Columna de opinión: Cuidado en Residencias de Adultos Mayores y Ley del Saco - Universidad Católica del Maule
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Columna de opinión: Cuidado en Residencias de Adultos Mayores y Ley del Saco

Columna de opinión: Cuidado en Residencias de Adultos Mayores y Ley del Saco
20 Ago 2018

Ps. Ana-Carolina Reynaldos Quinteros, Magister en Salud del Trabajo y académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCM.

¿Cómo se relaciona una ley que protege a los trabajadores que manipulan carga de alto peso con el cuidado a adultos mayores que residen en establecimientos de larga estadía (ELEAM)?

Sucede que muchos de los trabajadores de residencias de larga estadía para ancianos en Chile están expuestos al desgaste producto del trabajo pesado. Se entiende por trabajo pesado en Chile aquellas labores cuya realización acelera el desgaste físico, intelectual o psíquico en la mayoría de quienes lo realizan, provocando un envejecimiento precoz, aun cuando no generen una enfermedad profesional (Ley 19.404). Esta ley busca proteger a los trabajadores cuya actividad laboral les provoque un desgaste excesivo y prematuro, otorgando como único beneficio la rebaja de la edad legal para pensionarse por vejez.

La mayor parte de los puestos de trabajo considerado pesado corresponden al sector de la minería (60% aproximadamente), seguido de instituciones de salud, transporte, industria forestal y marítima, entre otras.

Los factores que se evalúan y ponderan en cada caso son: factores físicos (manejo manual de carga frecuente e intenso, temperaturas extremas), factores ambientales (contaminación, altura sobre 3.000 metros sobre el nivel del mar), factores mentales (alta responsabilidad por personas y recursos, presión por tiempos plazos, calidad, velocidad) y factores organizacionales (sistemas de turno, jornadas extensas y nocturnas).
Cabe señalar que en septiembre del año recién pasado entró en vigencia la Ley 20.949, también llamada “Ley del Saco”, que modifica el Código del Trabajo para reducir el peso de las cargas de manipulación manual, señalando que: “Si la manipulación manual es inevitable y las ayudas mecánicas no pueden usarse, no se permitirá que se opere con cargas superiores a 25 kilos”, lo que disminuye a 20 kilos en el caso de las mujeres y menores de 18 años. Este monto de carga representa para los trabajadores hombres la mitad de lo permitido anteriormente. En el caso de las mujeres no varía, desde el año 2005 el monto máximo de carga para ellas ha sido de 20 kilos.

En el caso de los trabajadores de la salud en unidades de Medicina y Geriatría y de trabajadores de Establecimientos de Larga Estadía, estos se encuentran expuestos a cargas laborales que muchas veces exceden por mucho este máximo permitido, en especial por el cuidado de ancianos postrados o con problemas de movilidad.

La tragedia de Chiguayante es una muestra de las dificultades que deben enfrentar estos trabajadores, más aún frente a una emergencia de esa envergadura. Si bien en este caso el número de trabajadores de turno por la noche era el adecuado, ante una situación como un incendio que exige evacuación inmediata de la población interna y durmiendo, se vuelve completamente insuficiente.

Las universidades y algunas empresas privadas están permanentemente en búsqueda de soluciones para desarrollar aparatos como grúas auxiliares para uso doméstico e institucional, de manera de facilitar la tarea del cuidado a adultos mayores y personas con discapacidad física, sin que esto signifique dañar la salud del que cuida. Además, este tipo de aparatos debiera ser de un costo factible de financiar por las familias, hospitales públicos y ELEAM de dependencia estatal, así como de instalación y mantención accesible. La calidad de vida tanto para los pacientes como para los trabajadores mejora notablemente con la utilización de estos aparatos.

Nuestra Facultad de Ciencias de la Salud de la UCM, ha venido colaborando con el Servicio de Geriatría y Larga Estadía Neuropsiquiátrica del Hospital Regional de Talca en la evaluación del impacto del esfuerzo físico en estos trabajadores y el Departamento de Prevención de Riesgos de este establecimiento se encuentra en la búsqueda de soluciones, consciente de que hay que ajustarse a la normativa vigente, no solo en dicho servicio sino en todos aquellos que requieren de maniobras como trasladar pacientes de cama a camilla, de sillas de rueda a camas, de cambio de sábanas y de mudas en camas con pacientes que no se levantan, aseo y baño, entre otras funciones.

Esperamos poder contribuir de algún modo a velar por la salud de los trabajadores de los establecimientos de larga estadía de ancianos en nuestro país, así como por la seguridad y la calidad de los cuidados que éstos reciban.

 

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.

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