Dr. Marcelo Pinochet, director de la Escuela de Sociología, analizó el mensaje entregado en el documento.

La Encíclica Fratelli Tutti fue publicada el pasado 03 de octubre, en la fiesta de San Francisco de Asís. Precisamente en esa localidad (de manera inédita) el Santo Padre firma y envía el documento a todas las personas de buena voluntad.

El Papa Francisco aborda los temas contingentes, como la crisis sanitaria, el rol de las religiones en el desafío de una nueva fraternidad, los retos de la economía y la política, entre otros. Pero también, se refiere con atención a los grupos más vulnerables de esta época: los migrantes y desplazados, las personas mayores, las mujeres víctimas de la exclusión y la desigualdad. A ellos dedica estas palabras: “Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados” (FT 22). Por ello, la figura del Buen Samaritano tiene tanto vigor en este texto.

El Santo Padre, a través del texto, y particularmente del nombre de la Encíclica, busca responder la pregunta del maestro de la ley en la parábola del Buen Samaritano, texto bíblico que es fundamento de la encíclica (FT 56): ¿quién es mi prójimo? A lo largo de sus ocho capítulos, el Santo Padre invita a construir afanosamente una mística y una cultura del “nosotros” que incluya a todos y todas, dejando de lado las polarizaciones con aquellos que denominamos “los otros”, pues ya sabemos que “todos tenemos algo de herido, algo de salteador, algo de los que pasan de largo y algo del buen samaritano” (FT 69). Precisamente, la caridad cristiana nos exige en estos días, un desafío mayor: estar atentos y disponible para nuevos desafíos, pues nadie tiene tan poco como para no ofrecerlo a aquellos que esta crisis sanitaria y económica dejará botados y malheridos al lado del camino, recordando la figura del Buen Samaritano. Es un documento contra la práctica de “mirar para el costado”, “pasar de lado”, “ignorar” o “desentendernos de los demás”, a la que el Santo Padre propone un “nuevo sueño de fraternidad y de amistad social”.

Nos desafía el Papa Francisco a superar, con nuevas formas de solidaridad, el tiempo presente y a permanecer atentos pues “la peor reacción sería la de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta” (FT 35). El Santo Padre escribía este texto mientras el mundo conocía los efectos de la pandemia de coronavirus, lo que ha hecho que el documento tenga aún mayor importancia ante la necesidad de “salir mejores” y “cambiar el mundo”.

Para conocer más, te invitamos a ver el siguiente video: https://youtu.be/iajdxqlKKR0