Desde septiembre, el sacerdote está acompañando a la comunidad de Nuestra Señora del Carmen y Los Niches. Alegre, simpático y muy involucrado en el quehacer universitario es lo que caracteriza al sacerdote Rodrigo Arriagada Mora, nuevo capellán de la sede Curicó de la UCM, quien desde septiembre asumió esta responsabilidad.

Es así como al inicio de este proceso de matrículas, participó de la bendición de la imagen de la Virgen del edificio Prat de la sede, oportunidad en la que destacó el importante rol y responsabilidad que tiene la universidad en el proceso formativo de los jóvenes.

¿Cómo lo recibieron en la UCM?
Muy bien, con una alegría y cariño inmenso. Me sorprende cada día el cariño de todos. De todo corazón agradezco la acogida brindada.

¿Qué le parece el trabajo que hace la Pastoral en la Universidad?
Es un trabajo hermoso, valiente y generoso de mirar la realidad desde la fe. Es del día a día, muchas veces silencioso, pero muy importante para la vida de las personas que forman la UCM.

¿Cuán importante es el sello católico en el quehacer universitario?
Es lo que define la esencia de nuestra universidad. La universidad debe estar impregnada de los valores cristianos, valores que la Iglesia Católica vive desde el Evangelio de Jesús. Ello nos tiene que llevar a que nuestro compromiso y acompañamiento en la formación de los futuros profesionales sea con valores evangélicos, que los lleven a aportar en la construcción de un mundo mejor, más humano. Debemos todos, profesores y administrativos, cooperar en la construcción del Reino de Dios junto a los jóvenes que confiaron su formación en nuestras manos.

¿Cuáles son las expectativas para este 2018?
Deseo que este año que comienza nos ayude a seguir desarrollando un mayor testimonio de alegría cristiana al interior de nuestra universidad. Que todo lo hemos pensado y soñado al interior de la pastoral, se pueda ir llevando a cabo con la alegría y entusiasmo de siempre.

¿Cómo cree que impactó la venida del Papa a la comunidad UCM?
Que un Papa venga a Chile ya es un impacto. Su figura, su misión, su palabra, sus gestos nos llenan de admiración. Creo que para nuestra universidad su mensaje nos debiera animar a seguir profundizando en nuestra misión evangelizadora que tenemos como universidad católica.