En el actual momento constituyente que vive Chile, la Dra. Javiera Cubillos Almendra, académica de la Universidad Católica del Maule, llama a la sociedad a seguir profundizando las acciones que signifiquen en suma una real transformación cultural.

¿Cuáles son las materias más relevantes o urgentes que atender para alcanzar una real igualdad entre hombres y mujeres en la sociedad chilena? Es una pregunta que muchos se hacen por estos días y ante la cual la Dra. Javiera Cubillos Almendra, académica de la Escuela de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Católica del Maule, quien desde hace años estudia los movimientos feministas, compartió su análisis al respecto.

Para ella, son principalmente dos las líneas que deben ser profundizadas en el actual momento constituyente que vive Chile y que debieran estar expresamente aseguradas en la nueva Carta Magna. “Si bien hoy, con el estallido social, existe una manifestación más concreta o visible de las reivindicaciones del movimiento feminista, esto se sustenta en una historia de reivindicaciones que se ha mantenido en el tiempo. Es el resultado de la lucha en los años 90’, el activismo en el periodo de dictadura, incluso se vincula con la lucha por el derecho al voto; es decir, es un amplio devenir de procesos que no surge de manera espontánea (…) Los aportes que hace el feminismo a la política nos dice que esta, en su esencia, está diseñada para un sujeto masculino. Por tanto, las mujeres –entre otras personas— quedan excluidas de participar en el espacio público: no tienen igual derecho a administrar sus bienes o a acceder a cargos públicos. En ese continuo debemos entender las diferentes demandas del movimiento feminista que hoy parecen escucharse más nítidamente”, señaló.

En este sentido, “La reciente aprobación en el parlamento de la paridad de género en la conformación del órgano que eventualmente redactará la nueva constitución, y esperemos que así sea, es un hito, es un hecho histórico. Es un hito no sólo para las mujeres, sino para la sociedad chilena en su conjunto. Aunque hay que tener cuidado, que exista paridad de género en el órgano constituyente no asegura que las demandas históricas del movimiento feminista y de mujeres sean integradas a la nueva constitución”, agregó la académica.

La experta si bien destacó que la sociedad chilena incipientemente se está haciendo cargo de estos temas con más fuerza, advirtió que “A propósito del estallido social, como sociedad cada vez nos estamos haciendo más conscientes que las instituciones están pensadas para un sujeto masculino, y un sujeto masculino específico. Por lo tanto, las mujeres y otras personas, como adultos mayores, personas con diversidad funcional, personas ‘no-heterosexuales’, entre otras, están quedando fuera (…) Por eso sigue siendo necesario que se reconozcan los derechos y los deberes de la diversidad de personas que componemos la sociedad chilena”, dijo.

Lo privado como espacio político

Por otro lado, continuó la Dra. Cubillos, las reivindicaciones de la mano del feminismo “Plantean ‘nuevos’ problemas públicos que, desde una perspectiva masculinista, han permanecido invisibilizados (…) Por ejemplo, los derechos asociados a la maternidad –sin que esto signifique una limitación para participar de la construcción de lo público—, a la regulación de la fertilidad, a la violencia de género y otros temas que, históricamente, se han definidos como privados o como ‘asuntos femeninos’, en contraposición a lo masculino, excluyéndolos del debate público”, afirmó.

En ese sentido, comentó la académica de Sociología UCM, las mujeres continúan promoviendo el reconocimiento del espacio privado o íntimo como un espacio político. “El movimiento feminista, de la mano del feminismo radical principalmente, ha reconocido que la construcción social de la sexualidad –que circunscribe a las mujeres a su rol reproductivo— es la piedra angular sobre la que se cimentan desigualdades entre hombres y mujeres en diferentes ámbitos, como la desigualdad salarial o el desigual reconocimiento del derecho a participar del espacio público. Desde aquella constatación, la sexualidad adquiere relevancia social y política. Desde ahí, por ejemplo, se desprende y se comprende la actual demanda por los derechos sexuales y reproductivos o la visibilización de la violencia de género en sus diferentes formas. Gracias a estas reivindicaciones y presiones desde el movimiento feminista y de mujeres hoy contamos, por ejemplo, con la llamada ‘Ley Gabriela’, que amplía la tipificación del femicidio”, sostuvo.

Finalmente, la Dra. Cubillos instó “Todos y todas estamos siendo interpelados a cambiar nuestra mentalidad, o sea, a cuestionar la cultura en la que nos socializamos, en la que nos educamos y en la que educamos a niños y niñas. Esto tiene que ver en cómo pensamos la educación en sentido integral. No sólo pensando en la educación formal, sino que también debiésemos partir desde las interacciones sociales concretas que mantenemos cotidianamente, en las relaciones ‘cara a cara’: cómo dialogamos en el almuerzo del domingo, en el recreo, en las reuniones de trabajo, en la reuniones con nuestros amigos y amigas. Todo eso nos lleva a cuestionar nuestra socialización sexista. Hay cambios que se están generando en esta línea y es importante que le sigamos el pulso”, expresó.