Columna de opinión: “De Estallido y el Carnaval a la Organización”
Por Elvis Muñoz Cruz, facilitador del Programa PACE de la Universidad Católica del Maule.
El diagnóstico de la situación social del país está hecho y pareciera que ya no hay duda alguna de ello. El modelo neoliberal implantado a sangre fría en la nación, como un experimento mundial, está en crisis y ha colapsado. Se propagó desde estudiantes a adultos, alcanzando la ciudadanía. Explotó como debía ser, con rabia, impotencia y violencia acumulada por más de 30 años. Los incendios que afectaron en Talca a bancos, AFP y locales comerciales, nos muestra simbólicamente el objetivo de la lucha, se trata de un llamado dirigido a las elites del país. Un llamado a tomar conciencia y a entender que el denominado “oasis latinoamericano” solo es un bebedero para algunos pocos, que se han engordado con el trabajo de un pueblo y una población abandonada.
Con el pasar de los días el movimiento social ha ido transformándose en una especie de fiesta ciudadana carnavalesca, con todo lo que ello implica (bailes, música y gritos). Puede causar molestia en muchos que ven en esto una excusa para evadir las responsabilidades diarias, pero la sociedad pareciera también estar cansada de cumplir con la rutina diaria del trabajo. Levantarse, sacrificarse e irse a la casa para seguir igual por el resto de los días. No hay duda de que a este país le falta carnaval y festejo, más que festivales televisados. Como a Lemebel, también me pone feliz que la gente celebre y festeje, no al ritmo dieciochero y patriotero, sino al ritmo de su corazón inundado de felicidad.
No hay que preocuparse por el estallido incendiario de las ciudades (ya se reconstruirá), ni por la música rimbombante y colorida de las batucadas y las diversas actividades organizadas. Hay que preocuparse por lo que debe venir pronto: LA ORGANIZACIÓN. Lo que se necesita ahora es el verdadero sacrificio ciudadano consistente en querer unirnos de verdad para hablar de lo que sentimos, pensamos y queremos. Este modelo consumista nos enseñó a ser individuales y egoístas, ahora se requiere ser colectivo y solidario. Si queremos que el estallido valga la pena y el carnaval sea una constante de vida, debemos entender que nuestro medio puede cambiar si nos organizamos en el barrio, en las escuelas, las universidades, los colectivos y en el día a día, para construir lo que queremos.
Para hacer escuchar nuestra voz es necesario expresarla en comunidad y ese es el desafío que hoy nos queda como ciudadanos, para eso hay que ser valiente y salir de la comodidad clientelista.
¡Vamos que se puede!
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.