“Hay que atreverse, encontrarán largo el camino, difícil, lleno de barreras, pero la meta es una y hay que seguir”
Juan José Román Donoso, profesor graduado de la UCM.
El mayor desafío que enfrentó durante sus años de estudio en la Universidad Católica del Maule, fue su enfermedad, que lo llevó a perder por completo la visión, pero lo que no perdió, fueron las ganas de luchar por sus sueños y titularse en la carrera que él había elegido para su futuro.
La historia de Juan José Román está marcada por la perseverancia. En 2013 ingresó a estudiar Pedagogía en Educación General Básica con Mención en la Universidad Católica del Maule sede Curicó –institución acreditada por 5 años y adscrita a la gratuidad-, motivado por el ejemplo que una profesora muy cercana le entregó durante la enseñanza media.
Tres años después y a causa de una retinopatía diabética, comenzó a perder la visión. Justo cuando cursaba una de las etapas más importantes de su carrera, elegir la mención de especialidad y comenzar a definir lo que sería su proyecto de tesis.
Aun cuando el camino parecía difícil, logró su meta y se tituló de profesor con mención en ciencias sociales. En el camino, tuvo mucho apoyo, lo que lo impulsó también, a seguir en esta lucha. “Siempre tuve el apoyo de mi Escuela de Pedagogía de la Universidad, de mi familia, amigos, compañeros de curso. Desde los 11 años tenía diabetes, lo que desencadenó en la pérdida de mi visión”, comentó Juan José Román.
Desde el Programa de Apoyo y Recursos para la Inclusión (PARI) de la UCM, le asignaron tutores, uno de ellos sería un compañero de carrera, pero también se le asignaba un tutor del equipo. “En mi caso fue la educadora diferencial Romina Gutiérrez, también me apoyó durante mi proceso Teresa Núñez, que me ayudó con el uso del computador. Además, con ellos tomé clases para usar el bastón y me guiaron en todo lo que era postulación a fondos del Senadis. Fue un apoyo fundamental, si tuviera que ponerle una nota al apoyo que me brindó el PARI, le pondría un 7”, expresó.
El director de Escuela de Pedagogía en Educación General Básica con Mención sede Curicó -acreditada por cuatro años-, Mario Sánchez, fue testigo de lo que vivió Juan José, durante sus años de estudios. “Trabajar con Juan José Román, resultó realmente una experiencia de aprendizaje, importante para toda la escuela. En sus primeros años, destacó por ser un joven alegre, participativo, con una excelente voz, que se encargó de compartir en diferentes eventos musicales. Socialmente, muy cercano y querido por todos. Luego de que producto de su enfermedad perdiera la visión, contó el apoyo de toda la Escuela de Pedagogía de la sede Curicó, y del PARI, se le enseñó a usar bastón, alfabeto Braille, tecnologías para personas con dificultad visual, y a desempeñarse lo más autónomo posible, los que nos lleva a contar hoy día con un profesional de la educación, que nos da importantes signos de optimismo, alegría para enfrentar la vida con esperanza”, dijo.
Perseverancia
Pero Juan José decidió no rendirse y luchó por conseguir su objetivo. Respecto a las evaluaciones, mencionó que “Siempre les pedí que me evaluaran como cualquier estudiante, no quería sentir ningún tipo de ayuda especial, de mis compañeros siempre tuve el apoyo, el año que perdí la visión, ellos me ayudaron a recaudar los fondos para pagar las operaciones en Santiago, estuvieron presentes, ayudándome, para que nunca me quedara atrás”.
Por lo mismo, espera transmitir su historia a las demás personas, con la finalidad de ayudarlos, “Si hay estudiantes que quieran tomar este camino y estén en mi misma situación o en la situación que sea, deben tener claro que será difícil, pero se puede. En mi caso, tenía un objetivo antes de perder la vista y después de perder la vista, seguí con el mismo objetivo, solo tenía que adaptarme y elegir el camino para lograrlo. Hay que atreverse, encontrarán largo el camino, difícil, llenos de barreras, pero la meta es una”, afirmó.
Su mamá, Audomilia Donoso, ha sido una fiel compañera de su hijo. “Estoy muy orgullosa de él, hemos tenido que aprender muchas cosas en este proceso, que fue bien difícil de aceptar, y pareciera que soy yo la que lo lleva del brazo, pero en el fondo es él y sus ganas de seguir luchando, que hacen que el camino sea más fácil”, comentó.
Cabe mencionar que la UCM, según Ranking América Economía 2019, es la tercera Universidad más inclusiva a nivel nacional y primera en la región. Esto, debido al constante trabajo que el plantel ha realizado en distintos ámbitos, trabajando la inclusión de manera transversal, incluyendo componentes relativos al acceso, trayectoria y egreso de la educación superior en estudiantes con discapacidad. A esto se sumó el mejoramiento en infraestructura. El compromiso era que este 2019 se contaría con acceso universal en los primeros pisos, dicha meta se alcanzó en un 95 por ciento.