Columna de opinión: Covid-19: Alteridad y rehumanización. Tensiones entre la responsabilidad personal y social - Universidad Católica del Maule
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Columna de opinión: Covid-19: Alteridad y rehumanización. Tensiones entre la responsabilidad personal y social

Columna de opinión: Covid-19: Alteridad y rehumanización. Tensiones entre la responsabilidad personal y social
8 Abr 2020

Pedro Severino González, director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Católica del Maule.

La sociedad constantemente se encuentra expuesta a sucesos que nos hacen comprender la fragilidad del ser humano. Pareciera que la Tierra nos habla a través de un lenguaje desconocido, quien nos interpela por acciones que afectan no tan solamente al medio ambiente natural, sino que, también a nosotros mismos -que lo integramos- ¿Nos estamos autodestruyendo? Las personas naturalizan algunos comportamientos producto de la deshumanización y, prácticas cosméticas que sitúan la satisfacción de las necesidades esenciales en último orden, siendo acentuado por mercantilismo, la discriminación y la segregación social.  Lo anterior, conduce a una mirada indiferente, indolente y no participante, dejando a otros la difícil y noble tarea de la (co)construcción de posibilidades para un ser humano que demanda mayores opciones para el desarrollo integral de su vida.

La crisis Covid-19 ha motivado el replanteamiento de los métodos empleados por la humanidad para la sobrevivencia, obligando a la reconversión de empresas, instalación de nuevos emprendimientos y el cierre de otros, afectando fuertemente la economía local, nacional e internacional. No quedando ajena la educación en todos sus niveles, transformando las estrategias pedagógicas empleadas por el sistema educativo. Lo que, además, ha precisado la aplicación de políticas de gobierno que impiden el libre tránsito y, otros derechos fundamentales, como una forma de lucha contra la pandemia de clase mundial, la que, lamentablemente proyecta millones de víctimas.

Por otro lado, es importante señalar que las responsabilidades individuales y/o personales que cada uno de nosotros posee por el solo hecho de existir, toma una enorme relevancia producto de nuestra integración a la sociedad. En este ámbito, es valorable destacar que cohabitamos en un espacio y tiempo que se sitúa en un contexto, el cual se transforma en nuestra casa común que se inserta en un territorio y que se caracteriza por las relaciones interpersonales. En donde, la alteridad es clave para la identificación del otro y del yo, de tal manera que, seamos capaces de respetar la diversidad del ser humano, el cual se transforma, vive y construye las diversas realidades que experimenta a lo largo de su existencia.

Las responsabilidades individuales, las cuales pueden ser concebidas de manera natural por el desarrollo cognitivo de la otredad; de manera sentida y no superficial. En cuyo caso, es evidente que la deshumanización ha tomado mayor fuerza producto de acciones que no reconocen los valores transcendentales como la empatía, tolerancia y el amor.  Es aquí, en donde debiéramos detenernos un momento y, preguntarnos ¿Cuáles son mis responsabilidades? ¿Cuál es mi propósito? ¿Pienso y luego actúo? ¿Me gustaría estar en el lugar del otro? ¿Soy consciente de mis actos? ¿Contribuyo a la sociedad de manera afectiva?

Por otro lado, al tener un primer acercamiento de las responsabilidades individuales. Se puede comprender, con cierto grado de facilidad la concepción de las responsabilidades sociales, las cuales son un factor clave de éxito para la convivencia, lo que permite la identificación de nuestros derechos y deberes sociales que confluyen en las relaciones frente a otros. Esto último se encuentra relacionado con un proceso llamado rehumanización, proceso que se encuentra en una profunda y dilatada batalla que se caracteriza por una disociación cognitiva que es fruto de la deshumanización, egoísmo e indiferencia. Finalmente, es por ello que, el llamado al autocuidado es urgente, lo que permite prevenir el contagio, para así no contagiar a otros. En donde, todo converge en el reconcomiendo de que somos seres amorosos y socialmente afectivos, empáticos, tolerante y solidarios, cualidades que pueden combatir la pandemia mundial a través de nuestras corresponsabilidades.

 

 

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.

 

 

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