Columna: "NOBEL DE ECONOMÍA: DESTRUCCIÓN CREATIVA" - Universidad Católica del Maule
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Columna: “NOBEL DE ECONOMÍA: DESTRUCCIÓN CREATIVA”

Columna: “NOBEL DE ECONOMÍA: DESTRUCCIÓN CREATIVA”
4 Nov 2025

 

Prof. Dr. Jaime Vásquez Gómez, investigador del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Maule (CIEAM), docente del Doctorado en Salud Ecosistémica y del Doctorado en Ciencias de la Actividad Física de la Universidad Católica del Maule.

El pasado 13 de octubre de 2025 conocimos a los galardonados con el Noble de Economía.

En el sitio oficial se desatacó que “Por primera vez en la historia, el mundo ha experimentado un crecimiento económico sostenido”. Si miramos la historia, la dinámica económica tuvo una meseta y después el crecimiento fue exponencial gracias a los avances en tecnología y al desarrollo de la ciencia. Es así que, por ejemplo, el ingreso per cápita en relación al producto interno bruto estuvo entre mil y 3 mil USD aproximadamente (por persona) entre los años 1300 y 1700 para Reino Unido y Suecia, es decir, se mantuvo en ese rango durante 400 años. Posteriormente, entre los años 1825 y 2022 el crecimiento del ingreso fue desde los 4 mil USD, como mucho, hasta los 40 mil USD aproximadamente en tan solo 200 años para dichos países, según indicó la Real Academia Sueca de Ciencias en su informe “Popular science background: From stagnation to sustained growth”.

También se resaltó en su comunicado de prensa que “… Más bien al contrario: el estancamiento fue la norma durante la mayor parte de la historia de la humanidad”. Sobre todo, cuando se creía que mientras más riqueza acumulaban los países, más prosperidad económica tendrían, lo que fue propio de las ideas mercantilistas que cerraban las posibilidades de intercambios entre zonas geográficas o países aledaños, en una forma de juego de suma cero, esto es, tener más riqueza interna en oro, plata, materias primas, y otros “commodities”, y, por tanto, el otro país vecino o área geográfica tendría una merma aritmética en su riqueza material. Inclusive esto no fue tan lejano en el tiempo para algunos países de Latinoamérica, ya en pleno siglo XX, al momento de impulsar mociones de sustitución de importaciones que privilegiaban la producción nacional, donde grupos de interés buscaban legislación favorable, cerraban el mercado, no se propiciaba la competencia, se generaban monopolios, había poca oferta, etc., en lugar de fomentar el intercambio, lo cual es inherente, además de ser voluntario, en los seres humanos.

Por su parte, uno de los galardonados, Joel Mokyr, indicó que “… para que las innovaciones se sucedan unas a otras en un proceso autogenerado, no solo necesitamos saber que algo funciona, sino que también necesitamos tener explicaciones científicas de por qué”. Me atrevo a responder sobre el por qué funciona. Comentaba al finalizar el párrafo anterior que el intercambio es propio del ser humano, es su condición natural como especie, gatillada, también debido a la condición natural de pobreza que se tiene al momento de nacer respecto a diferentes variables como la comunicación, las habilidades motrices, el intelecto, la riqueza material, etc. En razón de esto, el ser humano busca interactuar con sus pares, va discriminando entre lo que le conviene y lo que no, va generando un orden espontáneo de preferencias según sus intereses y así va moldeando las interacciones sociales de la zona en que habita. De manera que, si el ser humano tiene las condiciones para actuar libremente, respetando el derecho a la vida, a la propiedad, y a la libre expresión de los otros, precisamente hace uso de su libertad de emprendimiento económico, entre otras libertades, para aportar al progreso de la comunidad.

Los otros 2 galardonados con el Nobel, Philippe Aghion y Peter Howitt, hicieron referencia a la “destrucción creativa: cuando un producto nuevo y mejor entra en el mercado, las empresas que venden los productos más antiguos salen perdiendo. La innovación representa algo nuevo y, por lo tanto, es creativa. Sin embargo, también es destructiva, ya que la empresa cuya tecnología queda obsoleta queda fuera de la competencia”. Lo primero es que se trata de una destrucción positiva, es decir, la empresa, o el emprendedor, que queda fuera de la competencia puede convertirse en proveedor de insumos para ese nuevo y mejor producto, pues ya conoce el rubro y la dinámica del mismo, por tanto, se sumará y será parte de esta división del trabajo. Dicha división del trabajo es fundamental para el círculo virtuosos de las sinergias del crecimiento económico pensando en la interacción entre, por ejemplo, los que refinan las materias primas, los que fabrican las maquinarias, las empresas que usan esas máquinas y ensamblan las piezas, los nuevos proveedores de insumos, la modernización de los mismos insumos, y un amplio etc. (un buen ejemplo de aquello fue la proliferación de la telefonía móvil en nuestro país). Este fenómeno de destrucción creativa tiene vaivenes, pues en el caso que una empresa, o emprendedor, quiebre debido a quedar obsoleta en el mercado tendrá la posibilidad de cambiar su rol y ofrecer otros productos que sean demandados por la ciudadanía. Estas posibilidades de reinventarse se dan precisamente en entornos donde se promueva la generación de riqueza y se favorezcan mayores y mejores oportunidades de competencia según incentivos bien orientados como los bajos impuestos al emprendimiento, pocas regulaciones estatales (“permisología”), y reglas jurídicas claras y no cambiantes a corto ni mediano plazo.

Los galardonados con el Nobel mostraron que “…el crecimiento económico no se puede dar por sentado. Debemos defender los mecanismos que sustentan la destrucción creativa, para no volver a caer en el estancamiento”, señaló John Hassler, presidente del Comité del Premio Nobel de Economía. Los países no tienen la creación de riqueza y la prosperidad asegurada de por vida, más bien, por el contrario, somos susceptibles y hemos visto cómo varias veces las mociones políticas mal orientadas y con los incentivos al crecimiento herrados han hecho que los países retrocedan en la generación de riqueza y de oportunidades para la población (sobre el empleo, en atención en salud, acceso a la vivienda, etc.). De tal forma que, si se llega a dicha situación, ya es muy difícil regresar, y en su caso llevaría bastante, bastante tiempo en salir, o, simplemente, ya no se regresa.

“La tarea número uno de Chile es crecer, todo lo demás es música” (Ricardo Froilán Lagos Escobar, expresidente de Chile).

 

 

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.

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