Columna de opinión: “Cierre y balance Ciclo de Conferencias ‘Formas de lo político’ UCM”
Dr. Cristhian Almonacid, académico del Departamento de Filosofía y coordinador del ciclo.
En mayo de este año 2019 nos reunimos académicos de filosofía y sociología, para coordinar este ciclo de conferencia que decidimos llamar “Formas de lo Político”. Coincidimos en aquel instante, que respecto al “hecho político” no solo queríamos construir teoría, sino que, más fundamentalmente, queríamos comprometernos reflexivamente con la “praxis política”, reuniéndonos para dialogar sobre el mundo de lo político en el que el fenómeno se hace polimorfo, superando ampliamente la estrechez política de las instituciones que muchas veces se conforma con sacar cuentas para acceder a alguna cuota de poder estratégico.
Nuestra convicción compartida fue que lo político emerge como una actividad que nos une, teniendo en cuenta nuestro pluralismo. Por que “lo político” es aquel mundo que nace cuando tenemos que compartir un espacio para estar juntos con otros seres humanos tan caoticamente diversos. En este sentido, lo político, paradójicamente, es un acontecimiento que reúne y al mismo tiempo separa. Donde haya seres humanos que coincidan, se abrirá entre ellos otro espacio que solemos llamar esfera pública que únicamente puede resolverse mediante una razón dialógica, si es que descartamos la imposición de una razón sobre otra, que bajo la forma de totalitarismo se convierte en la negación de toda forma de lo político.
De este modo, nuestra primera conferencia en el mes de agosto nos llevó a pensar el fenómeno del populismo como una acción política que nos exige estar atentos a nuestras capacidades racionales emotivas, porque la política es un arte no solo de confrontación de ideas, sino que, más vívidamente, es una actividad de confrontación de afectos. Continuamos reflexionando el desafío de la construcción de la sociedad civil, como aquel tipo de organización ciudadana no estatal que se funda en recursos morales propios, voluntarios y gratuitos que permiten garantizar la legitimidad de la democracia. Posteriormente, pensamos y repensamos las trayectorias y extravíos de los DDHH, sin prever aún que nos lamentaríamos ahora de sus violaciones flagrantes, que nos golpean como un retroceso, que tal vez, ingenuamente, creíamos impensable. Después, nos unimos en medio de la crisis social y política para reflexionar en torno al desafío de buscar un modelo de desarrollo alternativo que nos otorgue una oportunidad de sobrevivencia a la crisis ecológica. Y terminamos, ahora en diciembre, pensándonos a nosotros mismos en tanto comunidad universitaria como un acontecimiento abierto al desafío de construirnos (o deconstruirnos) a partir de lo no previsto, de lo que no podríamos siquiera proyectar.
Nos queda agradecer a la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas, a la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, al Centro de Investigación en Religión y Sociedad (CIRS), al Centro de Estudios Urbano Territoriales (CEUT), al Centro de Extensión y al Departamento de Comunicaciones de nuestra Universidad. Nuestro compromiso es continuar pensando juntos las formas de lo político, porque es una necesidad ineludible y ahora con mayor razón que antes. Pensar políticamente es esencial para asegurar la vida juntos en este espacio que constituimos con sentido histórico y para sostener la convivencia que nos permite aferrarnos a la riqueza de la diferencia y al deber de ejercer nuestra libertad que adquiere sentido junto con otros. Un reconocimiento especial a nuestros conferencistas: Maximiliano Reyes, Sandra Vera, Julien Vanhulst y Javier Agüero. Y a quienes nos han honrado con su activa presencia y participación durante cada conferencia, muchas gracias.