Columna de opinión: Un ciclo que se cierra, una vocación que se afianza

Por: Catalina Ávila, estudiante de quinto año de Pedagogía en Educación General Básica.
La ceremonia de investidura fue uno de los momentos más significativos en nuestra formación en la universidad. Para nuestra generación, que inició en medio de una pandemia, este tipo de evento en primer año era impensable. Por eso, vivirlo ahora fue especialmente emotivo. Las palabras de nuestros profesores y el discurso de nuestra compañera nos hicieron comprender que estábamos cerrando un ciclo importante. Hacerlo con la bendición de Dios me dio la seguridad para enfrentar lo que viene.
Poner la piocha con mi nombre, mi carrera y la mención que elegí con tanto cariño, y que además fue bendecida, fue un momento de profunda conexión con mi futuro profesional. Abrazar a mi jefe de carrera y profesor de mi mención, fue un acto simbólico: marcó el fin de mi prepráctica y el inicio de mi práctica profesional. Ese día, que en algún momento sentí tan lejano, por fin llegó. Vivirlo fue una de las experiencias más emocionantes que he tenido.
En primer año, era difícil imaginarme en este punto. Enfrentar un aula llena de niños y niñas con miradas expectantes parecía un desafío gigante. Sin embargo, gracias al constante acompañamiento de nuestros profesores, quienes nos enseñaron no solo qué enseñar, sino también cómo entregar las herramientas adecuadas para cada estudiante, hoy, en quinto año, miro hacia atrás y siento que el camino ya no parece imposible.
A quienes están comenzando este hermoso camino, les deseo de todo corazón el mayor de los éxitos. No tengan miedo de innovar y de romper paradigmas tradicionales. Atrévanse a ser el o la profesora que su niño interior alguna vez soñó y enseñen como les gustaría que aprendieran sus hijos. Pero, sobre todo, aprendan y disfruten.
Aprendan de la formación que entrega la universidad, sí, pero también de la práctica. Esta carrera es profundamente bidireccional, y todo lo que los niños y niñas tienen para enseñarnos es tan valioso como lo que nos entregan los libros y los docentes.