Ausentismo escolar en Chile: académico UCM recomienda gestionar programas de nivelación de contenido para minimizar el impacto
El Dr. Julio Domínguez Maldonado, director del Magíster en Dirección y Gestión Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule se refiere a esta preocupante realidad.
A pocos días de culminar el año, las noticias no son muy alentadoras en el ámbito de la educación. Algunas opiniones señalan que hay bajo aprendizaje en los niños y jóvenes, mayor abandono y ausentismo escolar, baja cobertura curricular, aumento de la desigualdad social y la violencia. El Dr. Julio Domínguez Maldonado, director del Magíster en Dirección y Gestión Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule fue entrevistado al respecto.
¿Considera que la gestión escolar tiene un rol fundamental en frenar el ausentismo escolar?
Efectivamente, es un hecho real el ausentismo escolar, el bajo aprendizaje y la baja cobertura curricular, a pesar de los ajustes curriculares que se hicieron durante el año anterior y principalmente en el contexto de pandemia. Lamentablemente, eso se traduce en un porcentaje importante de estudiantes que desertan del sistema educativo por múltiples factores.
Ante esta realidad, la gestión de los establecimientos educativos es relevante, es decir, cómo se lidera la institución, cómo se gestiona la institución, cómo se gestiona el currículum, cómo se gestiona la convivencia, cómo se gestiona todo lo que tiene que ver con el sistema educativo en general. Es importante, que en las escuelas se busquen mecanismos que ayuden a fortalecer y bajar las tasas de ausentismo o de abandono escolar. Por ejemplo, donde hay varios niños del sector rural, donde se trabaja el tema de la temporalidad, a lo mejor se debe adecuar programas para estos niños, ya que por un periodo se van a ausentar por el trabajo. Por lo tanto, las escuelas deberían gestionar y nivelar al estudiante, a través de programas que estén pensados para tal fin, pues cuando un niño se siente que no está rindiendo lo que debe aprender, a lo mejor se siente desvalorizado frente a sus compañeros y lo más probable es que el niño se sienta más disminuido y quiera abandonar el sistema. Hay que generar mecanismos para evitar esta situación.
Asimismo, hoy en día tenemos contextos familiares muy distintos. Por lo tanto, ahí hay un tema relevante a trabajar, la familia, la cual tiene que transformarse en un ente colaborador del establecimiento para el aprendizaje del estudiante.
¿Qué opinión le merece este piloto Tutoría entre pares?
Últimamente, lo que se ha venido hablando sobre el tema de gestión y liderazgo tiene que ver con el trabajo colaborativo. Si usted me pregunta con relación a eso, destaco que es importante fortalecerlo. Los trabajos colaborativos al interior de la institución educativa son fundamentales. Lamentablemente, nosotros tenemos la mentalidad muy individualista. Por eso, es importante este tipo de programas, donde a partir del vínculo aprendiz–tutor los estudiantes tienen un rol más activo al interior de las aulas, a partir de sus propios intereses. Lo fundamental del programa es el proceso de formación de la metodología por parte de cualquier miembro de la comunidad, quién se especializa en un tema para posteriormente ponerlo al servicio del aprendiz.
Con respecto al incremento de la violencia dentro de los establecimientos educativos, algunas opiniones señalan que, si bien el aula segura es aplicable, en algunos casos es más adecuado sancionar a los estudiantes siguiendo los manuales de convivencia interna con los que se puede llegar a sanciones como la cancelación de la matrícula y la expulsión. ¿Considera que se debe sancionar así a los estudiantes?
Cuando se discutió el tema del Aula Segura había muchas personas que planteaban y yo también lo he planteado, que cada establecimiento tiene sus manuales de convivencia, sus protocolos de convivencia y su reglamento de convivencia. Por lo tanto, si eso opera bien, no deberíamos tener una aplicación del aula segura. Si los establecimientos gestionan bien lo concerniente a la convivencia escolar, no va a ser necesario llegar a las sanciones graves.
Crédito: Facultad de Ciencias de la Educación UCM.