS, Srta. Camila Araya.

Con todo, con esta primera estamos seguros que damos el pie para ir aportando al desarrollo de la vida activa de jóvenes universitarios de Trabajo Social comprometidos relacionalmente con otros y otras.

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.