Científicos UCM crean packaging que retrasa putrefacción de fruta de exportación - Universidad Católica del Maule
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Científicos UCM crean packaging que retrasa putrefacción de fruta de exportación

Científicos UCM crean packaging que retrasa putrefacción de fruta de exportación
17 Jun 2025

Gracias a proyecto financiado por el Gobierno Regional del Maule, investigadores de la Universidad Católica del Maule desarrollaron innovador biopackaging que alarga la vida de la fruta y combate hongos. Fabricado con residuos agrícolas, el material hecho con aerogel de celulosa, busca reemplazar plásticos y posicionar a Chile en la vanguardia del embalaje sustentable.

A partir de restos vegetales del agro, un equipo de investigadores de la Universidad Católica del Maule (UCM) creó un embalaje inteligente y compostable que protege las frutas durante su exportación. El material no sólo combate hongos y etileno, también apunta a reemplazar el plástico en la cadena frutícola. Esto lograría evitar la putrefacción de la fruta cuando presenta retrasos por temas logísticos o administrativos, al momento de su exportación, flagelo que representa millones de dólares en pérdidas.

El biopackaging elaborado con celulosa extraída de residuos agrícolas,  podría convertirse en una solución clave para reducir dichas pérdidas en la exportación de frutas chilenas. La innovación, desarrollada en el marco del proyecto FIC-R Maule, denominado “Transferencia de Bio-packaging en base a aerogel de residuos orgánicos” y financiado por el Gobierno Regional del Maule, apunta basalmente a resolver dos desafíos persistentes del rubro: el control de hongos y la maduración acelerada por etileno.

El proyecto, liderado por el investigador Rodrigo Andler, consiste en la elaboración de un aerogel ultraliviano y biodegradable que se fabrica a partir de celulosa obtenida de residuos orgánicos. “Estamos generando un material que no solo reutiliza desechos de la industria frutícola, sino que también reemplaza el actual material de embalaje que solo cumple funciones básicas de absorción de humedad. Nuestro aerogel, en cambio, aporta soporte mecánico, capacidad antifúngica y control del etileno”, explicó.

La celulosa, principal componente del aerogel, se obtiene mediante un proceso de extracción a partir de residuos vegetales, principalmente de manzana, donde aproximadamente un 10% del residuo es transformado en celulosa purificada. Posteriormente, esta celulosa es combinada con agentes entrecruzantes naturales que permiten formar una estructura sólida y porosa. A través de un proceso de ultrasonido, congelamiento y liofilización, se obtiene el aerogel en forma de planchas livianas, con alta capacidad de absorción y de liberación controlada de compuestos.

“El proceso de secado que utilizamos —la liofilización— es clave, porque permite conservar intacta la estructura del material sin dañarlo por calor, como ocurre en otros métodos. Eso nos entrega una matriz ultra porosa y liviana, ideal para nuestras aplicaciones”, detalló Andler.

Este biopackaging funciona gracias a dos mecanismos: primero, incorpora aceites esenciales naturales que se liberan de forma controlada y que inhiben el crecimiento de hongos; segundo, su estructura altamente porosa permite absorber parte del etileno que la fruta genera, retrasando su maduración. “En nuestras pruebas en cámaras de simulación, el aerogel ha mostrado una reducción de hasta un 20% del etileno presente, lo que ayuda a prolongar la vida postcosecha y reducir pérdidas comerciales”, indicó el investigador de la UCM. Además, pruebas en condiciones refrigeradas demostraron que la acción antifúngica del material puede inhibir por completo el crecimiento de Botrytis cinerea, uno de los hongos más comunes en la descomposición de frutas.

El Gobernador Regional Pedro Pablo Álvarez-Salamanca Ramírez, señaló que “Como Gobierno Regional estamos muy contentos de financiar iniciativas que surgen desde nuestras universidades y que abordan desafíos concretos del sector productivo. Este biopackaging no solo impulsa la innovación en la agroindustria, sino que también aporta a la sustentabilidad y al desarrollo económico de la región del Maule. Es un claro ejemplo de cómo la ciencia regional puede generar soluciones con impacto nacional y proyección internacional”.

Actualmente, el equipo se encuentra en etapa de validación del producto y postulando a nuevos fondos para escalar el desarrollo. “Tenemos un prototipo validado a nivel de laboratorio y con las siguientes acciones pretendemos llegar a un  TRL 7. La idea es licenciar la tecnología a empresas del rubro para que puedan adoptarla y contribuir a una exportación más sustentable”, afirmó Andler.

El proyecto cuenta con el respaldo del Gobierno Regional del Maule a través del fondo FIC-R, y colaboraciones con empresas del sector como Surfrut Ltda. y Olivos Exportaciones, quienes han entregado residuos y colaborado en pruebas bajo condiciones de simulación de exportación.

“La importancia de esta innovación va más allá del sector exportador. Apunta a reemplazar materiales de origen petroquímico por soluciones biodegradables y de origen vegetal, con impacto positivo en el medio ambiente. Además, posiciona a Chile como un referente en el desarrollo de tecnologías para packaging activo y sustentable”, concluyó el investigador.

El biopackaging desarrollado desde el Centro de Biotecnología de los Recursos Naturales (CenBio) de la UCM no solo responde a los desafíos de la industria frutícola, sino que representa un ejemplo concreto de cómo la ciencia y la tecnología regional pueden generar soluciones con impacto nacional e internacional. Con esta tecnología, Chile se posiciona como un actor clave en el desarrollo de materiales con valor agregado, amigables con el medioambiente y con potencial de escalamiento global.

 

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