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Opinión: "Los bebés y la manipulación de los objetos"

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Female" buttontext="Escucha la nota"] Dra. Sandra Castro Berna, académica de la Escuela de Educación Parvularia de la Universidad Católica del Maule (UCM) en Curicó. El bebé evidencia destrezas motoras progresivas, claro que, en el recién nacido los movimientos son aleatorios. Movimientos reflejos primitivos que con el tiempo van convirtiéndose en controlados según sus intereses y capacidades de maduración. Por ello, es importante ejercitar una de las primeras habilidades como lo es la manipulación, ya que para el bebé todo es atrayente y necesita conocer a través de sus manos y boca. Esta experimentación manipulativa conlleva a la adquisición de capacidades cognitivas, de interacción y socialización; desarrolla un papel importante en el aprendizaje de los bebés y niños(as) siempre y cuando sea una manipulación activa y no interferida por el adulto. El bebé conoce su entorno a través de actividades lúdico-exploratorias que giran en torno a: su propio cuerpo, los demás y su entorno, esto quiere decir, que comienza por conocer y experimentar sus manos (primer juguete), sus dedos y pies; toca el rostro de otros (su madre), cabello; y luego objetos como sonajeros, ropa, entre otros, de forma gradual. El estímulo que provoca el deseo de manipular es la curiosidad, tendencia a tocarlo todo que irá intensificando conforme va creciendo, principal vía de aprendizaje. En el recién nacido los brazos y manos los estira en forma aleatoria y refleja. A los 3 meses se lleva a la boca sus manos y objetos que le acerquen, los atrapa por reflejo tomándolo con prensión palmar. A los 6 meses puede tocar sus rodillas y pies, toma con fuerza objetos, con intención de agarrar. A los 9 meses alcanza objetos cercanos de su interés y curiosidad, puede tomar con pinza. Entre los 12 y 18 meses mete y saca cosas de recipientes, todo lo quiere tomar.

  • Que realice acciones por sí solo, no importa que se equivoque.
  • De juguetes o elementos que supongan un pequeño desafío.
  • Facilite tiempo para juegos sensoriales (vista, oído, tacto, olfato).
  • Que tenga nuevas oportunidades exploración o al menos rotativas.
  • Vigile la higiene y seguridad de los juguetes y utensilios.
  • La estimulación influye en el comportamiento motor.
    “Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.  

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