Alcanzando metas en el mundo judicial: la historia de dos trabajadoras sociales UCM
Carrera acreditada por siete años y que se imparte en Curicó
En muchos casos, estudiar en la universidad es un trampolín para cumplir anhelos y acercarse a mayores sueños; es el caso de Carolina Cifuentes, titulada de la Escuela de Trabajo Social, -carrera acreditada por 7 años, máxima posible en pregrado-, de la Universidad Católica del Maule (UCM) y primera profesional de su núcleo familiar, quien sacó el mayor provecho de su formación para postular a la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) en San Javier, la institución que definió para su futuro desde primer año de enseñanza media.
De este objetivo final se desprende un largo recorrido en el que Carolina debió lidiar con las dificultades que implica ser estudiante, procurar rendir adecuadamente en áreas de menor interés, partir su experiencia laboral en un ámbito tan distinto como el educacional y esperar la oportunidad de acceder al organismo judicial en el que hoy se desempeña como Subcomisario de la Brigada de Investigación Criminal de su comuna.
“Me levanto con ganas de ir a trabajar, porque siento que elegí la carrera correcta, puedo aplicar los conocimientos que adquirí en la universidad y son un aporte… así es como se amplían las posibilidades y hay que ser busquilla, uno tiene que buscárselas para alcanzar sus sueños”, cuenta la egresada UCM sobre la importancia de hacer lo que apunta hacia la felicidad.
Lo social en Gendarmería
Otra egresada de Trabajo Social UCM es Marcela Albornoz, quien trabaja en el ámbito de Justicia hace 4 años, desenvolviéndose actualmente como delegada de libertad vigilada en el Centro de Reinserción Social de Gendarmería en Curicó, un cargo a nivel nacional al que concursó paso a paso para finalmente adjudicarlo gracias a su mérito y perseverancia.
“El espacio que abrimos acá es un nuevo escenario para el trabajo social en el ámbito penal y aún más en el área de justicia, puesto que nosotros somos bastante validados en nuestra opinión técnica a la hora de presentarle a los jueces de garantía, en este caso, los planes de trabajo e intervención que desarrollaremos con las personas que están condenadas”, explica Marcela.
A lo largo de su trayectoria profesional, el primer obstáculo para ella fue insertarse al mundo del trabajo sin poseer experiencia, sin embargo, logró entrar al municipio de Hualañé, a través de un convenio con Senda, lo cual le permitió tener este primer acercamiento formal al área para posteriormente desempeñarse como coordinadora en un programa destinado a mujeres en Licantén, y seguir escalando en otros departamentos hasta descubrir el nicho donde especializarse.
“Uno se va abriendo ciertos caminos cuando va conociendo el trabajo… depende mucho del profesional, las posibilidades que se generen en el campo laboral, porque una vez inserta en Gendarmería pude habilitarme como perito judicial de manera paralela”, complementa respecto al abanico de oportunidades que existen para quienes tienen esa inquietud.