Columna de opinión: Crisis de Valores y Crisis Social
Pedro Severino González, director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica del Maule.
La actual crisis de valores que experimenta nuestro país ha conducido al desarrollo de diversas manifestaciones de prolíferos grupos sociales, quienes expresan por numerosos medios de comunicación sus necesidades, sueños y anhelos. Dichos requerimientos son fruto de una comunidad más globalizada, quienes tienen acceso a información que permite generar comparaciones entre personas, grupos y países. Provocando, en ocasiones, desilusión, desesperanza y angustia, producto de las desigualdades, inequidades e injusticia social.
Por otro lado, los seres humanos somos individuos que interactuamos con otros para satisfacer nuestras propias necesidades, estableciendo relaciones interpersonales con semejantes; en donde confluyen diversas realidades que configuran la sociedad actual. Ahora bien, en dichas interacciones subyacen valores que se encuentran inmersos en cada una de las acciones y decisiones que tomamos a diario, ya sean domésticas, laborales o familiares. Es por ello que, se puede señalar que la crisis de valores que impera en la sociedad, ha conducido a una crisis social, política y económica que atenta contra la democracia y la libre expresión.
Es importante precisar que, los valores son un conjunto de patrones de conducta que una sociedad considera aceptable o reprochable. Dichos patrones al parecer hoy día, se encuentran en un escenario difuso ya que, existen personas –de la sociedad civil o no- que utilizan la fuerza para retraer el proceder de personas que anhelan a través de la construcción de caminos mejorar la calidad de vida de las personas en general.
Sin duda, el actual gobierno posee una tarea de enorme complejidad, lo cual es fruto del descontento social que ha provocado una sensación de inseguridad y desconfianza entre las personas, las instituciones públicas y los organismos privadas. Lo que se evidencia en las innumerables acciones que han transgredido la integridad biopsicosocial tanto de la sociedad civil como, también de las fuerzas policiales, lo que ha provoca una inestabilidad que marcará a futuras generaciones.
Lamentablemente, todo lo sucedido en las calles, hogares y grupos de amigos, son esquilas de una sociedad que se encuentra adolorida por diversas situaciones que la han fragmentado, debido en la forma en que se gestionan los recursos, lo que se encuentra en sintonía con las opiniones expresadas por diversos personeros y, confirmadas por las indagaciones efectuadas por investigadores de Chile y el extranjero; los cuales abordan las necesidades de la población. Necesidades que tristemente no han sido atendidas de la manera más adecuadamente posible.
Ahora bien, es importante señalar que, como un todo, somos corresponsables de la sociedad que integramos, ya que en los diversos roles que desempeñamos podemos desplegar esfuerzos a través de la utilización de herramientas que permitan contribuir a la construcción de una sociedad que sea reconocida por su correcto actuar; cuyos principios y valores sean la ética y la responsabilidad social. Finalmente, es importante que podamos efectuar momentos de reflexión que conduzcan al desarrollo de acciones propositivas, producto de la participación activa de las trasformaciones sociales que tanto exige y anhela nuestra sociedad.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.