En personas que no desarrollen cuadros severos por el virus, los daños pulmonares disminuyen prontamente, sin embargo, en adultos mayores o en personas con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica producto del tabaco, los daños podrían ser severos e irreversibles.

Aunque aún es muy pronto para conocer las secuelas a largo plazo que genera el Covid-19 en las personas afectadas, los expertos aseguran que estas dependerán de la severidad con la que se manifieste este nuevo virus.

Karimé González, docente de la Escuela de Kinesiología de la Universidad Católica de Maule (UCM) explicó que, a nivel pulmonar, “Se ha observado que existen signos de engrosamiento del intersticio, que es un tejido que da sostén a los alveolos para mantenerlos abiertos y que se puedan expedir y llevar el oxígeno a la sangre”, detalló.

Por su parte, Andrés Cabezas, director de la Escuela de Tecnología Médica UCM, indicó que el apoyo diagnóstico de estas lesiones se hace a través de una evaluación radiológica. “La radiografía de tórax es un método inicial fundamental en el diagnóstico por su bajo costo, fácil realización y relativa buena sensibilidad. Si bien, aporta información relevante, nos permite decidir, además, si son necesarias otras técnicas radiológicas como complemento, como, por ejemplo, la tomografía computada”, explicó.

Esta última técnica, permite detectar lesiones pulmonares centrales y periféricas de una forma menos invasiva y con una sensibilidad mucho mayor”, añadió el académico de la UCM.

Respecto a la afectación pulmonar, Karimé González aseguró que “Hay evidencia en pacientes que no llegaron a necesitar ventilación mecánica ni oxígeno, es decir, pacientes no severos -que es la mayoría de la población-, que a partir del día 14 ya presentaban signos de reabsorción de las lesiones pulmonares y estas terminan siendo muy leves al día 21”, afirmó.

Sin embargo, la situación se complejiza para quienes desarrollen un cuadro severo. En estos casos, “El daño en el intersticio puede llegar a afectar a ambos pulmones y terminar por afectar las paredes de los alveolos” y cuando esto se mantiene en el tiempo, “Los intentos de reparación del tejido podrían terminar generando cicatrices internas en el pulmón, lo hace más rígido, dificulta su expansión y termina afectando la capacidad de llevar oxígeno al cuerpo”, puntualizó la especialista.

Personas mayores y fumadores en riesgo

La docente aseguró que la severidad de esta nueva cepa del coronavirus depende de la edad y que, por tanto, las secuelas también varían. “Se ha observado que los niños tienden a desarrollar síntomas más leves, incluso, asintomáticos, por lo que este grupo etario desempeña un rol en la transmisión. Esto pude deberse a que, para el sistema inmune de un niño, todos los virus son nuevos y esto puede explicar su mejor respuesta frente a esta cepa”, indicó.

Para las personas mayores la situación es totalmente contraria porque “Hay menos posibilidades de éxito en su defensa hacia la carga viral y, por tanto, generar más daño en el pulmón, lo que se suma a que tienen menor capacidad de recuperación, por lo tanto, las secuelas van a ser distintas”, sostuvo.

En el caso de personas fumadoras que resulten contagiadas, los daños pueden afectar la cotidianidad del paciente, sobre todo si este presenta Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc) por el consumo de tabaco, lo cual los convierte en población de riesgo. “Los cuadros de cualquier tipo tienden a exacerbar los síntomas de la Epoc y, por tanto, son pacientes que requieren mayores atenciones médicas, oxígeno o, probablemente, ventilación no invasiva o, incluso, invasiva dependiendo del cuadro”, explicó.

Si bien, en la mayoría de los pacientes, las secuelas pueden ser reversibles, para quienes no sea el caso, “El manejo va a depender en gran media del cuadro y de las patologías asociadas que tengan. Hay técnicas que favorecen la expansión del pulmón, entrenamientos en la musculatura que realiza la expansión pulmonar, técnicas que favorecen la salida de secreciones y ejercicios que contribuyen a bajar los niveles basales de inflamación sistémica que acompañan, con frecuencia, a las enfermedades crónicas”, explicó Karimé González.