En un rito íntimo y cargado de misticismo religioso, la carrera de Pedagogía en Educación Especial de la Universidad Católica del Maule vivió un momento profundamente significativo en sus sedes de Talca y Curicó: la bendición de los uniformes de los estudiantes de primer año, un gesto que trasciende lo simbólico para convertirse en un compromiso de fe, responsabilidad y vocación al servicio de la educación inclusiva.

En la sede Curicó, la ceremonia fue presidida por el sacerdote Víctor Rojas, mientras que en Talca la bendición estuvo a cargo del padre José Ignacio Fernández Saldías. Ambos destacaron la importancia de este acto como un punto de encuentro entre la espiritualidad, la vocación docente y el proyecto educativo católico, donde los valores son el eje central de la formación de los futuros profesores y profesoras de la Universidad Católica del Maule.

El uniforme o delantal, más que una vestimenta, fue presentado como un instrumento simbólico: la prenda con la que los estudiantes se visten para servir, enseñar y acompañar a otros, siendo un puente entre el conocimiento adquirido y la realidad local de los niños y jóvenes del Maule. Cada delantal bendecido representa el inicio del camino hacia prácticas pedagógicas comprometidas con la inclusión, la diversidad y el desarrollo integral de las comunidades educativas.

En Talca, el proceso fue acompañado por el profesor Rodrigo Monné, coordinador de la Práctica de primer año, junto a la tutora de nivel, profesora Dra. María Teresa Muñoz. En Curicó, la coordinación estuvo a cargo de la profesora María Jesús Crispí, acompañada por la tutora Berenice Da Silva. A esta significativa instancia también se sumó el cuerpo académico y docente de ambas sedes, quienes con su presencia reafirmaron el compromiso institucional de guiar y sostener los primeros pasos de los estudiantes en su experiencia formativa.

La jornada se vivió como un espacio emotivo y lleno de símbolos, marcando el primer hito de la formación inicial docente: la entrega del delantal bendecido, que otorga a los estudiantes la venia espiritual para comenzar a ejercer su rol pedagógico en los diversos contextos educativos del Maule.

Como universidad católica, esta tradición refuerza el sello valórico y de compromiso social que inspira cada acción educativa, recordando que la docencia es más que una profesión: es una vocación que une fe, conocimiento y servicio.

De esta manera, la ceremonia no solo quedó en la memoria de los estudiantes como un rito solemne, sino también como un acto fundacional de identidad profesional, que les acompañará durante toda su trayectoria universitaria y futura labor como docentes al servicio de la inclusión y la justicia educativa.